En el marco del 80º periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA 2025), el canciller venezolano Yván Gil sostuvo encuentros bilaterales con representantes de 46 países.
A través de su canal de Telegram, el funcionario fue divulgando fotografías de sus sucesivos encuentros con los de otras naciones. La lista dibuja con claridad el mapa diplomático de Nicolás Maduro: una red de aliados marcada por regímenes autoritarios, economías extractivistas y gobiernos cuestionados en materia de derechos humanos.
De los 46 países, 28 (61%) están clasificados por Freedom House 2025 como “No Libres”, un grupo donde figuran Rusia, Bielorrusia, Irán, Corea del Norte, Cuba, Nicaragua, Tayikistán, Ruanda y varios gobiernos africanos como Chad, Sudán, Mali o Burkina Faso. Otros 10 (22%) son considerados “Parcialmente Libres”, entre ellos Serbia, Sri Lanka, Mozambique, Bolivia y Benín, caracterizados por instituciones débiles y restricciones políticas crecientes.
De los que se reunieron con Gil, solo ocho países (17%), como Barbados, Ghana, Namibia, Kenia o Senegal, son catalogados como “Libres”, lo que evidencia que la mayoría de los interlocutores de Caracas pertenecen a entornos donde las libertades políticas y civiles están severamente limitadas o bajo amenaza.
Esos ocho países equivalen al 4% de las naciones reconocidas como parte de la Organización de las Naciones Unidas (193).
Por su parte, de los 46 países, 25 (54%) son catalogados como regímenes autoritarios según el Índice de Democracia 2024 de The Economist Intelligence Unit.
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