El Gobierno de Estados Unidos decidió poner en pausa las conversaciones migratorias bilaterales con La Habana, que se realizaban regularmente dos veces al año para discutir asuntos de interés mutuo, según funcionarios citados por dos medios de prensa.
«La Administración Trump ya no interactuará con el régimen cubano, por el solo hecho de interactuar y dialogar, sin (un) fin», dijo un vocero del Departamento de Estado a Martí Noticias en un comunicado, sin dar más detalles.
En la misma línea, un alto funcionario del Departamento de Estado declaró a Café Fuerte: «La Administración Trump está impulsando una política exterior poniendo por delante a Estados Unidos (America First). Estados Unidos ya no se comprometerá con el régimen cubano por el mero hecho de establecer un compromiso y mantener un diálogo sin (un) fin«.
Cuando Estados Unidos determine que es necesario reunirse con el Gobierno cubano, lo hará, añadió la fuente, en una reiteración de declaraciones similares que ya había realizado el Departamento de Estado el mes pasado a Martí Noticias.
En marzo el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, se quejó de que no había contactos entre Washington y La Habana, sobre el tema de las deportaciones.
Fernández de Cossío dijo a la agencia de noticias Reuters que la Administración Trump aún no había abordado con las autoridades cubanas el tema de la migración o cualquier posible aumento de las deportaciones.
«No ha habido ninguna solicitud de esa naturaleza por parte del gobierno de Estados Unidos», dijo De Cossío. «Ni siquiera nos hemos sentado a discutir aún si eso sería una posibilidad».
El 31 de enero, el secretario de Estado, Marco Rubio, anunció que el Departamento de Estado «promueve la rendición de cuentas del régimen cubano por la opresión de su pueblo y rechaza la injerencia maligna de Cuba en América y en todo el mundo».
«Nuestra Embajada en La Habana se reúne con las familias de las personas injustamente detenidas, así como con los disidentes, para que sepan que Estados Unidos los apoya incondicionalmente. Mantenemos nuestro firme compromiso con el pueblo cubano y promovemos la rendición de cuentas por las acciones del régimen cubano», dijo Rubio.
El primer Gobierno de Trump interrumpió los encuentros bilaterales entre La Habana y Washington a finales de 2018, a raíz del llamado «síndrome de La Habana». La Administración Biden decidió reanudarlas en abril de 2022.
Desde el retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero, su Administración adoptó una postura más firme frente al régimen cubano.
En su primer día en el cargo, Trump ratificó la permanencia de La Habana en la lista de estados patrocinadores del terrorismo. Además, su equipo impulsó medidas que permiten a ciudadanos estadounidenses presentar demandas privadas relacionadas con propiedades confiscadas por las autoridades cubanas. También se actualizó la Lista Restringida de Cuba, la cual impide realizar transacciones con empresas vinculadas directa o indirectamente a las fuerzas armadas, los servicios de inteligencia o de seguridad cubanos.