Por Víctor M. Rodriguez O. en Linkedin
Una nueva encuesta de la consultora DC Internacional, dirigida por el analista político argentino Aníbal Urios, pone en evidencia un fenómeno político y social de enorme magnitud: ocho de cada diez venezolanos no reconocen a Nicolás Maduro como presidente legítimo de Venezuela.
El estudio, realizado entre el 22 de septiembre y el 3 de octubre de 2025, cubre las 24 entidades federales del país, con un total de 1.103 entrevistas presenciales y un margen de error de ±2,95%.
El dato no es menor. En medio de un escenario de parálisis institucional, crisis económica y violaciones a los derechos humanos documentadas por la ONU y distintas organizaciones internacionales, esta medición refleja una desconexión casi total entre el poder político y la ciudadanía.
Una consultora argentina mirando a Caracas
DC Internacional, con sede en Buenos Aires y experiencia en estudios de opinión en varios países latinoamericanos, se ha especializado en diagnosticar climas de opinión pública en contextos de alta polarización política.
Su desembarco en el caso venezolano responde —según fuentes del equipo técnico— a “la necesidad de ofrecer una mirada externa, sin las presiones locales, sobre el pulso real de la población ante el cierre de los canales institucionales internos”.
En palabras de Urios, recogidas en informes previos, la idea es “observar Venezuela como laboratorio político y social de la región”, en el que se cruzan autoritarismo, resistencia democrática, migración masiva y geopolítica hemisférica.
La elección de una consultora argentina, más allá de la distancia, añade legitimidad comparativa: evita sesgos domésticos y permite contrastar la experiencia venezolana con procesos observados en Nicaragua o Cuba.
Resultados clave: el fin del relato oficialista
El primer bloque de la encuesta despeja cualquier duda: el 86% de los encuestados afirma que Maduro no es el presidente legítimo, frente a apenas 5,7% que lo reconoce como tal.
Más aún, cuando se pide elegir entre Maduro y Edmundo González Urrutia, el 86,3% se inclina por González, el abanderado opositor que simboliza el binomio cívico con María Corina Machado.
Este respaldo se enlaza con un segundo hallazgo contundente:
El 81,8% de los consultados considera que existe represión de Estado contra la oposición, y al indagar sobre los responsables de esa represión, 55,8% señalan directamente a Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez y Vladimir Padrino López; destacando con un 21,4% a Diosdado Cabello.
El mensaje es inequívoco: la percepción ciudadana asocia el poder político con la represión y la pérdida de libertades.

El factor internacional: Trump y la presión externa
El informe introduce un componente geopolítico llamativo. El 86,2% de los venezolanos apoya las acciones de Estados Unidos y Donald Trump respecto a Venezuela, y casi la mitad (49,2%) considera que el expresidente estadounidense debería “intervenir militarmente” en el país.
Solo un 17% pide que “no se meta con Venezuela”, mientras que un 20,5% respalda operaciones específicas de “extracción” de las principales figuras del chavismo.
Más allá del impacto simbólico, estos datos evidencian una desesperanza estructural hacia las soluciones internas y la creciente expectativa de que la comunidad internacional ejerza presión directa sobre el régimen.
El regreso del exilio: la esperanza como motor político
Otro de los hallazgos centrales es que 65,8% de los encuestados cree que sus familiares en el exterior regresarían al país si Maduro deja el poder y se abre una transición con González y Machado.
Este indicador no solo mide expectativas económicas, sino que vincula la posibilidad del retorno con la restauración de la democracia. En términos demográficos, el dato es crucial: de confirmarse, implicaría el retorno potencial de más de cuatro millones de venezolanos al tejido productivo nacional.
Percepción del régimen: un Estado narco-terrorista
En la misma línea crítica, 86,8% considera que el gobierno de Venezuela es una “organización narco-terrorista”. Esa calificación, de connotaciones jurídicas y diplomáticas profundas, coloca al régimen en el nivel de percepción más bajo registrado en los últimos años.
La encuesta no mide ideología, sino percepción de legalidad: los ciudadanos no solo rechazan la gestión, sino que atribuyen al Estado un carácter criminal.
Los nuevos socios de la democracia
Consultados sobre qué líderes venezolanos son vistos como “socios más fuertes de Estados Unidos y otros países de la región para promover la democracia y la lucha contra el narcotráfico”, los nombres de María Corina Machado (80,3%) y Edmundo González (60,1%) encabezan el listado con una diferencia abismal frente al resto.
Maduro, Cabello, Rodríguez y Padrino López apenas suman entre 4% y 7%, mientras que dirigentes tradicionales como Rosales, Capriles o López quedan prácticamente fuera del mapa político. e enlaza con un segundo hallazgo contundente:
El 81,8% de los consultados considera que existe represión de Estado contra la oposición, y al indagar sobre los responsables de esa represión, 55,8% señalan directamente a Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez y Vladimir Padrino López; destacando con un 21,4% a Diosdado Cabello.
El mensaje es inequívoco: la percepción ciudadana asocia el poder político con la represión y la pérdida de libertades.
El día después del chavismo
Cuando se pregunta qué pasaría si Maduro y el chavismo dejan el poder, 88% de los venezolanos dice que habría “fiesta nacional” y saldrían a celebrar.
Solo 1,9% teme una guerra civil y 4,8% menciona posibles ataques o “ajustes de cuentas” contra propiedades chavistas.
La lectura es clara: el fin del régimen es visto como una liberación colectiva, no como un colapso del orden.
Los milicianos: entre la obediencia y la simulación
El estudio también explora la base de sustentación militar y civil del chavismo.
Solo 4,2% cree que los milicianos están realmente dispuestos a defender al gobierno, mientras 79,4% lo descarta, y 89,6% afirma que la mayoría son empleados públicos obligados.
Esto sugiere un desgaste severo en la estructura de control territorial y simbólico del régimen, cuya lealtad parece sostenida por coerción y no por convicción ideológica.
A la luz de estos resultados se aprecia un país en punto de quiebre…
- La encuesta de DC Internacional retrata una sociedad que ha roto su vínculo emocional y político con el chavismo.
- Los datos no solo describen una crisis de legitimidad, sino una mayoría que exige transición, justicia y reinserción internacional.
- El hecho de que la medición provenga de una firma extranjera aporta independencia metodológica y refuerza la conclusión central:
- Venezuela vive un momento pre transicional, donde la caída del relato oficialista ya no es hipotética, sino estadísticamente comprobable.
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