Por Víctor Salmerón en Gerentesis
El sector influyó en el resultado de las elecciones en Estados Unidos y aspira a un resurgimiento de la mano de un presidente aliado y un congreso favorable a las criptomonedas.
La victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos impulsó una veloz escalada en el precio del bitcoin y desencadenó el optimismo en el mundo de las criptomonedas, que al fin festejó la llegada del mesías: un presidente y un buen número de legisladores favorables a la expansión del negocio.
A mediados de esta semana el bitcoin tocó el máximo histórico de 93 mil 480 dólares para luego ajustar y cerrar el viernes en 90 mil 948 dólares, de esta forma, acumuló un alza de 34% desde la elección del cinco de noviembre que, para algunos analistas y la mayoría de los criptofieles, solo es el inicio de una era de esplendor.
“Bienvenidos al mercado alcista de las criptomonedas” celebró Bernstein en un reporte y añadió “compren todo lo que puedan” e incluso recomendó a los inversionistas que se han mantenido cautos por temas regulatorios que cambien su “modelo mental”.
Michael Novogratz, fundador del banco de activos digitales Galaxy, describió la victoria de Trump como “un día increíblemente importante para la industria de las criptomonedas” y anticipó que «estamos en los comienzos de lo que creo serán 52 semanas de buenas noticias”.
Cambiar el congreso
El ecosistema cripto asumió las elecciones como el momento ideal para asegurar un cambio en Washington que ablande las regulaciones y le conceda un tratamiento distinto al de otros instrumentos como las acciones, que se negocian en Wall Street, o los bancos convencionales.
La apuesta incluyó el desembolso de una importante suma de dinero en la campaña electoral destinada a favorecer la elección de legisladores amigables con las criptomonedas. La organización Public Citizen explicó en un reporte difundido en agosto que las empresas cripto habían desembolsado hasta entonces 119 millones de dólares, el mayor gasto en el segmento corporativo.
En su mayoría el dinero provino de la plataforma de criptodivisas Coinbase, Ripple y los fundadores de la firma Andreessen Horowitz. El gasto tuvo su recompensa. De acuerdo con el comité de acción política Stand with Crypto Alliance, promovido por Coinbase, tras las elecciones el congreso de Estados Unidos tendrá 292 legisladores a favor del mundo cripto y 134 en contra.
Brian Armstrong, director ejecutivo de Coinbase, afirmó a través de su cuenta en X que el próximo congreso será “el más pro-cripto de la historia” y añadió que “Estados Unidos seguirá un camino hacia la libertad económica, que es nuestra fuente de fortaleza, basado en un gobierno limitado, el estado de derecho, la meritocracia, la disciplina fiscal y el respeto al libre mercado”.
El año pasado la Comisión del Mercado de Valores (SEC) demandó a Coinbase porque “a pesar de estar sujeta a la legislación sobre valores, mezcló y ofreció ilegalmente funciones de bolsa, bróker y cámara de compensación”.
Además Binance, en ese entonces la mayor plataforma de intercambio de criptoactivos del mundo, se vio forzada a pagar una multa récord de 4 mil 368 millones de dólares por incumplir normas contra el blanqueo de dinero y la regulación de los mercados de valores.
Muro legal
La Comisión del Mercado de Valores ha recurrido a la interpretación de leyes existentes y a promulgar normas que buscan ordenar el mundo cripto, pero su actuación es vista por los afectados como prejuiciada y negativa para el desarrollo del negocio.
En marzo de 2022 la Comisión publicó un instructivo que obliga a las entidades financieras que custodian criptoactivos a registrarlos como pasivos en sus balances. El Congreso aprobó eliminar la norma pero el presidente Biden vetó la decisión y luego la Comisión ablandó la medida.
En general los gestores de criptoactivos esperan normas que les permitan el acceso a la banca, reacia a efectuar operaciones con instrumentos altamente volátiles como las criptomonedas y ansían que se apruebe una ley que daría más responsabilidad en la supervisión a la Comisión de Negociación de Futuros, una agencia pequeña, con menos recursos que la Comisión de Valores y más amigable con el mundo cripto.
Better Markets, una organización no partidista, alertó a través de un reporte que “el Congreso no tiene un mandato de criptomonedas” y añadió que las corporaciones cripto gastaron “cientos de millones de dólares para eliminar a los legisladores que defienden a los consumidores y el interés público”.
“¿En qué otro caso permitiríamos que una industria eligiera a su propio regulador?”, preguntó Better Markets.
Nuestro presidente
Al día siguiente de las elecciones en Estados Unidos Eric Trump, hijo del nuevo presidente, compartió en su cuenta de X un meme con una bandera del bitcoin ondeando sobre la Casa Blanca. La imagen es el signo de los nuevos tiempos.
Durante la campaña electoral, Donald Trump abrazó al mundo cripto y equiparó al sector con la industria siderúrgica de hace un siglo, prometiendo convertir a Estados Unidos en la “capital cripto del planeta y la superpotencia mundial del bitcoin”, además dijo estar dispuesto a crear una “reserva nacional estratégica de bitcoin”.
En julio Trump pronunció un discurso en la conferencia anual sobre bitcoin, celebrada en Nashville, y fue largamente aplaudido cuando prometió que “tendremos normas, pero a partir de ahora las normas las redactarán personas que amen su industria, no que la odien”.
“La represión de las criptomonedas y el bitcoin por parte del Gobierno Biden-Harris es errónea y perjudicial para nuestro país”, añadió y prometió destituir “el primer día” a Gary Gensler, presidente de la Comisión del Mercado de Valores.
En septiembre Trump y su hijo mayor, Donald Trump Jr., anunciaron el lanzamiento de World Liberty Financial una empresa para comerciar criptomonedas en la que están asociados con emprendedores. La plataforma indica en su página web que está “liderando una revolución financiera” desmantelando el dominio de las instituciones tradicionales.
Las promesas
El acercamiento de Trump con las criptomonedas ya rindió frutos: votos de jóvenes y donaciones para su campaña. Las promesas podrían no ser fáciles de cumplir.
Si Gary Gensler no renuncia a su cargo, lo más probable es que Trump tenga que librar una batalla legal para destituirlo en la que tendría que demostrar que existen motivos válidos para removerlo.
La idea de crear una reserva nacional estratégica de bitcoins es vista por expertos como carente de sentido, porque la moneda de Estados Unidos no necesita este tipo de respaldo y se trata de un activo altamente volátil; por lo tanto, lo más probable es que se limite a conservar los bitcoins incautados en operativos contra operaciones ilegales que solo representan 1% de los que están en circulación.
El Big Bang
A diferencia del dólar o el euro, que se imprimen en billetes y monedas, el bitcoin es completamente digital y no están controlado por un banco central. Tras quince años de su aparición aun está muy lejos de tener un uso relevante en la economía, salvo como vehículo para especular.
La escalada tras las elecciones de Estados Unidos es una muestra de que sigue siendo un activo propenso a grandes ascensos y caídas. Las promesas de Trump y la elección de un congreso favorable a las criptomonedas alimenta el frenesí.
Georgi Koreli, director de Hinkal, dijo a Reuters que “los inversores deben ser cautelosos sobre la potencial volatilidad que se avecina”. No descarta que el bitcoin siga su ascenso hasta 95 mil dólares e incluso los 100 mil dólares pero podría hacer una pausa o retroceder “para recuperar fuerzas”.
UBS indica que a pesar del repunte de los últimos días “seguimos considerando los criptoactivos como un negocio especulativo más que como una inversión estratégica” y se declara escéptico de que alcancen un uso significativo.
Paul Krugman, premio Nobel de Economía, escribió en agosto que “hace seis años, sostuve que el bitcoin y otras criptomonedas no servían para nada, que su valor de mercado no se basaba más que en palabrería tecnológica y estupideces libertarias”.
“Mantengo mi opinión, que se ha visto reforzada por el paso del tiempo. Pero no adiviné la importancia que adquirirían las criptomonedas pese a todo, no porque cumplieran su promesa de sustituir al dinero convencional, algo que no han hecho y que nunca harán, sino porque se han convertido en una fuerza poderosa que, entre otras cosas, está deformando nuestra política”, agregó.