Morfema Press

Es lo que es

Encerrando al oso ruso en su cueva

Comparte en

Vosotros sois muy jóvenes y no habéis visto La caza del Octubre Rojo, ni habéis escuchado la frase: “Una vez más jugamos un juego peligroso contra nuestra vieja adversaria: la marina de los Estados Unidos.” ¿Por qué “adversaria”, en vez de “enemiga”?

Por: Pedro Fernández Barbadillo – Ideas de la Gaceta

Sean Connery pasaba de ser un espía con licencia para matar por Inglaterra a interpretar a Marko Ramius, el mejor comandante de submarinos de la Armada soviética. Como tal, dirigía una nueva nave indetectable por el sónar y con armamento nuclear contra la costa oriental de Estados Unidos, pero no para atacar a éstos, sino para desertar y entregarla a los guardianes del mundo libre. Semejante poder de destrucción no podía estar en las manos poco fiables de comunistas en el Kremlin o, simplemente, de rusos.

La Guerra Fría se deshacía incluso en el cine y el Nuevo Orden Mundial comenzaba. ¡Habíamos ganado y ahora tocaba llevar la libertad a tantos dólares la ponencia del seminario! Y pardiez que algunos se llenaron los bolsillos predicando libre mercado y democracia.

El Octubre Rojo zarpaba de la base de Murmansk y penetraba en el Atlántico norte a través de la que la Brecha GIUK (una línea imaginaria que une Groenlandia, Islandia y el Reino Unido). El acrónimo lo elaboraron los británicos en la Segunda Guerra Mundial y lo adoptó la OTAN. Ese vacío lo aprovecharon los alemanes y luego los soviéticos para acceder al Atlántico sin tener que atravesar el canal de La Mancha o el mar del Norte.

Siguiendo con las referencias cinematográficas para búmers, desempolvamos la británica ¡Hundid el Bismarck!, emitida por la televisión en blanco y negro. En mayo de 1941, los alemanes enviaron su mejor acorazado, el Bismarck, y el crucero pesado Prinz Eugen al Atlántico para cortar el tráfico naval de Gran Bretaña con su imperio. Ambos buques zarparon del puerto de Gdynia, en el Báltico, y penetraron en el océano a través del estrecho de Dinamarca, entre Islandia y Groenlandia. La misma derrota de tantos submarinos soviéticos más tarde. Winston Churchill, el héroe de esta generación, ordenó a la Royal Navy hacer lo necesario para destruirlos. Y así se logró con el Bismarck.

Un lugar estratégico para vigilar este vacío es la pequeña isla volcánica de Jan Mayen (377 km2), de soberanía noruega, aunque está más cerca de Islandia y de Groenlandia que de Oslo. En la isla, hay una pequeña pista de aterrizaje y otras instalaciones para acoger el personal de una estación meteorológica y una unidad de ciberdefensa, así como pequeños barcos. Desde 2017, varios aviones militares de países de la OTAN han aterrizado; y en noviembre de 2019 llegó un equipo de la USAF para adaptar la pista para recibir Hércules C-130. Estos movimientos provocaron protestas por parte de Rusia a Noruega.

Foto panorámica de la costa de Jan Mayen

La invasión de Ucrania ha elevado la importancia de la inhóspita isla. A finales de septiembre, se realizó un ejercicio conjunto entre unidades de Estados Unidos, Noruega y Gran Bretaña. Un avión de transporte A400 de la RAF aterrizó para entregar un Vehículo Táctico Ligero Conjunto del cuerpo de Marines. También hubo soldados especialistas de las tres naciones. 

Otra isla que ha recobrado la importancia que tuvo en la Guerra Fría es la de Gotland, en el mar Báltico, patria de los godos que en el siglo IV alcanzaron Hispania. De soberanía sueca, con casi 3.000 km2 de extensión y 60.000 habitantes, está situada entre el puerto de Kaliningrado, a su vez encajado entre Polonia y Lituania, y la salida del golfo de Finlandia, en cuyo extremo interior está San Petersburgo.

A pesar de la neutralidad del país escandinavo, los submarinos soviéticos penetraban en sus aguas territoriales para esquivar los mecanismos de detección de la OTAN. Uno de los mayores intereses para la OTAN del ingreso de Suecia residía en Gotland. Desde la invasión de Ucrania, en febrero de 2022, el Gobierno sueco volvió a trasladar tropas y aparatos militares (radares de aviones y submarinos, baterías de misiles) a la isla. A partir de su unión a la alianza militar, en marzo de 2024, el despliegue ha aumentado.

Igualmente a finales de septiembre, las Fuerzas Armadas suecas y polacas desarrollaron una maniobra, Gotland Sentry,para comprobar la capacidad de desplegar unidades en plazos muy breves. Polonia, cuyo gobierno planea disponer en 2030 de más tanques que Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido juntos, y Suecia firmaron en noviembre de 2024 un acuerdo para cooperar en la defensa del Báltico contra Rusia.

¿Cuál es la finalidad de estas maniobras en dos islas tan distintas, una pequeña y deshabitada en un mar abierto y unas latitudes gélidas, y otra grande en un mar interior y que permite el establecimiento de nutridas unidades militares y de defensas estáticas? Ni más ni menos que impedir a Rusia el acceso al Atlántico norte y la diseminación de sus fuerzas navales entre las rutas marítimas y aéreas que unen Norteamérica y Europa.

El enfrentamiento entre la potencia naval anglosajona y la potencia terrestre rusa, con sus aliados respectivos, como Polonia, Alemania, Israel y España en el primer caso, y Bielorrusia, China, Irán y Corea del Norte en el segundo, repite episodios de guerras anteriores. Porque la geografía no cambia, al contrario que la política. Y el Leviatán pretende encerrar al oso en su madriguera.

El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, en Gotland en 2023

Una similitud con la Gran Guerra y la Guerra Fría que debe de preocuparnos a todos es el riesgo de que un error humano inicie una cadena de reacciones que arrastre a la humanidad a una guerra mundial. Los búmers también vieron con desazón The Bedford Incident, sobre un combate entre un destructor norteamericano y un submarino soviético precisamente en el estrecho de Dinamarca, que concluye en unas sangrientas tablas. Aunque ya no hay archiduques austriacos (¡cómo lo lamento!), pueden ocurrir otros acontecimientos. En noviembre de 1983, la URSS, gobernada por una gerontocracia psicopática, interpretó equivocadamente unas maniobras de la OTANAble Archer, como un inminente ataque nuclear al Pacto de Varsovia.

A diferencia de lo que decía Kennedy, bien sabemos que quienes nos gobiernan no suelen ser ni los mejores ni los más brillantes.

WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com
Scroll to Top
Scroll to Top