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Lula le tiende una trampa a Donald Trump

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El pasado 26 de octubre, durante una reunión bilateral celebrada en Malasia, Lula da Silva ofreció al presidente Donald Trump su intermediación en medio de las tensiones entre Estados Unidos y la dictadura venezolana. Se trata de un engaño, una burda trampa, que busca, una vez más, ganar tiempo para favorecer los intereses del narco-dictador Nicolás Maduro.

Por: Alejandro Peña Esclusa – VOZ

Lula no solo es el fundador del Foro de Sao Paulo, organización a la cual pertenece Maduro, sino que actualmente es su jefe máximo, después de la muerte de Fidel Castro y de Hugo Chávez.

El pasado 17 de octubre, en un apasionado discurso que dio en el Congreso del Partido Comunista del Brasil, Lula defendió la “soberanía” de Cuba y de Venezuela ante las supuestas agresiones de Estados Unidos. Nada dijo Lula sobre el Cartel de los Soles ni sobre los delitos de lesa humanidad que comete el régimen venezolano. En mayo de 2023, Lula dijo que las violaciones a los derechos humanos en Venezuela eran producto de una “narrativa construida”.

Ese mismo día, el exjefe de contra inteligencia de Hugo Chávez, Hugo “El Pollo” Carvajal, declaró ante el juez Alvin K. Hellerstein, en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, que el régimen venezolano había financiado la campaña electoral de Lula.

Ya el año pasado Lula se ofreció como “mediador” de Maduro, comportándose en la práctica como su principal aliado. Con motivo de las elecciones del 28 de julio de 2024, Lula asumió -sin que nadie se lo pidiera- la intermediación entre Maduro y la oposición venezolana; pero lo que hizo el presidente brasileño fue, en realidad, ganar tiempo para que el régimen venezolano pudiera mantenerse en el poder, reprimiendo ferozmente a la disidencia.

La estrategia de Lula consistió en ignorar las actas oficiales presentadas por la oposición; luego convenció a Joe Biden y a Europa de esperar a la presentación de las actas por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE); y finalmente propuso repetir las elecciones y establecer una negociación directa entre Nicolás Maduro y el presidente electo, Edmundo González, pero sin la participación de María Corina Machado.

Además, bajo la mirada complaciente de Lula da Silva, Maduro asedió durante meses a los miembros del equipo de María Corina Machado, asilados en la Embajada de Argentina en Caracas. En esa oportunidad, Lula le puso una trampa al presidente Javier Milei, ofreciéndose a custodiar su embajada, dado que el gobierno argentino y el régimen venezolano habían roto relaciones diplomáticas. Lula permitió, sin hacer ningún reclamo, que Maduro aplicara tortura sicológica al equipo de Machado. La situación se resolvió luego de una operación de extracción que sacó al equipo de la Embajada y lo llevó a Estados Unidos.

La alianza de Lula con la dictadura venezolana es de vieja data. En diciembre de 2002, Lula envió el tanquero Amazon Explorer para salvar a Chávez de la huelga petrolera. En 2006, Lula viajo a Venezuela para hacer campaña en favor de Chávez. En 2008, Lula declaro que «Chávez es el mejor presidente que ha tenido Venezuela en los últimos cien años«. Los ejemplos continúan y son muchos.

Alejandro Peña Esclusa es ingeniero, escritor y exprisionero político venezolano. Experto en el Foro de Sao Paulo. Asesor de la Fundación Disenso (España) y del Centro de Derechos Fundamentales (Hungría).

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