Las arenas de Darfur, en el oeste de Sudán, vuelven a teñirse de sangre. Imágenes satelitales tomadas tras la caída de El Fasher, capital del estado de Darfur del Norte, muestran agrupaciones de cuerpos y extensas manchas rojizas en el desierto. Según el Humanitarian Research Lab de la Universidad de Yale, los datos confirman una matanza de más de 2.000 civiles cometida por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), un grupo paramilitar árabe acusado de crímenes de guerra.
El análisis, basado en imágenes obtenidas después de la toma de la ciudad, detectó objetos del tamaño de cuerpos humanos y decoloraciones rojizas compatibles con sangre o suelos removidos para ocultar cadáveres. El informe concluye que El Fasher «está inmersa en un proceso sistemático e intencionado de limpieza étnica contra comunidades africanas no árabes» mediante desplazamientos forzosos y ejecuciones sumarias.
El Fasher había resistido un asedio de dieciocho meses antes de caer a finales de octubre. Era el último bastión del ejército regular en Darfur, donde más de 250.000 desplazados se refugiaban bajo bombardeos y hambre. Testigos denuncian que, tras la conquista, las RSF ejecutaron a mujeres, niños y ancianos y arrasaron barrios enteros. Videos verificados muestran a combatientes celebrando la toma de la ciudad mientras insultan y golpean a civiles de etnias africanas. En una grabación se escucha a un soldado gritar «Matad a los Nuba», en referencia a las tribus negras cristianas del sur y el oeste de Sudán.
Las RSF están formadas por antiguos miembros de los Janjaweed, las milicias responsables del genocidio de Darfur entre 2003 y 2005. Su líder, el general Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti, fue acusado entonces de crímenes de guerra. Hoy, bajo el mismo mando, las milicias repiten las matanzas étnicas que hace dos décadas conmocionaron al mundo. «Lo que ocurre en El Fasher ya lo vimos en El Geneina: una campaña de genocidio étnico a gran escala«, advirtió Cameron Hudson, exdirector para África del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Organizaciones humanitarias denuncian que las RSF bloquean las rutas de huida y los corredores de ayuda, obligando a los desplazados a moverse hacia el este, donde no hay asistencia ni seguridad. La ONU ha recibido múltiples informes de ejecuciones sumarias, violaciones y torturas. El alto comisionado Volker Türk advirtió de un riesgo creciente de violaciones masivas y crímenes étnicos. La ministra británica de Exteriores, Yvette Cooper, calificó los hechos como un patrón sistemático de asesinatos, tortura y violencia sexual.
El conflicto entre el general Abdel Fattah al-Burhan, jefe del ejército, y Hemedti, líder de las RSF, comenzó en abril de 2023 y ha causado más de 150.000 muertos y 14 millones de desplazados, según la ONU, que lo considera ya la peor crisis humanitaria del mundo. Las imágenes desde el espacio confirman lo que los cooperantes temían: el genocidio ha regresado a Darfur, y el mundo vuelve a mirar hacia otro lado.


