El Gobierno español está negociando con otros países de la Unión Europea la eventualidad de dar refugio a los principales opositores venezolanos en embajadas y otras legaciones diplomáticas ubicadas en Caracas si el régimen de Nicolás Maduro recrudece la represión contra ellos en los próximos días y semanas, según desvelan fuentes diplomáticas a THE OBJECTIVE.
El jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, ha hablado con varios de sus homólogos europeos de proteger a los principales políticos de la oposición venezolana si así lo solicitan estos últimos. Las citadas fuentes señalan que la cifra de personas a las que se podría dar refugio rondaría el medio centenar. Y llegado el caso, se quiere evitar el precedente de los seis opositores que se refugiaron en la Embajada argentina.
El Ejecutivo argentino de Javier Milei publicitó desde el principio la acogida de estas personas y les permitió utilizar las redes sociales a su antojo. A los pocos días, Buenos Aires solicitó salvoconductos al régimen de Maduro para sacarlos del país, pero el Gobierno de Caracas rechazó tal posibilidad y comenzó a hostigar la legación con presencia policial al tiempo que expulsaba al embajador y los diplomáticos argentinos.
Tanto el Gobierno español como sus socios europeos se han comprometido a evitar dar publicidad a una eventual acogida para que no haya represalias del chavismo. Al menos, durante un tiempo prudencial. Y una vez bajo la protección de los países de la UE, pedirles que sean muy cautelosos con los mensajes a la ciudadanía. Cuando Leopoldo López estuvo refugiado en la Embajada española durante un año y medio, no pudo hacer declaraciones públicas más allá de la rueda de prensa inicial a las puertas de la residencia del embajador.
La coordinación europea empezó a fraguarse desde la misma noche electoral del 28 de julio cuando el Centro Nacional Electoral (CNE), controlado por el chavismo, declaró ganador de los comicios a Maduro a pesar de que la candidatura opositora de Edmundo González y María Corina Machado ya tenía un número significativo de actas electorales que indicaban lo contrario.
Tanto González como Machado viven desde entonces en una situación de casi completa clandestinidad, con apariciones públicas únicamente en las manifestaciones organizadas por la oposición y en las que han estado arropados, sobre todo la líder de Vente Venezuela (VV), por miles de personas.
Sin embargo, el hostigamiento de las fuerzas policiales y del propio Maduro ha sido constante y va en aumento. En la última convocatoria del 17 de agosto por las calles de Caracas, el chavismo requisó el autobús desde el que Machado se había dirigido a los manifestantes de la oposición. Y días después, el presidente venezolano retó a su rival en los comicios a salir del lugar en el que está escondido. «¿Dónde está ese cobarde?», dijo un envalentonado Maduro antes de lanzar a gritos una serie de acusaciones contra Edmundo González. «¡Nos vemos en las calles! ¡Criminal! ¡Terrorista!», le espetó entre los aplausos de sus seguidores.
El candidato vencedor de los comicios, según las actas de la oposición, ya ha recibido dos citaciones de la Fiscalía, pero el líder de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) se negó a ir a la primera de ellas y hará lo mismo con la segunda, que le llegó a su domicilio este lunes. Edmundo González advirtió en un mensaje en X -la antigua Twitter- que la solicitud judicial carecía de «garantías de independencia y del debido proceso» y que el órgano chavista que dirige el fiscal general, Tarek William Saab, busca someterle «a una entrevista sin que se precise en qué condición se espera que comparezca y precalificando delitos no cometidos».
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