Queriendo observar con nuestros propios ojos a la palma de Ceilán, decidimos darnos una vuelta por el Jardín Botánico de Caracas este domingo 23 de enero, después de años luz sin visitarlo.
Por: Morfema Press
Cargados con par de botellas de agua, la cámara del teléfono y ganas de reconectarnos con un espacio de gran importancia, decidimos obviar algunas recomendaciones de ir a visitarlo entre semana por la soledad. No nos arrepentimos de visitar este Patrimonio Cultural de la Humanidad que forma parte de la Ciudad Universitaria de Caracas.
Entre familias, grupos de conversación, policías y guardias nacionales; el miedo existente de cuentos y noticias sobre la inseguridad quedó en el pasado para darle rienda suelta a la curiosidad, el aire puro y el verdor.
A pesar de tener algunas áreas descuidadas, podría decirse que el espacio se encuentra casi limpio en su totalidad. En tan solo dos sitios nos topamos con basura, muchas bandejas de anime tiradas por el piso, justo frente a la sede del Herbario Nacional de Venezuela
El Jardín Botánico de Caracas cuenta con más de 2500 especies que corresponden a unas 200 familias botánicas, de las cuales el 50 % son de Venezuela, proviniendo el resto de Centroamérica, África, la India y otras regiones de Asia y Suramérica.
De sus 70 hectáreas, 15 de ellas tienen unas determinadas zonas donde se encuentran las plantas distribuidas por sectores, las 55 hectáreas restantes, se han reforestado y se han dedicado como bosque autóctono preservado.
