Según el diario El Colombiano, el presidente Petro estuvo involucrado en las negociaciones de la venta de la compañía de fertilizantes. Sin embargo, a pesar de que inicialmente apoyaba la decisión, este sábado publicó una carta dirigida a Nicolás Maduro en donde se oponía. El Colombiano señala que la necesidad del Gobierno venezolano en vender Monómeros surje del miedo ante nuevas sanciones por parte de la administración de Donald Trump en Estados Unidos
El futuro de Monómeros, la mayor productora de fertilizantes de Colombia, pende de un delicado hilo diplomático y comercial. La empresa, propiedad de la estatal venezolana Pequiven, fue puesta en venta por el gobierno de Nicolás Maduro, quien busca evitar una eventual sanción que la administración de Donald Trump podría imponer nuevamente tras asumir en enero.
La transacción podría generar grandes implicaciones políticas y económicas en la región, donde Monómeros controla el 40 % del mercado de fertilizantes y emplea a más de 400 personas.
Desde agosto, surgieron reportes de movimientos financieros cuestionables hacia una compañía en Hong Kong, según investigaciones del diario El Colombiano.
Este medio descubrió que estos fondos estaban relacionados con Pdvsa, la petrolera estatal venezolana, y Pequiven, lo que encendió alarmas sobre el cumplimiento de sanciones internacionales.
La empresa había sido sancionada en 2017 bajo la orden ejecutiva 13808 del Departamento del Tesoro de EE. UU., que prohibía la reestructuración de deuda venezolana y bloqueaba la participación en los dividendos de Pdvsa y sus filiales, incluyendo Monómeros.
En 2022, las restricciones fueron parcialmente levantadas para permitirle operar comercialmente, pero sus vínculos con Pequiven y la petrolera siguen bajo el escrutinio de Washington.
La decisión de Maduro de vender Monómeros ocurre en un contexto complejo. A través de sus aliados políticos y, posteriormente, de una multinacional interesada en el negocio de los fertilizantes, avanzaron negociaciones confidenciales con Petro bien informado.
El Colombiano reveló que el acuerdo alcanzado, valorado en unos 300 millones de dólares, estaba prácticamente cerrado. Sin embargo, a pocos días de la conclusión de la venta, el presidente Petro emitió un sorpresivo comunicado en X, dirigido a Maduro y a Álex Saab, ministro de Industria y Producción Nacional, y negociador de la venta, declarando su oposición a la operación.
En su mensaje, Petro expresó que la privatización de Monómeros aumentaría los precios de fertilizantes para los campesinos colombianos y generaría dependencia del sector agrícola nacional.
Pese a su reciente oposición pública, afirman que el presidente estaba al tanto de la transacción desde hace semanas y, según fuentes, inicialmente apoyó la venta.
Esta posición cambiante del presidente colombiano podría estar relacionada con la tensa relación política entre ambos gobiernos desde las elecciones del 28 de julio, en las que Petro se comprometió a no reconocer el resultado en Venezuela hasta que se publicaran las actas, un compromiso que aparentemente fue pasado por alto.
La reacción de Maduro ante la oposición de Petro es desconocida públicamente, pero su urgencia por concretar la venta estaría impulsada por los temores de una nueva sanción de EE. UU.