El régimen chavista llevó a cabo unas cuestionadas elecciones municipales en Venezuela, en un proceso viciado, sin garantías de transparencia y con la ausencia del principal bloque opositor liderado por María Corina Machado.
A pesar de la escasa afluencia de votantes registrada en redes sociales —donde abundaron imágenes y videos de centros electorales vacíos durante toda la jornada—, el Consejo Nacional Electoral (CNE) se dispuso a anunciar una abultada cifra de participación y la victoria del chavismo en la mayoría de las alcaldías del país.
Elvis Amoroso aseguró que se registró una participación de más del 44% de los electores habilitados, proyectados al 100% de la transmisión, lo que representa supuestamente a seis millones 273 mil 538 de votantes.
Amoroso también anunció que, de los 335 cargos de alcaldes y alcaldesas, se adjudicaron 304 con «tendencia irreversible», lo que representa el 90,74% del total.
En cuanto a los dos mil 402 cargos de concejales, se adjudicaron dos mil 182, es decir, el 90,84% de los puestos, igualmente con “tendencia irreversible”.
El proceso fue rechazado por buena parte de la ciudadanía y por la comunidad internacional, en víspera del mega fraude que cometió el régimen chavista en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024.
La oposición democrática, agrupada en la Plataforma Unitaria, denunció la elección como una “farsa electoral del chavismo” y había llamado a no convalidar lo que consideraron un nuevo fraude institucional.