A un año del sangriento atentado realizado por Hamas, el gobierno de Benjamín Netanyahu se apresta a ejecutar un preciso ataque aéreo sobre Irán, que controla a las principales organizaciones terroristas de Medio Oriente que combaten contra el Estado de Israel para eliminarlo.
Por: Román Lejtman – Infobae
Netanyahu quiere demostrar el poderío militar de Israel y diseñó un ataque protagonizado por la fuerza aérea, en lugar de lanzar misiles balísticos sobre blancos iraníes que podrían estar vinculados al proyecto nuclear o la industria petrolera.
El general Michael Kurilla, jefe del Comando Central de los Estados Unidos, se encuentra en Tel Aviv y propuso al gobierno israelí que descarte estas dos hipótesis bélicas por su impacto en la región y el sistema económico global. Kurilla cumple órdenes de su máxima autoridad: fue Joe Biden quien rechazó un ataque aéreo sobre instalaciones nucleares o plantas de refinamiento ubicadas en Irán.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, escuchó ayer los argumentos del comandante de los Estados Unidos y después informó al premier Netanyahu, que ya no se ajusta de manera automática a las reglas de juego que se dictan desde el Salón Oval. Como mínimo, Netanyahu desea golpear la capacidad petrolera de Irán, una fuente clave de financiamiento económico.
El líder israelí cavila acerca de la conveniencia ejecutar un ataque aéreo que ubique al mundo árabe detrás de Irán, o que por sus efectos en la economía global cause un daño irreparable a la campaña de Kamala Harris.
Netanyahu aún analiza los blancos iraníes a atacar, pero no tiene dudas sobre el recurso bélico que desplegará para golpear al régimen de los ayatollahs. El premier israelí se decantó por la aviación, y eso explica la visita que ayer realizó el ministro Gallant a la base aérea Nevatim.
“Los iraníes ni siquiera han tocado las capacidades de la Fuerza Aérea. Ningún escuadrón ha sido dañado, ningún avión ha sido dañado, no hay una sola pista que no esté disponible para el despegue y no hay daño a nuestra continuidad”, sostuvo Gallant para desmentir a Teherán que aseguró que la base Nevatim había sido alcanzada por misiles iraníes.
El régimen iraní considera probable que Israel ataque con su jets de última generación, y dispuso desde el domingo la suspensión de todos los vuelos en las distintas terminales del país. Es decir: cerró su espacio aéreo para prevenir una ofensiva que Netanyahu anticipó hace cuatro días.
“Habrá restricciones operativas”, anunció la Organización de la Aviación Civil iraní, en medio de la tensión creciente por los constantes combates en Gaza y El Líbano.
Anoche aviones de combate de la Fuerza Aérea de Israel bombardearon – de nuevo- posiciones de Hezbollah en Beirut. Voceros del gobierno aseguraron a Infobae que se atacó el Cuartel de Inteligencia de Hezbollah, adonde se habría destruido su centro de mando y sus archivos e informes secretos.
Esta acción aérea sirvió para contener un ataque con dos misiles tierra-tierra que cayeron a 50 kilómetros al sur de la frontera libanesa. El sistema de defensa de Israel, más la inteligencia aportada por Estados Unidos, logró derribar los dos cohetes disparados por Hezbollah.
La situación bélica en Medio Oriente se extendió más allá de Gaza y Líbano. Hay ataques de Israel a Siria e Irak, y hay respuestas que llegan desde Yemen a través de los Hutíes.
Pero la clave regional es Irán: Israel, en alianza con Estados Unidos, apuesta a causar una conmoción político-militar en el régimen chiíta. Creen que es la mejor estrategia para terminar con la influencia de Teherán en Medio Oriente.