El ex narcotraficante colombiano Carlos Lehder, que acaba de publicar sus memorias bajo el título de Vida y muerte del cartel de Medellín, sigue revelando detalles sobre la relación de la organización criminal con Cuba. En una entrevista telefónica con la periodista Vicky Dávila en el programa televisivo de la revista Semana, el ex delincuente reitera, sobre el tráfico de cocaína, que «obviamente Fidel Castro tenía que saber, él era el director de la orquesta».
Al ser preguntado por la veracidad de esta aseveración, dice: «Yo especulo que Fidel Castro estaba al tanto de todo, pero yo no sé, porque no los vi juntos conversando. Yo sé que Raúl Castro era el comandante de esa operación, el dirigente, y hago énfasis en que ellos, aunque no sabían traficar cocaína, intentaron, inmediatamente, controlar todo el negocio».
Más allá del libro, donde cuenta su encuentro con el menor de los Castro, entonces ministro de la Defensa, Lehder reveló que, estando preso en Estados Unidos, adonde fue extraditado en 1987, y cooperando con sus autoridades, se enteró de que el Gobierno de aquel país intentó presentar cargos federales contra Raúl Castro por «tráfico de cocaína».
«Nunca le hicieron cargos federales a Raúl Castro aunque tenían montañas de evidencias, y cantidad de lancheros que habían sido pillados con coca traída de Cuba»
Las fuerzas de seguridad y vigilancia estadounidenses, narra el ex narcotraficante, «tenían totalmente monitorizado los envíos y las lanchas que llegaban con cocaína directamente del puerto de Mariel y otros puertos cubanos a las costas de la Florida». Asegura también que «estaban acumulando evidencias» en el momento en que el presidente George Bush padre perdió las elecciones que ganó Bill Clinton. «Hubo, claro, cambio de fiscales y lo que sea, pero nunca le hicieron cargos federales a Raúl Castro aunque tenían montañas de evidencias, y cantidad de lancheros que habían sido pillados con coca traída de Cuba y que estaban cooperando con el Gobierno de Estados Unidos».
Lehder refiere que realizó dos viajes a Cuba y no quiso hacer ninguno más. «Ya vi las maniobras que estaban haciendo ellos, maniobras muy peligrosas para mí», dice, sin dar más detalles, el ex delincuente, quien se permite una crítica al régimen cubano: «Al pueblo cubano lo tenían con la bota al cuello». Considerarlo dictadura, opina, «es una alabanza»; el Gobierno de la Isla es para él «la barbarie», una «afrenta para todo ser humano» y un «insulto a América Latina y a Dios».
Sin mencionar específicamente a la famosa causa por narcotráfico que llevó al fusilamiento del general Arnaldo Ochoa, Tony de la Guardia, Jorge Martínez Valdés y Amado Padrón Trujillo en 1989, Lehder comenta a la periodista Vicky Dávila sobre la «debacle» del trato con los colombianos: «Los cubanos terminaron matándose entre ellos por el negocio de la coca».
Ante las suspicacias que levanta su testimonio, que salpica a numerosos mandatarios por haber aceptado sobornos del cartel, Lehder arguyó: «La verticalidad de mi palabra me dio mi libertad. Pablo Escobar confió en mi palabra por muchos años, el Gobierno americano, con el cual no tengo cuentas pendientes, confió en mi palabra y me dio mi libertad. El primer ministro de las Bahamas confió en mi palabra y negociamos con él y le pagaba yo mensualmente. Era lamentable, pero así era el código de conducta de narcotraficantes internacionales, que tienen que sobornar a las autoridades para conseguir protección».