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Perú: Cuando ser presidente y delincuente es moral

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Entre tanta demagogia, populismo y corrupción inherente a este gobierno, no faltan las opiniones de los firmes defensores de la “gobernabilidad” en contra de la vacancia y, el comentario más singular, sin duda, proviene de la congresista Susel Paredes, al ser consultada por una eventual vacancia al presidente, manifestó que, “él puede ser delincuente, pero no es incapaz moral permanente”.

Por: Gianella Orihuela / Visión Liberal

El camino que el Ejecutivo está siguiendo para defender lo indefendible es aplicar la moral del socialismo basada en el robo, la coerción y el miedo, disfrazándose de filantropía.

Motivo por el cual Castillo responde a la prensa que si abandona el cargo los campesinos morirán, los maestros no tendrán escuelas y recalca hacer un gobierno del pueblo.

Las razones para exigir la vacancia no son ignotas y ya el Congreso, ha presentado una moción de vacancia fundamentada en siete puntos, que inician con su campaña electoral, hasta algunos recientes acontecimientos.

Los puntos expresados en el documento “Moción de orden del día n.º 1222” son:

  • Uso ilegal de fondos públicos del Gobierno Regional de Junín en la campaña electoral 2021 de Perú Libre.
  • Designación de altos funcionarios vinculados al terrorismo y acusados de apología del terrorismo.
  • Tráfico de influencias en ascensos en las Fuerzas Armadas y en la SUNAT.
  • Debilitamiento del sistema democrático al fortalecer las relaciones con gobiernos antidemocráticos como Venezuela y avalar la intervención de personajes extranjeros en asuntos internos (Evo Morales y Ari Ben-Menashe).
  • Generar inestabilidad económica.
  • Libertad de expresión, maltrato a medios de comunicación y negativa a rendir cuentas a la sociedad.
  • Permisibilidad a la violencia contra la mujer.

Quien también gusta de abogar por este desgobierno es el ministro de Justicia y Derechos Humanos. Aníbal Torres expresó a través de su cuenta de Twitter que, no hay fundamento -para la izquierda- para promover la vacancia, comparándolo con el supuesto golpe de Estado contra Martín Vizcarra.

Lo más sensato para responder a su última frase se puede resumir en dos palabras: ¡Qué ironía! Acusar de anhelar imponer un gobierno totalitario a los “golpistas” que defienden el Estado de Derecho, quienes están imponiendo una agenda política socialista que siempre lleva al totalitarismo.

Constantemente, Pedro Castillo clama ser extirpado del cargo y aun así, se esfuerzan en eximir de la ley al quimérico personaje del profesor bajo el discurso de que “nunca aceptaron que un campesino, un rondero, un maestro, dirija la nación y que promueva cambios estructurales en el país”.

Frente al actual entorno político considero necesario preguntarnos: ¿Qué moral puede tener este séquito de políticos si su desfachatez inicia desde la campaña electoral? y ¿qué tanta credibilidad le queda al presidente si además pretende sustituir al organismo legislador por el de su conveniencia violando las leyes?

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