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Presentan Atlas de la Impunidad en el mundo: Venezuela situada como el peor país de la región

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Recientemente fue presentando el primer Atlas de Impunidad mundial durante la Conferencia de Seguridad de Múnich.

El atlas confeccionado por el Eurasia Group y el Chicago Council on Global Affairs, es una investigación exhaustiva que rastrea el abuso del poder en cinco dimensiones sociales:

  • Gobernanza sin rendición de cuentas
  • Abuso de los derechos humanos
  • Conflictos
  • Explotación económica y
  • Degradación medioambiental

Afganistán, Siria y Yemen encabezan la lista de este año con la puntuación de impunidad más alta, mientras que Finlandia, Dinamarca y Suecia con las puntuaciones de impunidad más bajas. En la región, el peor situado es Venezuela, que ocupa el puesto número 11 en todo el mundo.

Venezuela, el peor de América Latina

Los indicadores de conflicto y violencia elevan los niveles de impunidad en muchos países de la región.

Venezuela -advierte el Atlas- es un país especialmente afectado por la impunidad. Ocupa el puesto 11 en el Atlas, lo que refleja un nivel de impunidad superior al de Haití (15º) y al de Nicaragua (38º), en gran medida como resultado del régimen autoritario de Nicolás Maduro, que ha intensificado la represión incluso mientras adopta un enfoque más pragmático de la economía.

El régimen de Maduro, de hecho, se encuentra entre los cinco países con peores resultados en la dimensión de gobernanza sin rendición de cuentas -sólo por detrás de Corea del Norte y por delante de Myanmar-, “algo que es poco probable que cambie en un futuro próximo”, advierte el Atlas. Y agrega: “Es poco probable que Maduro acepte unas elecciones presidenciales competitivas en 2024, dados los elevadísimos costes de salida personales asociados a la pérdida del poder. Entre ellos se incluye la perspectiva de un enjuiciamiento internacional en respuesta a los abusos del régimen”.

Los países centroamericanos también ocupan los primeros puestos del Atlas, con las notables excepciones de Costa Rica y Panamá, cuyos niveles de impunidad mucho más bajos los sitúan en los puestos 131 y 114, respectivamente. Los países del Triángulo Norte son especialmente propensos a la influencia presidencial o de las élites sobre las instituciones, incluidos los tribunales, mientras que la sociedad costarricense se caracteriza por ser fuertemente democrática, aunque tiende a sufrir un estancamiento político. Además, Costa Rica no ha sufrido conflictos violentos desde el final de su guerra civil en 1948, tras la cual eliminó sus fuerzas armadas y reorientó el gasto en defensa hacia la educación y los programas sociales.

Mientras tanto, Brasil -que tiene la mayor población y economía de la región- ocupa el puesto 70 del Atlas, con un nivel de impunidad ligeramente peor que la media. “Brasil sale bastante bien parado en las dimensiones de explotación económica y degradación medioambiental (104º y 128º, respectivamente), pero la clasificación general del país se resiente debido a dos problemas principales. En el frente socioeconómico, la corrupción sistemática y los delitos de cuello blanco son frecuentes, mientras que la aguda desigualdad sigue obstaculizando las mejoras en otros ámbitos”, asegura le estudio.

En cuanto a la política medioambiental, Brasil ha intentado promover sistemas agrícolas sostenibles, pero sufre altos niveles de deforestación y tiene una huella de carbono consecuente. Sin embargo, dado el resultado de las elecciones presidenciales de 2022, las políticas del país en materia de deforestación pueden cambiar sustancialmente.

Brasil tiene un nivel de impunidad inferior al de Colombia y México, que ocupan los puestos 53 y 45, respectivamente. Sin embargo, los tres obtienen una mala puntuación en conflicto y violencia, principalmente debido a los altos índices de delincuencia y a los conflictos relacionados con el narcotráfico.

México es el quinto país del mundo con mayor índice de impunidad en esta dimensión, mientras que Brasil es el noveno y Colombia el duodécimo. Brasil, México y Colombia también obtienen una mala puntuación en la dimensión de abuso de los derechos humanos, situándose en los puestos 64, 33 y 52, respectivamente. “Estos resultados negativos se deben a la falta sistémica de igualdad de trato legal y a los altos niveles de discriminación. México y Colombia también obtienen una mala puntuación en el indicador de desapariciones por motivos políticos”.

Chile y Argentina, por su parte, ocupan los puestos 124 y 120 del Atlas. Argentina obtiene mejores resultados en la dimensión de degradación medioambiental, pero tiene un grado relativamente alto de problemas de seguridad. Por su parte, Chile obtiene buenos resultados en las dimensiones de explotación económica y gobernanza sin rendición de cuentas, aunque su nivel de desigualdad es elevado.

Uruguay es un caso de éxito en términos de rendición de cuentas para los países sudamericanos. Situado en el puesto 136 del Atlas, es el país latinoamericano con mejores resultados y se encuentra en mejor posición que varios países con un PIB per cápita más elevado, como Italia, Corea del Sur, Grecia, Israel y Estados Unidos. “Esto se debe principalmente al régimen democrático estable del país, que ha promulgado una serie de políticas públicas sólidas y cuenta con instituciones para salvaguardar los derechos humanos, la justicia económica y la rendición de cuentas”.

Infobae, Eurasia Group, Chicago Council on Global Affairs

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