Hace mil días, Rusia inició su ataque contra Ucrania. Después de los rápidos avances del Ejército ruso, los ucranianos lograron que retrocedieran, sobre todo, en la frontera norte.
En el sur, Ucrania también consiguió que el Ejército ruso se replegara tras el río Dniéper, el más grande del país. En el verano de 2024, el Ejército ucraniano incluso lanzó con éxito contraataques en territorio ruso en la provincia de Kursk. Ucrania cuenta con el apoyo parcial de grupos partisanos paramilitares.
Sin embargo, grandes zonas del este de Ucrania, sobre todo en las regiones de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón, siguen bajo control ruso. Moscú ya ocupó y se anexionó la península de Crimea en marzo de 2014. En general, en el frente apenas se ha producido ningún movimiento en los últimos tiempos, cada vez se trata más de una guerra de desgaste.
Millones de desplazados
Con más de 10 millones de personas desplazadas, la guerra en Ucrania ha desencadenado una de las mayores crisis de desplazados del mundo, según la Agencia para los Refugiados de la ONU, ACNUR.
Hasta ahora, 6,7 millones de ucranianos han encontrado refugio en otros países europeos. Desde agosto de 2024, 170.000 personas han abandonado sus hogares en el este del país.
«Una cantidad innumerable de niños continúa su educación en línea, perdiéndose la interacción social y las experiencias en el aula”, dijo Kelly T. Clements, alta comisionada adjunta de ACNUR en Ginebra la semana pasada.
En general, la situación humanitaria en Ucrania se ha deteriorado dramáticamente desde el inicio de la guerra, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (UNOCHA, por sus siglas en inglés).
Según la ONU, alrededor del 40 por ciento de la población depende de la ayuda humanitaria. Para satisfacer las necesidades básicas de estas personas, la UNOCHA y ACNUR necesitan ayuda de 4 mil millones de euros.
Economía de guerra rusa muestra resiliencia
La Unión Europea y otros aliados occidentales impusieron sanciones económicas de gran alcance a Rusia. Después del golpe inicial en 2022, el producto interno bruto de la Federación de Rusia se recuperó rápidamente por una economía de guerra y el apoyo de Pekín. Lo mismo sucedió con la moneda nacional, el rublo.