Jordan Peterson considera que Bitcoin es la única alternativa viable en un mundo dominado por las CBDC (moneda digital de Banco Central por sus siglas en inglés). El popular psicólogo canadiense compartió sus ideas al respecto con Brian Roemmele, experto en tecnología y emprendedor, en un podcast publicado esta semana.
Bitcoin contra la Tiranía
Peterson y Roemmele hablaron sobre el uso de la inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes como un mecanismo de protección frente al aumento del control por parte de las autoridades. En este contexto, Bitcoin podría convertirse en una herramienta más allá del ámbito financiero.
Por supuesto, el aspecto económico es uno de los puntos fundamentales. Según Peterson, las CBDC se terminarán imponiendo en algún momento, y Bitcoin será la única divisa descentralizada que podrá competir con las monedas digitales de los bancos centrales:
“Bitcoin está realmente descentralizado. No es susceptible de ser controlado por una estructura burocrática”.
A la visión de Peterson, que ve Bitcoin como un medio de intercambio y un refugio de valor, Roemmele sumó el uso del ecosistema para enviar, recibir y almacenar información:
“La capacidad para encriptar datos en una blockchain es ilimitada. Es posible almacenar información de forma descentralizada y permanente”.
Ciertamente, la “inmortalización” de la información a la que se refiere Roemmele es posible en la red de Nakamoto (aunque no exclusivamente). Al contrario de lo que ocurre en las transferencias de los sistemas tradicionales, las operaciones con BTC son prácticamente irreversibles.
Bitcoin y la Inteligencia (Humana)
La lectura financiera de Peterson sobre Bitcoin ya la habíamos oído. La divisa de Nakamoto se ha presentado en diversos foros como el escudo perfecto, no solo contra la imposición de las CBDC, sino contra efectos del sistema económico tradicional, tales como la inflación.
Algo menos discutido es el uso de Bitcoin como herramienta para medir la inteligencia. Según el popular psicólogo, el ecosistema podría utilizarse como un medio de almacenamiento de información, tal y como también sugiere Roemmele.
Pero Peterson va más allá y propone una utilidad: generar un conjunto de preguntas resistente a la manipulación. De esta forma, se podrían lanzar pruebas para medir la capacidad cognitiva de la población, obteniendo resultados confiables con un sesgo prácticamente nulo.