El exembajador de Estados Unidos en Venezuela, James Story, afirmó que el masivo despliegue militar en el Caribe «no es solo para enfrentar el narcotráfico». Aseguró que hay un 80 % de probabilidad de que ocurra «algo dentro del territorio de Venezuela», una acción que podría incluir desde ataques a grupos irregulares hasta opciones militares de EEUU.
En una entrevista con el periodista Jorge Agobian, Story, quien también fue jefe de antinarcóticos en Colombia, calificó el envío del 10 % de la Armada estadounidense como «un cambio de estrategia muy radical». «La primera vez cuando el presidente Trump habló de que todas las opciones están sobre la mesa, yo diría que ahora las opciones están enfrente de la casa, o sea, en la costa», afirmó.
El exdiplomático descartó que se trate de una invasión a gran escala. «No hay fuerza para una invasión», dijo, comparando los cerca de 10.000 efectivos actuales con los 30.000 usados en Panamá en 1989. Sin embargo, precisó la alternativa: «sí hay fuerzas especiales que pueden hacer cosas dentro de Venezuela si el presidente toma esa decisión».
Story detalló el rango de las opciones militares. «Puede haber un ataque contra una pista clandestina al sur de Maracaibo, atacar a las Farc, ELN o el grupo Tren de Aragua», dijo, o «hasta un ataque contra Maduro y su grupo de delincuentes». «Todas las opciones están ahí hasta decapitar al gobierno», sentenció.
Al ser consultado sobre si se trata solo de una «operación psicológica», como sugirió Elliot Abrams, Story coincidió en que no habrá «invasión», pero fue enfático. «Yo creo que para el presidente Trump en este momento no actuar dentro del territorio venezolano es poco probable». Calificó el despliegue como la «presión máxima, máxima».
El exembajador advirtió que la acción militar inicial no es el mayor desafío. «La parte fácil es sacar a Maduro. Sí, eso es bastante sencillo. La otra, que es más difícil, es asegurar la paz porque hay tantos grupos irregulares criminales en el país», explicó.
Story también rechazó la narrativa del régimen venezolano sobre una «guerra por el petróleo». «No es una cuestión de petróleo, es una cuestión de estabilidad, terrorismo, migración, derechos humanos y también democracia», afirmó, señalando que EEUU y Guyana producen más.
Finalmente, reconoció el debate en Washington sobre la autoridad constitucional del presidente para la guerra, pero lo diferenció del consenso bipartidista. Aseguró que en el Congreso «todos están de acuerdo que Maduro tiene sus días contados».
