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Recordar también es morir… de pánico: Se cumplieron seis años de los mega apagones venezolanos de Cortoelec

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Los apagones en Venezuela en 2019 fueron una serie de interrupciones masivas del suministro eléctrico que afectaron gravemente al país, especialmente durante marzo de ese año. El evento más significativo comenzó el 7 de marzo de 2019, cuando gran parte del territorio venezolano, incluyendo Caracas, quedó sin electricidad por varios días. Este apagón masivo se considera uno de los peores en la historia moderna del país.

Por: Grokberto Muskeado

Contexto y causas

El sistema eléctrico de Venezuela, gestionado principalmente por la estatal Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), había estado deteriorándose durante años debido a la falta de mantenimiento, corrupción, sanciones internacionales y una crisis económica generalizada. El gobierno de Nicolás Maduro atribuyó el apagón de marzo de 2019 a un supuesto «ataque cibernético» y «sabotaje» contra la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar (conocida como Guri), que genera alrededor del 80% de la electricidad del país. Según esta versión, el ataque habría sido orquestado por Estados Unidos y la oposición venezolana, aunque no se presentaron pruebas concretas.

Por otro lado, expertos independientes y críticos del gobierno señalaron que las causas reales incluían el mal estado de la infraestructura eléctrica, la falta de inversión, la salida de personal calificado debido a la migración masiva y los incendios en líneas de transmisión, probablemente causados por vegetación no controlada cerca de las torres eléctricas. Informes técnicos indicaron que un fallo inicial en Guri desencadenó un colapso en cascada del sistema interconectado nacional.

Impacto

  • Duración: El apagón inicial duró más de 72 horas en muchas zonas, aunque algunas regiones estuvieron sin electricidad durante casi una semana. Incluso después de restablecerse parcialmente el servicio, los cortes continuaron de forma intermitente en los meses siguientes.
  • Población afectada: Se estima que al menos 23 de los 24 estados del país se vieron impactados, afectando a millones de personas.
  • Consecuencias humanitarias:
    • Hospitales quedaron sin energía, lo que provocó la muerte de pacientes dependientes de equipos médicos (como respiradores). Organizaciones no gubernamentales reportaron decenas de fallecidos, aunque las cifras oficiales son difíciles de verificar.
    • La falta de agua potable se agravó, ya que las bombas hidráulicas dejaron de funcionar.
    • Se interrumpieron las telecomunicaciones, el transporte y el comercio. Muchas personas perdieron alimentos por la falta de refrigeración.
  • Efecto económico: La paralización de actividades industriales y comerciales profundizó la ya severa crisis económica.

Reacciones

  • Gobierno: Maduro culpó a factores externos y llamó a la calma, mientras el ejército fue desplegado para «proteger» instalaciones eléctricas. También se suspendieron clases y actividades laborales durante días.
  • Oposición: Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por varios países, denunció la ineptitud del gobierno y lo señaló como responsable del colapso del sistema eléctrico.
  • Internacional: Países como Estados Unidos y miembros de la Unión Europea expresaron preocupación y ofrecieron ayuda humanitaria, mientras que aliados del gobierno venezolano, como Rusia y China, respaldaron la narrativa del sabotaje.

Situación posterior

Los apagones no se limitaron a marzo de 2019. Durante el resto del año, especialmente en abril y julio, se registraron otros cortes significativos, aunque de menor escala. En estados fuera de Caracas, como Zulia, los cortes se volvieron crónicos, con racionamientos diarios de hasta 12 horas en algunos casos.

Las causas de los apagones en Venezuela en 2019, particularmente el masivo del 7 de marzo, son un tema debatido entre la versión oficial del gobierno y los análisis de expertos independientes. A continuación, te detallo las principales causas identificadas:

Versión del gobierno

El gobierno de Nicolás Maduro afirmó que los apagones fueron resultado de un «ataque cibernético y sabotaje» contra la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar (Guri), la principal fuente de electricidad del país. Según esta narrativa:

  • El ataque fue supuestamente perpetrado por Estados Unidos, con apoyo de la oposición venezolana, utilizando tecnología avanzada para desactivar los sistemas de control de Guri.
  • También se mencionó un «ataque electromagnético» y sabotajes físicos, como incendios intencionales en líneas de transmisión.
  • Sin embargo, no se presentaron pruebas verificables de estas acusaciones, lo que llevó a que muchos cuestionaran su validez.

Causas técnicas y estructurales (expertos independientes)

Ingenieros eléctricos, ex empleados de Corpoelec y analistas internacionales apuntaron a una combinación de factores internos y estructurales como las verdaderas causas del colapso. Estas son las más aceptadas fuera de la narrativa oficial:

  1. Falta de mantenimiento de la infraestructura:
    • El sistema eléctrico venezolano, especialmente Guri y las líneas de transmisión, llevaba años sin mantenimiento adecuado. Equipos obsoletos y deteriorados no fueron reemplazados ni reparados a tiempo.
    • La vegetación alrededor de las líneas de alta tensión no se podaba regularmente, lo que pudo haber provocado incendios (como el reportado cerca de Guri el 7 de marzo) que dañaron el sistema.
  2. Fallo inicial en Guri:
    • La Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, que depende del embalse del río Caroní, pudo haber sufrido una sobrecarga o un desperfecto técnico en sus turbinas o sistemas de control, desencadenando el apagón inicial.
    • Algunos expertos sugieren que las fluctuaciones en el nivel del embalse, combinadas con una mala gestión operativa, pudieron contribuir al fallo.
  3. Colapso en cascada:
    • Una vez que Guri dejó de suministrar energía, el sistema eléctrico interconectado nacional no pudo redistribuir la carga a otras fuentes (como plantas termoeléctricas), muchas de las cuales estaban inoperativas o funcionando a baja capacidad.
    • La falta de redundancia y la fragilidad de la red amplificaron el impacto del fallo inicial.
  4. Crisis económica y corrupción:
    • La corrupción limitó la capacidad del gobierno para importar repuestos y tecnología necesaria para el sector eléctrico.
    • Denuncias de corrupción señalaron que fondos destinados a la modernización del sistema fueron desviados, dejando a Corpoelec sin recursos para operar eficientemente.
  5. Éxodo de personal calificado:
    • Miles de ingenieros y técnicos abandonaron el país durante la crisis migratoria, dejando a Corpoelec con personal insuficiente y poco capacitado para manejar emergencias o realizar mantenimientos complejos.
  6. Dependencia excesiva de Guri:
    • Venezuela depende en un 80% de la energía hidroeléctrica de Guri. Las plantas termoeléctricas, que podrían haber servido como respaldo, estaban mayormente fuera de servicio por falta de combustible, mantenimiento o repuestos.

Evento desencadenante específico (marzo 2019)

El apagón del 7 de marzo comenzó con un incendio en una línea de transmisión cerca de Guri, según reportes extraoficiales y observaciones de expertos. Este incendio, posiblemente causado por maleza seca y altas temperaturas, habría dañado transformadores o líneas clave, provocando una desconexión crítica. La incapacidad del sistema para recuperarse rápidamente evidenció las debilidades estructurales acumuladas.

Mientras el gobierno insistió en un sabotaje externo, la mayoría de los análisis técnicos coinciden en que los apagones fueron el resultado de años de negligencia, mala gestión y una infraestructura al borde del colapso. La combinación de un fallo técnico puntual con problemas sistémicos crónicos creó una tormenta perfecta que dejó al país a oscuras.

¿Y la iguana?

Aunque no fue exactamente en el contexto de los apagones de 2019, el gobierno de Nicolás Maduro, y antes el de Hugo Chávez, ha recurrido en varias ocasiones a explicaciones inusuales para justificar los problemas eléctricos en Venezuela, incluyendo culpar a animales como iguanas.

Un caso específico ocurrió en 2010, cuando Corpoelec, la corporación eléctrica estatal, afirmó que un apagón en el noreste del país fue causado por una iguana que supuestamente mordió un cable de alta tensión.

Esta explicación se volvió icónica y fue ampliamente ridiculizada, especialmente porque contrastaba con las evidentes fallas sistémicas del sector eléctrico.

Más tarde, en octubre de 2018, el entonces ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, amplió la lista de culpables al decir que «animales como ratas, ratones, serpientes, gatos y ardillas» (incluyendo, por supuesto, iguanas) habían ingresado a las subestaciones del sistema hidroeléctrico, causando cortes.

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