El régimen venezolano trabajó arduamente por meses para lograr un acuerdo con Estados Unidos, para que este revocara sanciones al petróleo venezolano, con miras a una mejor economía en un año electoral. Cómo siempre, incumplió el acuerdo a conveniencia propia, contando con la lentitud en el accionar diplomático. Resulta que inhabilitó a María Corina y en cuestión de horas Estados Unidos reaccionó retornando sanciones al oro y poniendo fecha a las del petróleo. Hasta es factible el retiro total de Chevron.
El régimen hace mucho ruido mediático local, pero detrás de esto hay mucho miedo a perder el poder. Con pocos recursos, mucho rechazo y división interna, la única oferta que le queda al régimen es más y más represión. Mientras tanto, la crisis interna se ahonda, la electricidad peor que nunca y las expectativas de mejoras económicas aplastadas. Los temas de la semana son “El régimen cometiendo errores”, “Las reacciones a la inhabilitación de María Corina” y “La respuesta en Venezuela”.
El régimen cometiendo errores
En los primeros 20 de años del chavismo, era el régimen quién establecía la agenda política. Tenía claridad absoluta y además la increíble habilidad para sorprender, casi en forma diaria, y orientar o desviar la atención hacia donde les interesaba. Ahora bien, el régimen en el último año viene trabajando en forma reactiva y cometiendo errores. Solo para recordar algunas fallas mayores: con la inhabilitación (por Contraloría) fuera de tiempo de María Corina, la proyectó nacional e internacionalmente y levantó el ánimo de la población; permitió una primaria de la oposición, que produjo casi 3 millones de votos y catapultó a María Corina al liderazgo; apresuradamente lanzó el referéndum sobre el Esequibo que desnudó su pérdida del control social sobre sus propios votantes naturales. Ahora, el régimen se equivocó de nuevo.
En paralelo a los hechos anteriores, el régimen realizó un proceso de negociación con Estados Unidos en forma directa y en paralelo a la que ocurrió con la Plataforma Unitaria. Los elementos resaltantes de la negociación fueron (1) el levantamiento de sanciones, principalmente petroleras, de Estados Unidos y (2) un proceso de democratización, que permitiría la Primaria del 22Oct y elecciones presidenciales en la segunda mitad de 2024. Era importante el rebote económico que el levantamiento de sanciones proveería para el 2024. El régimen contaba con poder ganar dichas elecciones con una combinación de abstención, división de la oposición y de apoyo de los alacranes. Las primarias sorprendieron a propios y extraños, el régimen contaba con 600.000 votantes y fueron casi 3 millones y nadie soñó (ni siquiera sus cercanos colaboradores) que María Corina se convertiría en líder indiscutible de la oposición con 93% de los votos.
Los inesperados resultados de la primaria obligaron al régimen a ajustar planes. Seguían apuntando a las elecciones, y para ello contaban con avanzar en el tema económico y con el hecho que más adelante sería mucho más difícil para Estados Unidos echar para atrás las sanciones. Se estimaba que alrededor de Julio 2024 sería el momento para medir, si era conveniente concretar la inhabilitación de María Corina. Esa fue la expectativa que le transmitíeron a sus contactos en partidos opositores.
Ahora bien, el régimen es una coalición de varios grupos, donde aparentemente las diferencias se hacen cada vez más pronunciadas. Para alguno de los grupos, el avance de María Corina crecía a pasos agigantados, no se podía esperar y había que detenerla ahora. Me imagino, que también pensaron que Estados Unidos, respondiendo a la presión de sus empresas mantendría el levantamiento de las sanciones. Así que el 26 de Enero 2024 decidieron adelantar la inhabilitación de María Corina. Con esta decisión sorprendieron a propios y extraños. Las acciones dirigidas por el temor y el miedo tienden a ser las menos convenientes.
Las reacciones a la inhabilitación de María Corina
Para el año 2023, el régimen había logrado que no se hablara de Venezuela en el ámbito internacional, sus acciones represivas pasaban inadvertidas. Cuándo el año pasado, la Contraloría anunció la inhabilitación de María Corina la reacción internacional fue extraordinaria, al igual que la reacción local. A pesar de Ucrania y de Israel-Gaza, lo que ocurría en Venezuela era de nuevo noticia y merecía seguimiento. El reciente anuncio de la inhabilitación de María Corina por parte del TSJ ha tenido un efecto idéntico. Los gobiernos democráticos del mundo, las organizaciones mundiales, los parlamentos, los expresidentes de América Latina han manifestado su consternación y su preocupación. Estados Unidos, ya anunció la reimposición de las sanciones a la minería de oro y la de las petroleras a partir de Abril.
La posición de Estados Unidos es la determinante, por cuanto son ellos los que principalmente pueden presionar al régimen venezolano. Existía preocupación por la respuesta de Estados Unidos a la inhabilitación de María Corina y esta llegó prácticamente en horas: “A falta de avances entre Maduro y sus representantes y la opositora Plataforma Unitaria, particularmente en cuanto a permitir que todos los candidatos presidenciales compitan en las elecciones de este año, Estados Unidos no renovará la licencia cuando expire el 18 de abril de 2024. Además, Estados Unidos está revocando Licencia General 43, que autorizaba transacciones relacionadas con Minerven, la empresa minera de oro estatal venezolana. Las personas estadounidenses tendrán catorce días para cancelar cualquier transacción que haya sido previamente autorizada por esa licencia.”. Esa posición planteada desde el Departamento de Estado tiene el efecto de frenar los avances en la economía venezolana. Las petroleras seguramente limitarán de inmediato su expansión a la espera de nuevos hechos, por cuanto en la práctica solo pueden contar con libertad de acción hasta Abril 2024. Se está hablando, que si no obtiene respuesta positiva de parte del régimen venezolano para Abril, es posible que Estados Unidos le exija a Chevron que se retire totalmente de Venezuela, afectando negativamente la menguada producción venezolana de petróleo.
Para Estados Unidos es importante lograr el regreso de la democracia a Venezuela, pero también existen otros temas inmediatos y relevantes. La administración estadounidense está en un año electoral y cualquier duda en su accionar sería castigada por la oposición, por ello no les conviene quedarse paralizados. Además, dentro de la campaña electoral estadounidense, la inmigración ilegal es un asunto álgido y los venezolanos representan la mayor parte de esta. Sin una solución que provea esperanzas a los venezolanos es imposible frenar dicha inmigración.
La respuesta en Venezuela
Con este régimen en Venezuela, la opción del nombramiento de un candidato alterno por parte de Venezuela no tiene ningún sentido. María Corina no cometió ningún acto que merezca una inhabilitación y es la persona en la cual los votantes depositaron su confianza y además se sabe que tiene la capacidad para luchar contra la adversidad. Lo demuestra cuando expresa: “Les digo (al gobierno) no jueguen con la rabia de los venezolanos. Aquí no van a haber más elecciones fraudulentas. Yo recibí el mandato de casi 3 millones de venezolanos que ejercieron la soberanía popular el 22 de octubre, yo represento esa soberanía popular. No pueden hacer elecciones sin mi y sin los millones de venezolanos que votaron ese día”. Además en términos prácticos, cualquier candidato alterno puede igualmente ser inhabilitado y el régimen terminaría escogiendo el candidato que quiere y la oposición estaría de nuevo de vuelta a la situación previa a la primaria: opositores descorazonados e incrédulos.
Lo importante es que María Corina se mantenga continuamente activa y presente en el ámbito público en Venezuela y con los aliados internacionales, respondiendo a una estrategia de información local, nacional e internacional. Su equipo debe asegurarse de tener los canales para hacer seguimiento e informar sobre cada:
- Transgresión de la libertad por parte del régimen.
- Protesta que ocurra.
- Falla de servicios públicos.
En años recientes, se han independizado las protestas sociales de las políticas. Sin embargo, la situación ha cambiado radicalmente. La gente ya sabe que el régimen no está en capacidad de resolver los temas gruesos de la economía y de los servicios públicos. Por otro lado, ahora hay un liderazgo único resultado de una elecciones, así que no estarán presentes los conflictos políticos que ocurrían anteriormente. Así que es perfectamente posible, agregar a las protestas económicas y por servicios los reclamos por la inhabilitación de la candidata de la oposición. El potencial efecto de esto puede ser inmenso.
Mientras tanto, es necesario continuar el esfuerzo de preparación para la participación en las elecciones presidenciales. También se podría considerar la ejecución de simulacros de elecciones, de extensión variada, con el objetivo de movilizar a los votantes y crear más preocupaciones para el régimen.
Es determinante mantener la presión para dividir al régimen.
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