Comenzó de nuevo el asedio contra la Embajada de Argentina en Caracas, hoy bajo bandera brasileña. Agentes chavistas, varios de ellos encapuchados, del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN, la Policía política de Nicolás Maduro) y de la Dirección de Acciones Estratégicas y Tácticas de la Policía Nacional Bolivariana (DAET, las antiguas FAES, definidas por Naciones Unidas como brigadas de exterminio) “hostigan e intimidan” a los seis asilados en la legación diplomática, colaboradores muy cercanos a María Corina Machado, según ha denunciado el Gobierno de Javier Milei.
Y lo hacen con drones, con el corte del fluido eléctrico y con inhibidores de señal en una ofensiva puesta en marcha un día después de que Tarek William Saab, fiscal general del Estado, anunciara el proceso abierto contra la líder opositora por “traición a la patria, conspiración con países extranjeros y asociación para delinquir”. El mismo guión ya utilizado entre agosto y septiembre para forzar el exilio a España de Edmundo González Urrutia, ganador de los comicios electorales, reconocido hoy como presidente electo de Venezuela por Estados Unidos, Italia y Ecuador.
“Este régimen no respeta los acuerdos internacionales, viola los espacios acechando, poniendo drones y cortando la luz”, se reafirmó Magalli Meda, mano derecha de Machado, para EL MUNDO. Tanto Argentina como Brasil, hasta hace muy poco aliado estrecho del chavismo, no han conseguido que Maduro cumpla con la Convención de Viena y otorgue los salvoconductos correspondientes para que los seis asilados viajen a Buenos Aires. Incluso en su intento de intermediación, de la mano del presidente colombiano Gustavo Petro, el hijo de Chávez se negó a responder durante semanas sus llamadas telefónicas.
El hostigamiento continuaba este domingo después de una noche de máxima tensión, confirmaron a este periódico varios de los dirigentes de Vente Venezuela refugiados en su interior. “Funcionarios de seguridad del régimen permanecen en las afueras. También seguimos sin servicio eléctrico”, concretó Pedro Urruchurtu, coordinador internacional de la formación liberal-conservadora.
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