SpaceX realizó este domingo su vuelo de prueba más audaz hasta la fecha del enorme cohete Starship, recogiendo el propulsor de regreso a la plataforma de lanzamiento con brazos mecánicos.
Con casi121 metros de altura, el Starship vacío despegó al amanecer desde el extremo sur de Texas, cerca de la frontera con México. Se elevó sobre el Golfo de México, como las cuatro naves estelares anteriores que acabaron destruidas, bien poco después del despegue, bien al caer al mar. La última, en junio, fue la más exitosa hasta la fecha, ya que completó su vuelo sin explotar.
Esta vez, el fundador y consejero delegado de SpaceX, Elon Musk, ha aumentado el reto y el riesgo. La empresa hizo aterrizar el cohete de la primera etapa en la plataforma desde la que había despegado siete minutos antes. La torre de lanzamiento lucía unosmonstruosos brazos metálicos, apodados Mechazilla (en homenaje al monstruo de ciencia ficción Godzilla), que atraparon el cohete de 71 metros que descendía.
«¡La torre ha atrapado el cohete!» dijo Musk a través de X difundiendo un vídeo de la captura del cohete Super Heavy.
The final phase of Super Heavy's landing burn used the three center Raptor engines to precisely steer into catch position pic.twitter.com/BxQbOmT4yk
— SpaceX (@SpaceX) October 14, 2024
Onboard view showing a catch fitting on Super Heavy as it contacts a chopstick catch beam pic.twitter.com/r1TVQEdITc
— SpaceX (@SpaceX) October 14, 2024