Las dictaduras del socialismo del siglo 21 en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua detentan el poder indefinida e impunemente con terrorismo de Estado, violando los derechos humanos y falsificando la voluntad popular. Su soporte es la “oposición funcional”, integrada por individuos y grupos que simulan enfrentarse al régimen, cuando en verdad lo sostienen dividiendo el repudio popular, imposibilitando el cambio y engañando a la comunidad internacional.
Por: Carlos Sánchez Berzain – Infobae
Oposición funcional es la oposición de mentira, la farsa -altamente lucrativa- de aparentar contradecir al régimen cuando en verdad cooperan con él para encubrir la violación de derechos humanos, la ausencia de estado de Derecho, de separación e independencia de poderes y la inexistencia de democracia. Los opositores funcionales son elemento esencial de la dictaduras, forman parte de la corrupción, son coautores de los crímenes y del oprobio que sufren los pueblos.
Oposición política es la “expresión de contradicción imprescindible en el proceso democrático de formación de la voluntad política y es consustancial a la libertad, los derechos humanos, el pluralismo, la rendición de cuentas, la alternancia en el poder y su característica imprescindible es la decisión de llegar al gobierno”. Cuando no hay democracia, la “resistencia la oposición con distintos métodos, a los invasores de un territorio o a una dictadura”.
La más oposición funcional en Bolivia, con ruptura de la democracia desde octubre de 2003, ha conseguido sostener que el país tiene rotulo de democracia, silenciando las voces internas y mistificando una posición internacional que sigue viendo a Bolivia como democracia con más de 320 presos políticos y más de 10.000 exiliados; sin estado de derecho, con concentración absoluta de los poderes, como un satélite de las dictaduras de Cuba y Venezuela , base militar de Irán y fuente de recursos estratégicos de China y Rusia.
Los opositores funcionales en Bolivia son quienes impidiendo la aplicación de la ley y falsificando reformas a la Constitución llevaron a Evo Morales al poder y acompañaron y participaron de su corrupción e impunidad, entregando la República para ser suplantada por el estado plurinacional con espurios acuerdos mientras en 2008 se masacraba al pueblo boliviano: Carlos Mesa, Jorge Tuto Quiroga, Samuel Doria Medina, Oscar Ortiz, Rubén Costas; luego Manfred Reyes Villa, Branko Marincovic, Iván Arias… y ahora operando con Luis Arce.
En Venezuela destacan los que acompañaron al dictador Maduro como candidatos aprobados por él en el fracasado fraude del 28 de julio 2024: Luis Eduardo Martínez, Daniel Ceballos, Antonio Ecarri, Juan Carlos Alvarado, Benjamín Rausseu, Javier Bertucci, José Brito, Claudio Fermín, Luis Ratti, Enrique Marquez, Manuel Rosales… todos descritos con sus antecedentes en el reportaje de Rocío da Costa, Infobae, publicado el 31 de marzo 2024.
Luego de la elecciones del 28 de julio, opositores funcionales de Venezuela desataron una campaña internacional contra la líder María Corina Machado y el triunfo del pueblo contra la dictadura a nombre del “Foro Cívico Venezolano” argumentando “que no todo el mundo la respalda, que la oposición está dividida, que hay otros líderes como Manuel Rosales, Enrique Capriles, Antonio Ecarri, Bernabé Gutiérrez y Henry Ramos Allup”.
El Diario las Américas informó que “el grupo conformado por Colette Capriles, Enrique López Loyo y Mariela Ramírez promueve una campana que cuestiona el respaldo a la elección de Edmundo Gonzales Urrutia”, agregando que “estos voceros respaldan la continuidad del régimen de Maduro y buscan legitimar una agenda que insiste en el dialogo y la negociación como única vía, mientras subestiman la represión”.
En Nicaragua para obtener impunidad Arnoldo Alemán apareció como actor de la toma del poder por Daniel Ortega. En las elecciones de 2021 fueron los opositores funcionales fueron señalados como “partidos zancudos” , cuando los más importantes candidatos fueron presos por la dictadura y los que permanecieron con aquiescencia del régimen fueron los funcionales, colaboracionistas y afines a Daniel Ortega: Walter Espinoza, Guillermo Osorno, Gerson Gutiérrez, Mauricio Orué, y Marcelo Montiel.
En Cuba existe resistencia civil interna y en el exilio, creciente, valiente reprimida, encarcelada, torturada, asesinada, la disidencia. La oposición funcional operada por la dictadura cubana parece estar integrada por actores que comercian con el régimen y lo sostienen con grandísimas ganancias que incluyen el lavado de dinero de las familias Castro y sus entornos en países democráticos.
Es un error mortal seguir admitiendo como interlocutores a los sostenedores de las dictaduras del socialismo del siglo XXI, a los opositores funcionales que con diferentes rótulos de izquierda, progresismo o dialogo, son parte, protegen y sostienen al crimen organizado y los narcoestados que agreden a las Américas.