En Italia, el número de migrantes que llegan por mar ha disminuido drásticamente en 2024, lo que refleja el éxito de las políticas antimigratorias del gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni. Según los últimos datos, las llegadas en septiembre de 2024 disminuyeron significativamente: 7.685 migrantes llegaron a las costas italianas, en comparación con los 25.673 del mismo mes de 2023. Esto marca el duodécimo mes consecutivo de descenso de las cifras de migración.
Según Il Giornale , la disminución más notable se produce en Túnez, que ha sido un punto de partida clave para los migrantes que intentan cruzar el Mediterráneo. En 2023, más de 91.000 migrantes llegaron a Italia desde el país norteafricano, pero en 2024, esa cifra se desplomó un 82,5%, hasta solo 15.931.
Salvo Sallemi, senador del partido Fratelli d’Italia de Meloni, dijo:
Los desembarques procedentes de Túnez se han reducido en más de un 82% y las llegadas en todas las rutas están en descenso, unos datos que dan la razón a Fratelli d’Italia y que los que esperaban el fracaso de la nueva estrategia… se equivocan. Los años oscuros de la recepción descontrolada de la izquierda han terminado.
La migración procedente de otras rutas también ha disminuido. Las llegadas desde Libia, que históricamente ha sido el principal punto de salida de los migrantes que se dirigen a Italia, cayeron un 17,8%, y en 2024 llegaron a Italia poco más de 30.000 migrantes procedentes de las costas libias. La mayoría de estos migrantes son de Bangladesh, y los sirios, tunecinos y egipcios son los otros grupos nacionales principales. En general, la migración irregular a Italia ha disminuido casi un 60% con respecto al año anterior.
El éxito de Italia en la reducción de la llegada de inmigrantes se debe a una doble estrategia : la disuasión y la diplomacia. En el lado de la disuasión, el gobierno de Meloni ha reformado el sistema de inmigración del país acortando el procedimiento de asilo e implementando protocolos de verificación más estrictos. Se han introducido períodos de detención más largos para los solicitantes de asilo rechazados, e Italia también ha aumentado los retornos voluntarios e involuntarios a países como Túnez y Libia.
En el plano diplomático, Italia ha reforzado sus relaciones con los principales países de tránsito y origen de África, en particular Túnez. A cambio de ayuda e inversiones en infraestructura y energía, estos países se han comprometido a ayudar a combatir las redes de trata de personas. Túnez, que ha recibido apoyo tanto de Italia como de la Unión Europea, ha sido uno de los principales focos de esta estrategia diplomática, y los resultados son claros en la drástica reducción de las salidas de migrantes de sus costas.
Sin embargo, el problema de la migración ilegal a Europa no ha desaparecido. Mientras Italia refuerza sus fronteras, otros países del Mediterráneo, como España y Grecia, han informado de un aumento de las llegadas de migrantes. España ha experimentado un aumento del 155% en los desembarques en 2024, mientras que Grecia experimentó un aumento de más del 200%. Si bien Italia ha logrado frenar la llegada de migrantes, el problema más amplio de la migración ilegal en el Mediterráneo sigue siendo un desafío para Europa.