La intensa batalla política que vive Bolivia entre el presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales por el liderazgo de la izquierda ha asestado un nuevo golpe a este último por vía judicial. El Tribunal Constitucional Plurinacional difundió una sentencia que no solo confirma su inhabilitación para postularse a la presidencia, algo que ya había sido fallado previamente, sino que la amplía para impedirle ser vicepresidente o presidente de las Cámaras legislativas. Dice el Constitucional que “el fin del Constituyente, a partir de lo determinado por la Constitución” es “evitar de cualquier modo” que una autoridad electa esté más de 10 años en su cargo en el Poder Ejecutivo, es decir, más dos gestiones continuas o discontinuas. Morales sobrepasó ese tope pues gobernó casi 14 años, entre 2006 y 2019.
Morales acababa de suspender la huelga de hambre que inició la semana pasada y también los cortes de caminos que sus seguidores cumplían hace casi un mes sin lograr ninguna concesión del Gobierno.
La batalla no sólo se vive en la calle y la justicia, también impregna a toda la institucionalidad del país. Como se pudo ver también este viernes en el congreso cuando legisladores afines a Morales sabotearon el discurso a la nación que debía ofrecer este viernes el presidente Luis Arce con motivo de su último año al frente del gobierno izquierdista. Los parlamentarios lanzaron tomates y flores a la mesa directiva que presidía el jefe del Congreso y vicepresidente, David Choquehuanca, cuando instalaba la sesión para recibir a Arce. «Pido disculpas al pueblo boliviano, a los diputados, senadores y a los invitados especiales por esta actitud vergonzosa de algunos asambleístas. La sesión para brindar el informe de la presidencia no se va a poder instalar», dijo Choquehuanca.
Los incidentes obligaron al mandatario a dirigir su mensaje a la nación, desde las afueras del Congreso, en el centro de La Paz.
Una batalla encarnizada
Morales y Arce -exministro de Economía del líder indígena- se disputan el control del partido gobernante y la nominación de la candidatura oficialista para las presidenciales de 2025. Su lucha por el poder ha derivado en protestas y bloqueos de vías por parte de los seguidores de Morales, que denuncian una persecución judicial y política para impedir que su líder pueda volver a aspirar a la presidencia tras gobernar Bolivia entre 2006 y 2019.
Según el presidente boliviano, las manifestaciones en su contra le han costado al país cerca de «4.000 millones de dólares» por la obstrucción de las vías que suelen realizar los seguidores de Evo Morales.
Entretanto, el expresidente, desde la red X, señaló que «al culminar su cuarto año, el gobierno de Luis Arce traicionó al pueblo boliviano».
«Es un gobierno neoliberal en lo económico, antipopular en lo social y autoritario y represivo en lo político», sostuvo.
Tras los cortes de rutas, el Gobierno no ha logrado restablecer completamente el sistema de dispendio de gasolina, así que las colas ante las estaciones de servicio continúan. La escasez de diésel, por otra parte, es constante desde hace meses. Los yacimientos de hidrocarburos de Bolivia se han ido agotando en los últimos años. Por eso, el país necesita importar más gasolina y diésel y, al mismo tiempo, tiene menos ingresos en divisas para hacerlo. Actualmente, las reservas de dólares no alcanzan ni para pagar un mes de importaciones
Algunos analistas creen que en enero próximo Bolivia volverá a tener una inflación interanual de dos dígitos, lo que no ocurría desde fines de los años 80.
AFP y medios locales