La estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) ha comenzado a utilizar buques petroleros como almacenamiento flotante de crudo y fuel oil, manteniéndolos en aguas venezolanas, debido al aumento de inventarios provocado por la intercepción en alta mar de buques vinculados a Venezuela por parte de Estados Unidos, según documentos de la compañía y datos de seguimiento marítimo.
Este mes, la Guardia Costera de EE. UU. interceptó en el Caribe a los tanqueros Skipper y Centuries, ambos completamente cargados con crudo venezolano. Además, esta semana perseguía a un tercer buque vacío que se aproximaba a la costa del país miembro de la OPEP.
Las acciones apuntan a una denominada “flota sombra” que transporta petróleo sancionado. El presidente de EE. UU., Donald Trump, ha anunciado un bloqueo a todos los buques sujetos a sanciones estadounidenses. Estas medidas han disuadido a numerosos armadores y han dejado más de una docena de cargamentos varados en aguas venezolanas a la espera de zarpe.
El creciente atasco logístico, en un contexto en el que PDVSA produce alrededor de 1,1 millones de barriles diarios de crudo, está llenando rápidamente los tanques de almacenamiento en tierra, especialmente en el terminal de José, que recibe crudo extrapesado de la Faja del Orinoco, de acuerdo con los documentos.
Durante el fin de semana pasado, PDVSA comenzó a drenar parte de esos inventarios hacia buques tanqueros, una estrategia utilizada en años anteriores para evitar recortes en la producción, según datos de la compañía y del sector marítimo.
Dado que su principal socio en empresas mixtas, Chevron, no ha suspendido las exportaciones de los crudos que producen conjuntamente, la mayoría de los inventarios en la región occidental del país —donde la capacidad de almacenamiento es muy limitada— se mantiene cerca de niveles normales, indican los documentos. No obstante, Chevron representa solo cerca de una cuarta parte de los crudos producidos en las estaciones de mezcla y mejoradores de la Faja del Orinoco, unos 130.000 barriles diarios. PDVSA suele exportar el resto, principalmente a China, destino de alrededor del 80% de las exportaciones venezolanas este año.
Con la estabilización y el repunte de las exportaciones en 2025, las existencias en tierra en José se habían reducido desde septiembre a entre 9 y 11 millones de barriles, desde un pico mensual de 14 millones a comienzos de año, según la firma de inteligencia comercial Kpler. Sin embargo, en lo que va de diciembre ya alcanzaron 12,6 millones de barriles, elevando el inventario total del país a 22 millones de barriles, el nivel más alto desde agosto.
Presiones y negociaciones
PDVSA había presionado a sus clientes para continuar recibiendo cargamentos con destino a China en el puerto de José hasta la semana pasada, pero convencerlos se ha vuelto más difícil tras nuevas acciones estadounidenses contra otros buques, señalaron fuentes de la empresa.
La creación de almacenamiento flotante se ha vuelto necesaria mientras la compañía negocia descuentos de precios y cambios contractuales con algunos clientes, y otros evalúan devolver los cargamentos a los terminales.
La semana pasada, altos funcionarios de PDVSA discutieron, pero finalmente descartaron, declarar fuerza mayor sobre algunas exportaciones de crudo, optando por negociaciones individuales con los clientes. La fuerza mayor permitiría al vendedor liberarse de compromisos de entrega por causas fuera de su control.
El lunes por la noche, el presidente Nicolás Maduro afirmó que las entregas de crudo destinadas a las exportaciones de Chevron continuarían pese a la disputa con Washington. “Llueva, truene o relampaguee, y haya o no conflictos, el contrato con Chevron se cumplirá. Somos gente seria y decente”, dijo en un discurso televisado.
Chevron ha reiterado que sus operaciones en Venezuela “continúan sin interrupciones y en pleno cumplimiento de las leyes y regulaciones aplicables”.
El martes, la Asamblea Nacional controlada por el oficialismo aprobó una ley que establece penas de hasta 20 años de prisión para quienes promuevan o financien lo que denomina piratería o bloqueos de cargamentos petroleros.
Reporte de Marianna Parraga y Arathy Somasekhar en Houston, y equipo de Reuters; edición de Nathan Crooks, Alistair Bell y David Gregorio.


