Una persona cercana a la Casa Blanca dijo que la administración Trump seguirá aumentando la presión contra el régimen venezolano y que sólo coordinará sus acciones con el Congreso «cuando el cadáver de (el autoritario presidente Nicolás) Maduro esté bajo custodia estadounidense».
La persona hizo la afirmación al discutir con Semafor las críticas contra las justificaciones legales de los ataques del gobierno a Venezuela y Colombia.
El medio señaló que, hasta la fecha, la Casa Blanca ha realizado seis reuniones informativas clasificadas para legisladores sobre la campaña de presión. La mayoría de los republicanos siguen apoyando la campaña, y algunos incluso se burlan del régimen de Maduro y afirman que su fin está cerca. Otros, sin embargo, expresan dudas.
El senador republicano Todd Young declaró el jueves que busca obtener más información sobre la campaña, y declaró a Axios que «el Congreso no está escuchando lo suficiente, en ninguna forma, incluido un foro público». Añadió que los legisladores deben participar en el debate sobre las ramificaciones legales de los ataques.
«Creo que el Congreso debe ir más allá. En lugar de simplemente afirmar nuestra capacidad de autorizar el uso de la fuerza militar —cosa que sin duda debemos hacer—, también debemos resolver oficialmente estos conflictos y dejar claro que tenemos prerrogativas constitucionales que deben ejercerse de forma consecuente», añadió Young.
El legislador también solicitó una reunión con el Secretario de Estado, Marco Rubio, y el Secretario de Defensa, Pete Hegseth, para discutir la campaña, y pidió al Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta que celebre audiencias de supervisión.
Además, el senador Rand Paul se unió a un proyecto de ley presentado por el senador demócrata Tim Kaine, que forzará una votación para impedir que Trump declare unilateralmente la guerra al país sudamericano.
Paul abordó la medida en una publicación en las redes sociales, afirmando que «es imperativo que dejemos en claro que los poderes de guerra residen en el Congreso, no en el presidente».
Trump aparentemente tiene la intención de seguir adelante con la campaña a pesar de las reservas. «No creo que necesariamente vayamos a pedir una declaración de guerra, creo que simplemente vamos a matar a quienes traen drogas a nuestro país. Los vamos a matar. Estarán prácticamente muertos», declaró el jueves, afirmando que el gobierno pretende combatir a los cárteles que operan en el país y que están liderados por miembros del régimen.
Maduro, por su parte, dijo que su régimen tiene «más de 5.000» misiles tierra-aire Igla-S de fabricación rusa posicionados en todo el país, advirtiendo que están listos para defender al país si Estados Unidos realiza ataques en su territorio.
«Cualquier fuerza militar del mundo conoce el poder del Igla-S», declaró Maduro durante un discurso televisado. «Venezuela cuenta con nada menos que 5.000 de estos en puestos clave de defensa aérea para garantizar la paz, la estabilidad y la tranquilidad de nuestro pueblo». Describió el Igla-S como «una de las armas más poderosas que existen», y agregó que los operadores de defensa aérea del país estaban plenamente capacitados para utilizarlos «desde la última montaña hasta la última ciudad».


