La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, publicó en su cuenta X una respuesta al régimen de Venezuela, quien la declaró persona no grata el 28 de octubre de 2025, señalando acciones hostiles por parte de la primera ministra, por otorgar supuestamente licencia amplia a la CIA y al Comando Sur de Estados Unidos para realizar ejercicios militares en territorio trinitense.
En su respuesta, la primera ministra afirma que la declaración de persona non grata no tiene ningún efecto en mi vida.
Millones de venezolanos huyen de Venezuela, así que ¿por qué pensarían que yo querría ir allí? Esta declaración es inútil, no tiene ningún efecto en mi vida.
Esto no hace más que continuar con su patrón de intentar intimidar a sus vecinos más pequeños mientras claman por la paz con los países más poderosos.
¿Por qué no mencionan a Trump?
En su respuesta, Kamla Persad-Bissessar se pregunta, si Trump es el comandante de esos buques, por qué el régimen de Maduro no lo menciona?
Los buques de guerra que participan en los ejercicios de interdicción de drogas son propiedad estadounidense, ¿por qué Maduro y el resto del gobierno venezolano no mencionan al presidente Trump?
¿Por qué no lo declaran persona non grata? La respuesta es obvia. Deberían mencionar al presidente Trump; él es el comandante de esos buques de guerra.
Mi gobierno continuará apoyando las operaciones de interdicción de drogas contra los narcotraficantes en aguas internacionales.
Más de 10.000 asesinatos en los últimos 20 años, sumados a miles de delitos violentos, no pueden atribuirse a una simple emergencia de salud pública. Se trata de una crisis que requiere una intervención contundente.
Efectivamente, el régimen de Maduro ha optado por evitar mencionar directamente a Donald Trump, a pesar de que su regreso a la presidencia de EE. UU. en febrero de 2025 ha supuesto un cambio drástico en la política hemisférica.
Analistas consideran que el equipo de Maduro sabe que Trump actúa con reflejos rápidos y sin diplomacia tradicional. Una referencia provocadora —por ejemplo, insultos o ataques personales como los que sí lanzaban en 2019— podría desencadenar una respuesta inmediata: sanciones, congelamiento de activos, o una orden ejecutiva.
Por tanto, el silencio busca no agitar al adversario más peligroso.
