El acceso a las universidades mediante el Sistema Nacional de Ingreso (SNI) es más que la violación de la Constitución venezolana, incluso peor aún que violentar el derecho a la autonomía de las casas de estudio superior, es la aplicación de un plan, basado en un proyecto cubano, que pretende minar la universidad con perfiles de estudiantes que respondan a los intereses de la revolución bolivariana, revela a Infobae una fuente que tuvo acceso al informe que planea el asalto a las universidades.
Por: Sebastiana Barráez – Infobae
Tras la excusa del derecho a una “educación universitaria gratuita y de calidad para todos”, se oculta la estrategia que se preparó para que en medio de la grave crisis del país y el enfoque en temas de superviviencia, lluvias y elecciones municipales, “pueda colar que el SNI adjudique a quienes van a ingresar a la universidad con determinado perfil, no académico, sino moldeable a los intereses de la revolución chavista”, dice la fuente que pidió no ser identificada por temor a las represalias.
El primer paso fue destruir la educación a nivel primario y básico “porque no es casual el abandono en las escuelas con la excusa del bloqueo”; se planificó hace años y se trató de forzar con Hugo Chávez en el poder “pero no se logró”. Nicolás Maduro lo hizo realidad. “La mayoría de la población no puede pagar educación privada, que también ha sido filtrada por intereses de la revolución; es como un cáncer que se extiende”.
Ante la pregunta de ¿por qué se estableció ese plan tan atroz para el presente y el futuro del país? “Si un niño, que nació en revolución y ya es un adulto, no sabe leer ni escribir bien, no sabe matemática, tampoco civismo, es una presa fácil de las ideologías”, responde.
Los grandes movimientos de cambio, para bien o para mal, surgen en las universidades, en el pensamiento crítico, pero la revolución bolivariana pretende la hegemonía de todo, incluso del pensamiento. “Creen que es el momento de dar el zarpazo de controlar quiénes acceden a la universidad”.
Explica que la estrategia del plan que los cubanos idearon para Venezuela está en el acceso, por eso es tan importante para el régimen venezolano que tengan control total del Sistema Nacional de Ingreso.
El objetivo de ese plan es “lanzar para las universidades a quienes puedan implosionarlas, porque un estudiante que no sepa ni siquiera leer ni escribir correctamente, no tiene posibilidades de ser un buen estudiante y mucho menos un buen profesional. Ese muchacho es que va a aflorar el resentimiento de la lucha de clases”.
La revolución bolivariana se propone así devaluar a las universidades venezolanas de mayor prestigio, así las elimina del ránking de las 1.500 mejores universidades del mundo, entre las que aún aparece la Universidad Central de Venezuela (UCV), de Los Andes (ULA), Simón Bolívar (USB), del Zulia (LUZ), Metropolitana, Católica Andrés Bello (UCAB), otras.
“En ese plan se crearon las condiciones para que las editoriales casi desaparecieran, las librerías pasaron a ser papelerías donde incluso en muchas se vende papel higiénico, crema dental, bisutería. Todo fue encaminado a destruir el sistema educativo”.
“Tenemos un individuo en el poder que solo tiene astucia, pero no estudios, que su única preparación fue la de chofer, pero además un ministro de Educación que no lee, que no tiene la preparación requerida para tan alto cargo”, le suma a directores y jefes educativos escogidos para obedecer, además de maestros mal pagados.
El objetivo
“Muchos profesores se asombran del bajo nivel de preparación de un estudiante que va a la universidad, que pasó de un año a otro, porque el sistema educativo impuso que el estudiante aprobara el curso como fuera, en un entorno donde el educador apenas gana para sobrevivir”.
Lo primero que el bachiller se encuentra para registrarse en el SNI es una serie de preguntas, que es lo que realmente va a considerar el equipo que prepara a los que ingresarán a las universidades. “Es un censo, cuyas preguntas van dirigidas a determinar cuál es el candidato ideal para penetrar las universidades”.
Por ello “las preguntas no son sobre su preparación, sino por el tipo de vivienda donde vive, si es de zinc o de ladrillo, si está ubicada en un barrio o en una urbanización cerrada, si reciben agua potable o no”.
En esas preguntas que llaman “de tipo social” el perfil se configura con las preguntas sobre la composición familiar, para determinar si son hogares disfuncionales, si los padres trabajan”.
A la comunidad universitaria la mantienen ocupada en este momento con el método para ingresar y muchos están dedicados a explicar como registrarse en el SNI: crear un usuario, completar datos personales, preguntas de seguridad, verificar información y revisar correo y qué hacer sino recibe el email, entonces proceder a escribir a la opsu o llamar por un teléfono advirtiendo que debe tener paciencia porque no se sane cuándo responda.
Para ingresar a una carrera, al estudiante le era considerado el promedio educativo, las habilidades, el conocimiento, la actitud y la aptitud, porque eso garantizaba que el muchacho se esforzara y que entraran los mejores y más preparados, según las carreras.
Para ello era necesario presentar una prueba de acceso a la universidad de manera que de acuerdo al porcentaje obtenido y el número de cupos existentes, podía ingresar a la carrera para la que tenía méritos. Todo eso fue eliminado.
“El objetivo es permitir el ingreso de quienes tienen más posibilidades, de acuerdo a los análisis socioeconómicos y de entorno cultural, de ser fieles a la revolución”, revela la fuente que habló con Infobae.
Aclara que el método de elección “es una trampa”, que va disfrazada de supuestamente resaltar los méritos. Por ello dicen que los bachilleres con promedio de 20 puntos podrán optar a cualquier carrera y universidad de su primera opción.
Aquellos egresados con 19 puntos, los cinco mejores promedios de cada liceo público y los tres mejores de cada colegio privado podrán elegir entre sus tres primeras opciones; “aunque considerando variables académicas, territoriales y socioeconómicas. También se anunció prioridad de acceso para pueblos indígenas y bachilleres con discapacidad”.
Todo está diseñado en ese plan para castrar el ingreso de estudiantes críticos, que cuestionen, que se preparen por y para educarse.
Reacción de universitarios
A través de un comunicado, el Movimiento estudiantil venezolano y las Federaciones de Centros Universitarios de las Universidades Central de Venezuela, Los Andes, del Zulia, de Oriente, Carabobo y Simón Bolívar se pronunciaron ante lo que consideran “flagrante violación de la autonomía universitaria por parte del CNU que pretende secuestrar el 100% de los métodos de ingreso a las universidades”.
Ricardo Ignacio Sánchez Mujica, el actual ministro de Educación Universitaria, fue presidente de la Federación de Centros Universitarios (FCU) de la UCV lo que le dio mucha visibilidad durante las protestas por el cierre del canal de televisión RCTV en el 2007.
Cuatro años después, siendo dirigente del partido Un Nuevo Tiempo de Manuel Rosales, fue el diputado suplente de María Corina Machado en la Asamblea Nacional, pero se cerró a favor del partido de gobierno, cuando Diosdado Cabello notificó que Machado había perdido su condición de diputada por haber sido representante alterna de Panamá ante la OEA.
De inmediato Ricardo Sánchez asumió como principal y luego fue candidato por el Gran Polo Patriótico del chavismo, trabajando abiertamente para la revolución, haciéndose cirugías incluso estéticas que cambiaron su apariencia drásticamente.
Sánchez fue nombrado “estratégicamente, no solo por su compromiso con el chavismo, sino por su poca preparación académica e intelectual”, le dice a Infobae el profesor José Ruiz, egresado de la Universidad Central de Venezuela.
Reconoce que “Sánchez no defenderá las universidades, porque solo fue un pico de oro en sus tiempos de estudiante universitario, un activista político sin talento intelectual”, agrega Ruiz.
El Ministro Ricardo Sánchez, por su parte, ha dicho que la reciente medida de eliminar las pruebas internas para ingresar a las universidades obedece a que en su despacho han recibido muchas denuncias sobre venta de cupos en varias de las universidades públicas del país.