Vía Semana
SEMANA reveló en exclusiva una carta enviada al Gobierno colombiano por Larry Changa, fundador de la organización criminal, solicitando su inclusión en el programa de paz total.
El Tren de Aragua, considerada por Estados Unidos como una de las organizaciones criminales más violentas y de mayor expansión global, ha solicitado formalmente al Gobierno del presidente Gustavo Petro su incorporación a la política de “paz total”.
La petición fue formulada a través de una carta firmada por Larry Amaury Álvarez Núñez, alias Larry Changa, uno de los fundadores y principales cabecillas del grupo, actualmente recluido en la cárcel La Picota a la espera de su extradición a Chile.
El documento, dirigido al presidente Petro, al ministro de Justicia Eduardo Montealegre y al alto comisionado para la Paz Otty Patiño, plantea como asunto: “Propuesta de colaboración en iniciativas de prevención, reinserción y desarticulación de dinámicas criminales transnacionales”.
En la misiva, Changa afirma que actúa como “vocero autorizado” del Tren de Aragua y manifiesta “la voluntad de la organización de colaborar con el Estado colombiano en iniciativas sociales, preventivas y de reinserción”.
Según fuentes judiciales, la solicitud podría interpretarse como una maniobra para frenar su extradición, aunque el propio Changa asegura que su intención no es obtener impunidad, sino contribuir con “verdad, no repetición y programas de prevención comunitaria”.
El documento llega en un momento en que la política de paz total de Petro enfrenta fuertes cuestionamientos por la liberación de delincuentes y los escasos resultados en materia de desarme. Aun así, la ley de orden público vigente desde 1997 faculta al Ejecutivo para abrir negociaciones o procesos de sometimiento con estructuras armadas y criminales.
En su carta, Larry Changa retoma palabras pronunciadas por Petro ante la ONU, cuando el mandatario afirmó que el Tren de Aragua “no es una organización terrorista”, sino “delincuentes comunes agrandados por la estúpida idea de bloquear a Venezuela”.
Esa afirmación contrasta con la postura del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien en el mismo foro calificó al Tren de Aragua como una organización terrorista aliada al Cartel de los Soles, red de narcotráfico dirigida, según Washington, por Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López.
El abogado penalista Gustavo Moreno, defensor de Changa, sostiene que la carta no busca evadir la justicia:
“No debe entenderse como una exigencia de impunidad, sino como una manifestación de voluntad de diálogo y reintegración. Colombia no puede perder la oportunidad de transformar la violencia organizada en aprendizaje institucional”, declaró Moreno a SEMANA.
El senador Ariel Ávila, experto en procesos de sometimiento, señaló que, si bien el Gobierno puede abrir una mesa con el Tren de Aragua, no existe actualmente un marco jurídico claro para conceder beneficios colectivos. “Hoy no hay marco para el sometimiento, pero sí intención. Podría usarse un modelo semicolectivo, como el aplicado al Erpac”, explicó.
El caso de Larry Changa ha despertado alarma en los cuerpos de inteligencia de la región. Considerado uno de los tres fundadores del Tren de Aragua junto a Niño Guerrero y Johan Petrica, controla finanzas criminales y redes transnacionales que operan en Colombia, Chile, Perú, Estados Unidos y Europa. Su captura fue descrita por la Policía Nacional como “el golpe más importante” contra esa estructura.
El desenlace de esta solicitud dependerá del presidente Gustavo Petro, cuya firma puede definir tanto la extradición de Larry Changa como la posibilidad de abrir una polémica mesa de diálogo con una organización señalada por Washington de ser un brazo operativo del crimen venezolano en el continente.


