«No están obteniendo vía libre para acciones que contradicen los compromisos que han asumido para avanzar hacia elecciones libres y justas». Eso dijo el Secretario de Estado Antony Blinken sobre el narcorégimen de Venezuela cuando le pregunté en octubre sobre la decisión del presidente Biden de levantar las sanciones a Caracas. Haré que Blinken cumpla sus palabras: debemos restablecer las sanciones a Venezuela de inmediato.
Senador Marco Rubio – The Wall Street Journal
El dictador Nicolás Maduro le dijo a Biden en octubre que permitiría elecciones presidenciales libres y justas este año. En cambio, Maduro ha prohibido a su principal oponente, María Corina Machado , postularse durante los próximos 15 años, mientras sus matones han perseguido a su equipo y destrozado su sede de campaña.
Biden ha respondido restableciendo las sanciones sólo a la empresa minera de oro estatal de Venezuela. Está esperando hasta abril para restablecer las sanciones al sector de petróleo y gas de Venezuela, lo que le permitirá a Maduro pasar dos meses apuntalando su tiranía. Incluso después de la fecha límite de abril, el dictador sería libre de vender algo de gas natural libre de sanciones y saldar la deuda de su régimen.
Esta es una respuesta escandalosamente débil por parte de un presidente. Por un lado, esta sanción no ayuda al pueblo de Venezuela. El magro crecimiento que experimentó la economía de Venezuela el año pasado ha sido más que compensado por el empoderamiento de su régimen opresivo. Hay más presos políticos en las celdas de Venezuela que antes de que la administración Biden iniciara sus negociaciones.
La decisión de Biden avergüenza a Estados Unidos. Cuanto más no hagamos cumplir las líneas rojas, más probabilidades habrá de que ataquen nuestros adversarios. Nuestra debilidad en Medio Oriente ha costado la vida a tres estadounidenses y muchos más han resultado heridos. Debemos restablecer nuestra credibilidad internacional y rápidamente. Si se anima, Maduro podría invadir la cercana Guyana, lo que podría poner en peligro la seguridad de las cadenas de suministro de petróleo y bauxita de Estados Unidos.
Tenemos mucho que perder si fortalecemos un régimen tan peligroso. Venezuela es uno de los principales puntos de entrada de adversarios estadounidenses, entre ellos Irán, Rusia y China, a nuestro hemisferio. El país proporciona un bastión para los narcoterroristas que producen drogas y propagan la violencia.
Entonces, ¿por qué la inacción? Biden está paralizado por simpatizantes socialistas de su partido que creen que la crisis migratoria venezolana es el resultado de las sanciones, no del régimen represivo de Maduro y de la frontera abierta de Estados Unidos. Biden debe decidir a qué intereses servirá. ¿Las del pueblo estadounidense o las de los ideólogos de su partido?
Si seguimos apaciguando al señor Maduro, nuestro hemisferio se volverá más peligroso y más antiestadounidense. Restablecer las sanciones no sería una solución mágica, pero sería un paso en la dirección correcta. Insto al Sr. Blinken a que cumpla firmemente los compromisos que asumió en octubre pasado. De lo contrario, le pediré que se presente ante el Congreso para explicar el motivo del retraso desmedido de Biden.
