La Guardia Costera de Trinidad y Tobago publicó un comunicado en el reconoció que disparó la noche del sábado contra un bote que transportaba a venezolanos y mató a un niño que migraba junto a su madre, reseñó El Nacional.
En el texto, explicó que dispararon al motor de la embarcación en un intento de detenerlos y en «defensa propia», alegando que los migrantes habían intentado «embestirlos».
Los funcionarios argumentaron que durante el procedimiento «utilizaron todos los métodos disponibles, incluido el uso del megáfono, la bocina del barco, el reflector y las bengalas, para tratar de detener la embarcación sospechosa. Sin embargo, la embarcación continuó intentando evadir» la embarcación de las autoridades.
Minutos después, de acuerdo con los protocolos estándar, se emplearon disparos de advertencia delante de la embarcación, señaló la Guardia Costera.
Agregó que tras inspeccionar el bote «descubrieron» que había «migrantes ilegales» a bordo, que habían permanecido «escondidos» y no los vieron antes.
«Otros controles detectaron a una mujer migrante ilegal que sostenía a un niño e indicaba que estaba sangrando. La embarcación fue llevada junto a la embarcación de las autoridades y la mujer herida fue estabilizada y llevada a un centro de salud local. Lamentablemente, el niño no respondía», añadió la información.
América levanta muros frente a la migración venezolana
La dura crisis económica y social en el país petrolero empeora las condiciones de vida de los más pobres y las reformas del Gobierno de Nicolás Maduro para abrir la economía después de décadas de controles han ensanchado la brecha de la desigualdad, , reseña El País.
Con ello, han ido en aumento las restricciones para intentar frenar un movimiento que ha desbordado a los países de la región. La venezolana es la segunda mayor migración del mundo después de la de los sirios que huyen de la guerra, según ACNUR.
El año pasado, los venezolanos, después de los mexicanos, fueron el grupo más numeroso que llegó a la frontera norte con el objetivo de cruzar a Estados Unidos. Más de 100.000 lograron atravesar ese peligroso paso en 2021, 20 veces más que el año anterior.
La exigencia de visa en México, que hace todo lo posible para contener el flujo de migrantes a Estados Unidos, ha sido la barrera más reciente y ha significado un duro golpe para los venezolanos.
Otros países, como Chile, batieron récords en deportaciones en 2021, siendo los venezolanos y haitianos los más numerosos.
En diciembre, dos días antes de la Navidad, el presidente de Perú, Pedro Castillo, asistió a la base militar aérea de Lima a presenciar la expulsión de 41 venezolanos, que al final no pudo concretarse porque no hubo comunicación con la Cancillería venezolana.