La tasa de homicidios de Suecia, uno de los países europeos que más ha abrazado la agenda woke y la inmigración masiva, ya es un 50% mayor que la de El Salvador, que en el pasado llegó a ser el país más inseguro del mundo.
Este inquietante contraste ha generado un amplio debate, especialmente ante el silencio de buena parte del espectro político sueco, que evita vincular el repunte de la violencia con las políticas migratorias. Sólo el partido Demócratas de Suecia ha abordado abiertamente esta relación, proponiendo medidas más restrictivas para frenar el deterioro de la seguridad.
Pese a que cayeron levemente los asesinatos durante el año 2024 —con 92 muertes violentas frente a las 121 del año anterior, según el Consejo Nacional para la Prevención del Delito (BRA)— Suecia sigue encabezando las estadísticas europeas de homicidios por arma de fuego. En ese mismo año, 45 personas perdieron la vida por disparos, una cifra 2,5 veces superior a la media del resto de la Unión Europea.
El fenómeno de la criminalidad en Suecia tiene un fuerte componente relacionado con bandas organizadas, que han convertido zonas urbanas como Estocolmo en escenario habitual de tiroteos y explosiones. Sólo en enero de 2025 se registraron 32 atentados con artefactos explosivos, un récord alarmante que ha puesto en jaque a las fuerzas de seguridad.
En contraste, El Salvador ha experimentado un descenso drástico en su índice de homicidios. Las políticas de mano dura del presidente Nayib Bukele, llevando a cabo arrestos masivos y reprimiendo a pandillas como la MS-13 y Barrio 18, han transformado al país centroamericano en un ejemplo inesperado de recuperación en materia de seguridad.
En Suecia, el gobierno conservador que asumió el poder en 2022 ha tratado de contener la escalada criminal mediante reformas legislativas que fortalecen a la policía. Se han aprobado medidas que permiten un mayor uso de escuchas telefónicas, el incremento de cámaras de vigilancia y la ampliación de las facultades de investigación. Según la policía, estas herramientas habrían contribuido a la ligera mejora en los datos del año pasado.