El próximo 29 de octubre, el militar retirado venezolano Hugo “El Pollo” Carvajal conocerá su sentencia ante un tribunal federal de Nueva York. El exjefe de inteligencia del chavismo, extraditado desde España en 2023, se declaró culpable de varios cargos de narcotráfico y narcoterrorismo. Sin embargo, antes de escuchar el veredicto, dispondrá de una última oportunidad para intentar reducir su pena —que podría llegar a la cadena perpetua— mediante una audiencia especial en la que ofrecerá información detallada sobre el régimen de Nicolás Maduro y su entramado con el narcotráfico internacional.
Según publica Vozpópuli, Carvajal planea incluir en su declaración abundantes datos sobre las relaciones del expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero con la dictadura venezolana. No sería la primera vez que el exmilitar vincula a Zapatero con las operaciones de lobby y corrupción del chavismo: ya en el pasado reveló los contactos del socialista con empresas españolas beneficiadas por contratos públicos en Venezuela, como Duro Felguera, procesada en España por corrupción.
En 2021, Carvajal entregó a la Justicia española un extenso informe que señalaba tanto a Zapatero como a dirigentes de Podemos por formar parte de una red internacional financiada por Caracas para expandir gobiernos de izquierda en Iberoamérica. A través de contratos opacos, fondos controlados por el régimen de Maduro y pagos mediante intermediarios, esa estructura buscaba consolidar el poder político del chavismo fuera de sus fronteras.
El 25 de junio, Carvajal se declaró culpable de cuatro delitos relacionados con el narcotráfico y el narcoterrorismo, admitiendo su participación en el llamado “Cártel de los Soles”, considerado una organización terrorista por las autoridades estadounidenses. También reconoció su cooperación con la guerrilla colombiana para introducir droga en Estados Unidos.
Antes de dictarse la sentencia, el juez Alvin K. Hellerstein ha autorizado una audiencia “Fatico”, un trámite que permite al acusado aportar información que pueda influir en la severidad del fallo. Carvajal pretende aprovechar este último cartucho ofreciendo datos comprometedores sobre el círculo de confianza de Maduro y sobre el papel de Zapatero como mediador y “blanqueador” del régimen chavista.
Washington sigue de cerca estas revelaciones. La Administración estadounidense ya incluyó la complicidad del expresidente español en su investigación sobre los vínculos del chavismo con el narcotráfico, en el marco de la conocida “Rico Act”, que permite rastrear las actividades de todos los colaboradores del régimen de Caracas. En esa lista figuran Nicolás Maduro, la vicepresidenta Delcy Rodríguez y otros altos cargos, pero también se ha apuntado al expresidente Zapatero como figura de interés.
El Departamento de Estado ha llegado incluso a plantear la revocación del visado estadounidense de Zapatero, a instancias del exembajador Christopher Landau, que lo acusa de actuar como aliado de Maduro. La Administración Trump ya había rechazado sus maniobras diplomáticas para mantener al dictador en el poder bajo una supuesta “transición” tutelada por Delcy Rodríguez y su hermano Jorge.
El testimonio de Carvajal, por tanto, puede convertirse en una pieza clave para la Casa Blanca. En Washington, se considera que la influencia de Zapatero no sólo ha contribuido a sostener al chavismo, sino que también ha contaminado la política exterior del Gobierno de Pedro Sánchez. La falta de reacción de Moncloa ante el reciente Nobel de la Paz concedido a la opositora venezolana María Corina Machado es vista como la prueba más evidente de quién marca realmente la línea internacional de España.


