Vía The Objective
La famosa cadena estadounidense tiene una deuda de 344 millones de euros y sus fundadores intentan tomar el control
La famosa cadena de restaurantes Hooters of America se ha declarado en bancarrota. La red hostelera estadounidense hizo oficial el anuncio este pasado lunes desde Texas. El objetivo primordial de Hooters es ahora el de reestructurar su deuda de 376 millones de dólares (unos 344 millones de euros) mediante la venta de todos sus restaurantes de propiedad corporativa a un grupo de franquiciados respaldados por los fundadores de la compañía (HOA Restaurant Group).
Este es el último de una serie de fracasos financieros que han afectado a cadenas de restaurantes de legado. La inflación, el aumento de los costos de la mano de obra y los alimentos, así como los cambios en los gustos de los consumidores y la competencia de cadenas más nuevas como Shake Shack, han golpeado duramente a estos negocios. Otras marcas, como Red Lobster, TGI Fridays y Buca di Beppo, también presentaron solicitud de bancarrota el año pasado, mientras que On the Border lo hizo hace unas semanas.
El plan de «re-Hooterización»
Bajo el plan de bancarrota de Hooters, 100 restaurantes de propiedad corporativa en Estados Unidos serán vendidos a un grupo de franquiciados de Hooters. Este grupo incluye a los fundadores de la marca y a otros franquiciados, que actualmente gestionan 14 de los 30 restaurantes Hooters de mayor volumen en el país yankee. Neil Kiefer, director general del grupo de franquicias Hooters Inc., comentó que este cambio de propiedad devolverá la marca a manos de franquiciados experimentados, lo que permitirá que la cadena recupere su éxito histórico.
«Durante muchos años, la marca Hooters ha sido propiedad de firmas de capital privado y otros grupos sin experiencia con la marca», explicó Kiefer. «Con esta transacción, la marca Hooters volverá a estar en manos de franquiciados de Hooters altamente experimentados, y estaremos bien posicionados para devolver esta icónica marca a su éxito histórico«.
A pesar de la reestructuración, la cadena seguirá operando restaurantes fuera de Estados Unidos, con más de 420 locales en 29 países. La compañía espera completar la operación y salir de la bancarrota en un plazo de tres a cuatro meses, respaldada por una financiación de 35 millones de dólares. En un esfuerzo por adaptarse a los cambios en el mercado, la cadena ha anunciado una estrategia de «re-Hooterización», enfocada en crear una imagen más familiar, mejorar los tiempos de servicio y utilizar ingredientes más frescos.
Varios escándalos a lo largo de su historia
Fundada en 1983 en Clearwater, Florida, Hooters se hizo famosa por sus alitas de pollo y el icónico uniforme de sus camareras, una imagen que ha sido inmortalizada en la cultura popular. Sin embargo, la cadena ha enfrentado varios desafíos, tanto financieros como legales. En los últimos años, la compañía ha sido demandada por contratar exclusivamente a mujeres atractivas para atraer a los clientes, lo que ha generado controversias. En 2017, intentó abrir un restaurante que no utilizaba el uniforme característico, buscando diversificar su modelo de negocio.
Además, en 2022, Hooters acordó pagar 250.000 dólares para resolver una demanda por discriminación racial y de color presentada por la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo de EEUU. Según la denuncia, la empresa despidió a 43 empleados durante la pandemia de la covid-19, pero volvió a contratar principalmente a empleados blancos y de tono de piel más claro.
En 2019, la cadena de restaurantes también tuvo que vender su hotel-casino Hooters en Las Vegas, que fue rebautizado como OYO Hotel and Casino. Además, en el último año, Hooters cerró alrededor de 40 ubicaciones de bajo rendimiento en los EEUU, lo que reflejó su creciente dificultad para mantener una estructura financiera sólida.
Un «refugio» para los jóvenes homosexuales
Más allá de su situación financiera, Hooters ha sido una marca influyente en la cultura popular, conocida por sus apariciones en numerosas películas y series. La imagen de sus camareras con uniformes sugerentes se ha convertido en un sello de la marca. Sin embargo, un reciente artículo de opinión publicado en el New York Times por Peter Rothpletz ha revelado una faceta menos conocida de estos restaurantes.
Rothpletz relató cómo algunos padres y abuelos en EEUU han llevado a sus hijos homosexuales a Hooters con la esperanza de «conectar» con ellos o fomentar su interés por las mujeres. El autor denomina irónicamente esto como «terapia de conversión con aderezo de rancho». Sin embargo, en muchos casos, esta intención no ha tenido el efecto deseado y ha sido vista como un intento fallido de imponer normas de masculinidad.
El artículo también destaca el papel inesperado de Hooters como un «refugio» para algunos jóvenes homosexuales. Según Rothpletz, muchas camareras han mostrado empatía y comprensión ante estas situaciones, convirtiendo el restaurante en un espacio seguro para algunos clientes. Esta dimensión social y cultural ha sido corroborada por numerosos testimonios en redes sociales, que destacan la actitud comprensiva del personal de Hooters.
Este aspecto social agrega una nueva dimensión a la cadena, que, a pesar de sus problemas financieros, sigue siendo una marca con un profundo impacto cultural y un reconocimiento mundial.