Sus colegas la consideran una de las operadoras políticas más influyentes de EEUU. Quién es la primera mujer en asumir la jefatura de gabinete de un presidente estadounidense, que enfrenta el desafío de mantener la cohesión dentro del equipo en un contexto de alta polarización política.
“Permítanme también expresar mi enorme agradecimiento a Susie. (…) A Susie le gusta quedarse atrás. La llamamos la doncella de hielo”.
En su discurso de victoria en Florida, Donald Trump mencionó a “Susie” siete veces. Se trata de Susie Wiles, recientemente designada como jefa de gabinete, y una figura enigmática que ha combinado un perfil discreto con una habilidad despiadada para la estrategia política.
De 66 años, dirigió la exitosa campaña de Trump y, aunque evitó los reflectores en el proceso, su influencia dentro y fuera del círculo cercano del presidente electo es indiscutible. Con una reputación como “operadora política despiadada”, su capacidad para diseñar campañas y controlar cada detalle detrás de escena ha sido fundamental en la carrera política de Trump.
“Susie es fuerte, inteligente, innovadora y es admirada y respetada universalmente. Susie seguirá trabajando incansablemente para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”, afirmó Trump en un comunicado. “Es un honor bien merecido tener a Susie como la primera mujer jefa de gabinete en la historia de Estados Unidos. No tengo dudas de que hará que nuestro país se sienta orgulloso”.
Wiles, quien nació y creció en Nueva Jersey, se trasladó en su juventud a Jacksonville, Florida, junto a su entonces esposo, Lanny Wiles, quien trabajaba en la logística de campañas políticas. Desde entonces, Wiles ha estado vinculada a la política republicana, iniciando su carrera en la década de 1970 como programadora de la campaña presidencial de Ronald Reagan en 1980, y luego también trabajó en la administración de Reagan.
Aunque interrumpió temporalmente su carrera para criar a sus dos hijas, Katie y Caroline, regresó con determinación al ámbito político, llegando a ser la pieza clave de Trump en Florida durante las elecciones de 2016, ayudando a asegurar una victoria clave en el estado.
Su éxito con Trump se extiende hasta la elección más reciente, donde nuevamente operó de manera discreta pero contundente. En su cuenta de X se presenta con una apariencia sencilla, con blusa, cárdigan y pendientes. Sin embargo, quienes la conocen, como el editor de Florida Politics Peter Schorsch, la describen como una mujer de “amabilidad sureña” que esconde una firmeza implacable. “No es que sea dura o cruel, pero si intentas sobresalir o no eres honesto, Susie te apartará sin dudarlo”, dijo Schorsch a The Independent. Este enfoque le ha valido tanto el respeto como el temor de sus colegas, quienes la consideran una de las operadoras políticas más influyentes de Estados Unidos.
En el círculo cercano de Trump, se le atribuye a Wiles la capacidad de imponer disciplina y orden en medio del caos habitual que rodea al ex presidente. En palabras de Schorsch, Mar-a-Lago, la residencia de Trump en Florida, “se volvió mucho más disciplinado desde que Susie se convirtió en la principal guardiana”. Este control firme sobre el equipo de Trump ha sido uno de sus sellos distintivos, con una filosofía pragmática de “dejar que Trump sea Trump” y permitirle atraer tanto a los sectores más conservadores como a la élite empresarial con su retórica y políticas económicas.
El estilo político de Wiles ha sido descrito como una combinación de instinto agudo y una habilidad para sintonizar con las necesidades del público. John Delaney, ex alcalde de Jacksonville y amigo cercano, contrató a Wiles en su campaña en 1995 y destaca su habilidad para leer al electorado y darle exactamente lo que desea. Aunque ella misma podría no compartir algunas posturas políticas de Trump, su enfoque es ayudar a sus candidatos a alcanzar sus metas sin hacer de sus propias opiniones un obstáculo.
Esta neutralidad le ha permitido trabajar con diversas figuras del Partido Republicano, desde la campaña de Rick Scott para gobernador de Florida en 2010 hasta el ex gobernador de Utah Jon Huntsman en 2012.
Sin embargo, su relación con Ron DeSantis se deterioró durante la campaña para gobernador de Florida en 2018, en la cual, tras desacuerdos y rumores de filtraciones de información, Wiles fue apartada del equipo, oficialmente por motivos de salud. Esta salida representó un momento difícil en su vida, según amigos cercanos, pero su retorno en 2020, cuando Trump la llamó de vuelta para liderar su equipo, mostró su resiliencia y compromiso con su trabajo.
Hija de Pat Summerall, un ex jugador profesional de fútbol americano y famoso comentarista deportivo, Wiles desarrolló una presencia firme que, según Schorsch, podría haber sido influenciada por la autoridad que su padre ejercía en las transmisiones deportivas. Aun así, sus valores también parecen haberse moldeado por una vida familiar compleja. Summerall, quien sufrió de alcoholismo y estuvo separado de sus hijos durante algún tiempo, pudo reconciliarse con Wiles, quien lo ayudó a superar su adicción.
Aunque sus colegas la describen como una mujer amable y maternal, su dulzura oculta una destreza estratégica que ha impulsado su éxito en la arena política.
Como la primera mujer en asumir la jefatura de gabinete de un presidente estadounidense, Susie Wiles enfrenta el desafío de mantener la cohesión dentro del equipo de Trump en un contexto de alta polarización política. Su rol implicará equilibrar las múltiples facetas de Trump, mientras se asegura de que la estrategia de campaña se mantenga alineada con los intereses del partido y de los votantes.