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La avaricia sin límites del Gobierno de Sánchez (II)

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El Gobierno recauda como nunca pero también gasta como nunca. El gasto del Ejecutivo es terrible y los últimos presupuestos han sido récord. Nunca España había despilfarrado tanto dinero. Siempre escuchamos la cantinela de que el dinero público se gasta en Educación y Sanidad. Recordarán lo que decía Podemos, si gastas en tanques no gastas en hospitales…

Por: José María Figaredo – La Gaceta de la Iberosfera

Lo cierto es que no es así. Sanidad y educación, los típicos ejemplos, están hechos polvo. Si bajamos al caso concreto, piensen los lectores lo siguiente: un autónomo cualquiera que pretenda ganar 1.000 euros. Tendrá que desembolsar un 210 euros de IVA y 300 euros en números gruesos de cotización a la Seguridad Social —que es a todos los efectos idéntico a un impuesto, triquiñuelas a parte—.

Es decir, cualquier autónomo que quiera llevar a su casa 1.000 euros habrá dejado 500 euros para la hacienda pública. A partir de ahí vendrán todos los demás impuestos.

Los trabajadores por cuenta ajena, sin embargo, no están mejor: alguien que gane 30.000 euros brutos al año: un enfermero, un conductor de autocares urbanos en Oviedo, un carretillero en la industria… No son los típicos del Lamborgini.

Pagarán 11.000 euros a la seguridad social a cargo de la empresa y del trabajador; 4.900 euros en IRPF; 2.500 euros en IVA con una estimación bastante prudente; 400 euros por otros impuestos. En total, Hacienda se lleva unos 18.000 euros para cada salario bruto de 30.000 euros. Hacienda siempre gana, en este caso más de un 50% en impuestos y conceptos análogos…

En fin, un autónomo que facture al menos 1.000 euros al mes, un enfermero, un conductor de autocares o un carretillero industrial dejan a Hacienda un importe algo superior al 50% de su sustento. Todo esto tendría lógica si el Gobierno fuese pulcro y eficiente en el gasto. Siempre se escucha la cantinela de que el dinero público se gasta en Educación y Sanidad.

En cambio, la Educación está peor que nunca. Los estudiantes españoles empeoran en conocimientos financieros, según el Informe PISA. Solo el 5% de los alumnos de 15 años alcanza resultados excelentes, frente al 11% de media de los países de la OCDE.

También la Sanidad está hecha polvo. Sin entrar en grandes detalles, casi 850.000 ciudadanos permanecen en listas de espera para ser operados en la sanidad pública, el peor dato desde que hay registros.

Mientras, el dinero público se gasta en innumerables tonterías que en nada benefician a los españoles. El ejemplo más claro está en el listado de subvenciones públicas. Se puede descargar desde el Sistema Nacional de Publicidad de Subvenciones y Ayudas Públicas, aunque el Excel está un poco escondido.

El pasado 2023 España gastó nada más y nada menos que 32.794.944.010 euros en subvenciones de más de 100.000 eros. Las de menos vuelan bajo y no hay quien las localice. ¿Qué habrá ahí escondido?

Algunos de los beneficiarios de nuestro dinero público a los que sí conocemos son el Ministerio del Interior de Marruecos, el Banco de Desarrollo de Ecuador, el Ministerio de Pesca de Mauritania, la Alcaldía de la Esperanza de Intibucá en Honduras, la Asociación de Caficultoras del Cauca en Colombia, la Asociación de Jueces de Mozambique, el Instituto Salvadoreño de la Mujer, el Ministerio de la Mujer de Perú, la Sociedad Marroquí de Ingeniería Turística o el Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos.

En paralelo, los casos de corrupción son ya incontables:

Tito Berni: una trama dirigida desde el PSOE canario en el congreso de los diputados para amañar contratos públicos.

Koldo: el portero de discoteca que terminó como consejero de RENFE. Ábalos: conseguidor del gobierno cuya novia había sido contratada por Ineco, una empresa pública de ingeniería y consultoría. ¿Por qué debe España tener una empresa pública dedicada a la ingeniería y la consultoría? ¿El mercado español no tiene capacidad para que existan, es un servicio de primera necesidad? Me surgen dudas.

Ah, el hermano de Koldo, Joseba García, también trabajaba para Ineco. Qué casualidad.

Begoña Gómez: la esposa del presidente que montó varios cursos de postgrado cuando ella misma no contaba con el grado… Montó estos másteres gracias a la financiación de grandes empresas españolas, convencidas para colaborar por el propio presidente, su esposo.

El hermano de Sánchez: que trabajaba para una administración provincial como director de un teatro o una orquesta sinfónica y, sin embargo, residía en Portugal y, claro, tributaba allí. Aquellos Youtubers que se fueron a Andorra eran claramente unos malvados insolidarios. Este señor no es digno de la menor tacha, claro…

Y, no nos olvidemos de la joya de la corona. El caso ERE de Andalucía. Allí el Gobierno socialista robó o hizo desaparecer 680 millones de euros.

Transcurridos pocos años, el PSOE, con el Tribunal Constitucional bajo control, ha conseguido matizar algunas de esas sentencias. Así que ahora, quienes provocaron esa desaparición son aplaudidos y jaleados por sus compañeros de partido. Como dijeron en aquel mitin en Sevilla: «Mi patria es el PSOE».

Aquel asunto sigue produciendo nuevos capítulos. Recientemente se ha sabido que los miembros de esta trama corrupta, del PSOE, daban instrucciones para colocar en la administración pública y organismos aledaños. Decían:

(…) Antonio Jesús, hijo de Aurora Atoche, PSOE Sevilla.

Mónica, nuera de Carmen Mejías, mujer de Juan María González Fernández y, por tanto, cuñada de Felipe González- (…)

Junto con lo que te he puesto en la black (…)

Destruye el correo después.

La conclusión necesaria es que cada vez tenemos en España clases más diferenciadas entre privilegiados y españoles de a pie.

Los primeros son aquéllos que tienen el carnet del PSOE entre los dientes. Ellos pueden optar a subvenciones opacas de forma sencilla. Pueden acceder a cargos públicos. Pueden, incluso, robar dinero público, hacerlo desaparecer. Y, aún así, confían en que los altos tribunales poco a poco controlados por el PSOE olviden y hagan desaparecer sus causas. Ni siquiera opera para ellos el escarnio público. Cuando vuelven al redil socialista son recibidos entre aplausos y se les recomponen los carnets socialistas.

Los españoles de a pie son los que curran, sostienen el país y engordan las arcas que luego disfrutan los privilegiados. Son los que pagan hasta por respirar. Son esos españoles que con facilidad dan a hacienda algo más de un 50% de su trabajo. Y estos españoles, padecen una educación deteriorada y una sanidad lenta. Para ellos no hay colegios de postín ni sanidad privada. Y si lo hay, es a costa de su sudor, esfuerzo y sacrificio.

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