Una revisión reciente ha puesto de relieve el potencial terapéutico de la psilocibina, el ingrediente químico activo de los hongos psicodélicos. El compuesto, presente en más de 200 especies de hongos, ha sido históricamente relegado a la periferia de la investigación médica, principalmente debido a sus propiedades alucinógenas. Pero los tiempos están cambiando, al igual que la perspectiva sobre esta sustancia alguna vez prohibida.
La Dra. Emmanuelle Schindler, directora médica del Centro de Excelencia para el Dolor de Cabeza de la Facultad de Medicina de Yale , realizó un estudio que podría revolucionar el tratamiento de la migraña.
Según la revisión, su investigación «encontró una reducción de aproximadamente el 50% en los días semanales de migraña, así como una intensidad de ataque significativamente reducida, durante dos semanas después de la administración de una dosis única baja (no psicodélica) de psilocibina», sin » eventos graves o adversos” informados.
Este hallazgo añade una nueva dimensión al creciente conjunto de investigaciones que sugieren que la psilocibina podría ser algo más que una simple droga recreativa. Más allá de las migrañas, podría tener posibles beneficios para la salud mental, incluido el alivio de los síntomas de depresión y ansiedad.
Profundizando en el mundo de la psilocibina
Desde su ilegalización en Estados Unidos en 1970, la psilocibina ha sido un tema de controversia. Sin embargo, en los últimos años, las barreras se están desmantelando lentamente, lo que permite a los investigadores profundizar en los ensayos clínicos y los posibles beneficios para la salud.
El Dr. Boris Heifets, profesor asistente de la Facultad de Medicina de Stanford, aclara: “La psilocibina no es fundamentalmente una droga adictiva. No se parece en nada a la nicotina, el alcohol, la morfina o incluso la ketamina”. Destacando los beneficios potenciales de esta sustancia no adictiva, los investigadores ahora están investigando cómo podría ayudar en el tratamiento de los trastornos de adicción y otras afecciones.
Heifets describe una típica sesión terapéutica con psilocibina, dividida en tres fases:
- Preparación : Antes del viaje real, los pacientes suelen someterse a hasta tres sesiones que duran una o dos horas. Aquí se familiarizan con el entorno y comentan sus expectativas.
- Dosificación : El día del viaje, que dura unas cinco horas, a los pacientes se les administra un placebo, una dosis alta o una dosis baja de psilocibina. Acompañado por un terapeuta y una persona de apoyo, se anima al paciente, equipado con viseras y auriculares para escuchar música, a realizar una introspección.
- Integración : esta fase se desarrolla durante los días y semanas siguientes, donde los pacientes reflexionan sobre sus experiencias y sus implicaciones en su vida.
La psilocibina y el cerebro
La psilocibina interactúa con el cerebro a través de los mismos receptores que la serotonina, la hormona del bienestar estrechamente relacionada con el bienestar y la felicidad. Las personas con diversos trastornos, desde depresión y ansiedad hasta trastorno de estrés postraumático y adicción, tienden a presentar niveles reducidos de serotonina. La premisa es que la psilocibina puede llenar este vacío.
La evidencia de esto incluye:
- Depresión : desde 2016, varios estudios han revelado que la terapia asistida con psilocibina puede ofrecer alivio de los síntomas del trastorno depresivo mayor durante períodos prolongados.
- Ansiedad al final de la vida : una investigación en NYU Langone demostró que la psilocibina alivió significativamente la angustia en el 80% de los pacientes con cáncer terminal, con efectos que duraron más de seis meses.
- TOC : El Dr. Francisco Moreno y el Dr. Brian Bayze de la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona en Tucson sugieren que la psilocibina podría conducir a «reducciones rápidas y significativas en los síntomas generales del TOC».
- Adicciones : las revisiones han identificado el potencial de la terapia con psilocibina tanto para el trastorno por consumo de alcohol como para la adicción al tabaco, con resultados preliminares prometedores.
El camino por delante
Si bien la creciente investigación sobre la psilocibina es prometedora, aún es incipiente. La mayoría de los estudios se han realizado a pequeña escala, lo que requiere ensayos más completos para evaluar su seguridad y eficacia frente a los tratamientos existentes.
Además, Heifets indica que la psilocibina, si fuera aprobada médicamente, no sería un remedio casero. Es probable que los pacientes necesiten consumirlo en un entorno controlado con un profesional médico.
Los riesgos potenciales también persisten. Heifets advierte: «Los pacientes con manía, como trastorno bipolar, esquizofrenia y psicosis, pueden enfrentar un riesgo difícil de cuantificar». El Dr. Schindler también enfatiza la necesidad de realizar más investigaciones, especialmente en relación con el uso a largo plazo y sus implicaciones.
Sin embargo, el horizonte parece prometedor. Como menciona Heifets, “en el estudio clínico más grande [de pacientes con trastorno depresivo mayor], de hasta seis semanas, hubo un beneficio en comparación con el placebo”.
En esencia, el viaje de la psilocibina desde un alucinógeno recreativo hasta una potencial maravilla terapéutica es un testimonio del ámbito en constante evolución de la investigación médica. A medida que se desarrollan más estudios, sólo cabe esperar que este compuesto pueda ser la panacea para muchos que llevan mucho tiempo buscando alivio.