Ya se cumplió una semana desde que Venezuela se enteró que el aguacero de las ondas tropicales 7 y 8 habían sido tan fuertes que se llevó casas, maquinarias y parques en el noble páramo andino.
Con los días, surgen más imágenes y testimonios de la pesadilla que vivió el Páramo merideño, que reposa en los recuerdos de todo el país como lo más frágil de todo el territorio.
La agencia AFP recogió algunos testimonios en Apartaderos, cuna de la «loca Luz Caraballo», personaje de la cultura popular inmortalizada por el poeta Andrés Eloy Blanco.
Arelis Villareal subió a una reja con sus cuatro hijos para evitar ser arrastrada por el agua. «Nunca pensé que el río iba a crecer tanto», dijo luego de perder su casa en un pueblo de los Andes venezolanos arrasado por las lluvias.
Lo recuerda vívidamente. Fue hace una semana. El río Chama arremetió contra varios pueblos del estado Mérida (oeste) con un ejército de rocas y troncos que arrastraba la corriente.

Primero contra el turístico Apartaderos, luego vino Escagüey, ubicado a 35 km.
Unas 270 familias quedaron damnificadas y dos personas murieron, según datos oficiales.
«Pude ver el color con el que bajaba» el agua, recordó. «Era muy oscuro y, además, a la distancia me di cuenta cuando se desbordó de su cauce. Nos dio tiempo de correr. Lo que más me importaba eran mis hijos», evocó.
El lugar donde alguna vez estuvo la casa de Keiver Sánchez quedó igualmente bajo las rocas.
«Quedé sin nada, el deslave me dejó sin ni siquiera una columna», lamentó. «Gracias a dios pude sacar a mi familia y a mis mascotas».
Vive ahora en un refugio, donde solo piensa que debe «empezar de cero de nuevo». «Volver a construir la vida que teníamos, me gustaría tener de nuevo cositas mías, no es fácil perder lo que siempre tuviste».

«Hermandad»
Los también estados andinos Táchira y Trujillo, y los llaneros Barinas y Portuguesa también fueron impactados por las lluvias, aunque en menor medida que Mérida.
Las autoridades reportaron 370 viviendas afectadas, 103 declaradas en pérdida total.
Militares, bomberos y efectivos de Protección Civil fueron desplegados en las labores de rescate, distribución de ayuda y recuperación de la infraestructura.
Voluntarios igualmente recorrieron las ruinosas carreteras en camionetas 4×4 y motos para llevar donaciones hasta los pueblos afectados. La AFP acompañó a uno de estos grupos que salió desde la ciudad de Mérida, capital del estado.
Miles de personas, desde distintas ciudades, donaron agua, alimentos, medicinas y ropa.

«Caminar casa por casa»
«La ayuda es para todos los afectados», repetía Coraima Cuevas, gestora de uno de los centros de acopio y refugio en Apartaderos.
Claudina Elena Sánchez, de 66 años, quedó atrapada en el centro de Escagüey luego de ir a visitar a su madre. Vive en el páramo Los Arangures, a unas siete u ocho horas por carretera.
«No sé cómo estarán las vías ni los puentes allá arriba, la situación es complicada para llevar ayuda o para regresar», indicó.