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Factores que marcan el “regreso” de Venezuela a la eterna emergencia económica

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Tras tres años de crecimiento, la economía de Venezuela vuelve a dar señales de alerta. El país caribeño se adentra en el territorio ya conocido de la hiperinflación, escasez de divisas extranjeras y caída de la producción petrolera.

BBC

En un informe publicado a principios de abril, economistas e investigadores de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), una de las más prestigiosas del país, prevén una inflación superior al 200%, una caída del 20% de las exportaciones de hidrocarburos y una contracción económica de 2,05% a finales de 2025.

«Se está dando una tormenta perfecta», dice el economista venezolano José Manuel Puente, profesor de Economía del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y del IE-Madrid, quien estima que la situación política del país y el resultado de la controvertida elección presidencial de 2024 están teniendo un impacto negativo en la economía de Venezuela.

Puente le dice a BBC Mundo que era inevitable que los mercados y la economía resultaran afectados después de que el CNE anunciara un resultado electoral favorable a Nicolás Maduro sin el respaldo de las actas y que ha sido puesto en duda por gran parte de la comunidad internacional.

Añade que, además, la reforma constitucional que prepara el gobierno también ha generado miedo en los mercados y asusta a potenciales inversores.

«Sumado a eso, los desequilibrios de Venezuela nunca desaparecieron. Se han generado ilusiones de armonía, pero no ha habido un programa económico de estabilización que logre recuperar de manera sostenida el crecimiento a altas tasas, con una baja inflación y pleno abastecimiento», añade.

Las perspecivas son tan sombrias que el presidente Nicolás Maduro decretó a principios de este mes una «emergencia económica» que su gobierno atribuye al impacto que tendrán el endurecimiento de las sanciones internacionales al país y la «guerra arancelaria» de Donald Trump.

El decreto le otorga completas facultades al presidente para tomar medidas excepcionales.

Desde hace más de una década Venezuela está inmersa en una crisis multidimensional que hizo que el país perdiera el 80% de su PIB en ocho años consecutivos de recesión, entre 2014 y 2021.

La economía ha crecido desde entonces a una tasa moderada, un repunte que algunos economistas atribuyen a un «pequeño efecto rebote» que suele ocurrir tras una drástico derrumbe económico prolongado.

Según economistas, son cuatro las principales razones que están empujando a Venezuela al abismo económico, más allá de la inestabilidad política.

1. Salida de petroleras extranjeras

En 2022, el gobierno del expresidente estadounidense Joe Biden emitió una orden mediante la cual alivió algunas de las sanciones que prohibían a la mayoría de las empresas estadounidenses realizar transacciones con PDVSA, la petrolera estatal venezolana.

Gracias a esa medida, varias petroleras, entre ellas la estadounidense Chevron, pudieron reiniciar operaciones en Venezuela a finales de 2022. Esto contribuyó a que la economía volviera a crecer.

La relajación de las sanciones se derivaba de un acuerdo entre Washington y Caracas por el que el gobierno de Nicolás Maduro se comprometía a realizar en Venezuela elecciones presidenciales libres y competitivas en 2024.

Pero en febrero de este año, el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció que revocaría las licencias que les permitían a las petroleras extranjeras operar en Venezuela.

Añadió que su decisión se debía en parte a que el gobierno de Nicolás Maduro no había cumplido con las garantías electorales estipuladas en el acuerdo de 2022.

Más recientemente, EE.UU. revocó dos licencias que había otorgado a las petroleras británicas Shell y British Petroleum (BP) para el desarrollo de proyectos de gas natural entre Trinidad y Tobago y Venezuela.

Los economistas aseguran que la revocación de licencias a empresas como la italiana Eni, la española Repsol y sobre todo Chevron representa un duro golpe para la economía venezolana.

Según datos de la consultora económica Ecoanalítica de marzo de este año, el 85% de los ingresos de Venezuela en divisas vienen de la producción petrolera y de ese porcentaje cerca del 30% de los ingresos en dólares viene de Chevron.

La misma fuente afirma que Chevron es responsable del 40% de los dólares que se liquidan para el sector privado para financiar importaciones.

Aunque las empresas petroleras todavía no han concretado su salida del mercado venezolano – Chevron tiene hasta el próximo 27 de mayo para hacerlo-, el inminente cese de sus operaciones en Venezuela ya está causando estragos.

«El mercado cambiario está desecho», apunta el economista José Manuel Puente.

Francisco Monaldi, director del programa latinoamericano de energía del Instituto Baker de la Universidad de Rice (Houston), le dice a BBC Mundo que tras la salida de las petroleras internacionales es probable que PDVSA retome los campos petroleros, pero con dificultades.

«Le va a costar invertir y encontrar los diluyentes necesarios para procesar el petróleo extrapesado de Venezuela que Chevron estaba importando de EE.UU.», explica.

2. Devaluación del bolívar

La moneda venezolana, el bolívar, perdió el 24,6% de su valor en el mercado oficial frente al dólar en el primer trimestre de este año.

Su devaluación se ha visto agravada por el endurecimiento de las sanciones al país por parte del gobierno de Donald Trump.

De acuerdo con los datos del Banco Central de Venezuela (BCV), la cotización oficial este miércoles 23 de abril era 82,38 bolívares por dólar, lo que representa un incremento de 57,7% en comparación con el inicio de 2025, cuando la moneda estadounidense se cotizaba a 52,57 bolívares.

Por su parte, el dólar en el mercado paralelo alcanzó los 104 bolívares, el doble del oficial.

Esta gran brecha entre el dólar oficial y el paralelo pone de relieve la inestabilidad cambiaria en el país.

«Los venezolanos ya perciben que va a haber una escasez de dólares y al gobierno le preocupa que esa devaluación se convierta en inflación, acabando con todo el esfuerzo que ha hecho para bajarla en los últimos años», explica Francisco Monaldi.

Los economistas estiman que la devaluación se acentuará una vez se concrete la salida de Chevron y otras petroleras de la nación sudamericana.

José Manuel Puente explica que en Venezuela no se coordina la política monetaria del país con la política fiscal, algo que muchos economistas creen necesario para obtener una mayor estabilidad macroeconómica, y además el Banco Central de Venezuela cuenta con reservas monetarias que son de las más bajas de América Latina.

«El banco central reporta 10.000 millones, pero en realidad ese monto incluye poco más de 5.000 millones generados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que no reconoce al gobierno de Nicolás Maduro y por lo tanto Venezuela no dispone realmente de ese dinero», añade.

Esto quiere decir que el gobierno venezolano no tiene suficientes dólares para actuar de manera contundente y consistente en el mercado cambiario para mantener el tipo de cambio lo más estable posible.

Esto conlleva a la previsión de que este año la inflación venezolana volverá a ser de tres dígitos.

Estos factores sumados con la inestabilidad política y económica, sobre todo después de la crisis generada tras la última elección presidencial, han acabado con cualquier perspectiva económica positiva, algo diferente a las estimaciones de mediados y finales del año pasado.

3. Sanciones secundarias

En medio del desajuste económico coyuntural de Venezuela, el país ahora tiene que lidiar con la administración más severa e impredecible de Donald Trump.

Su anuncio a finales de marzo de que impondría aranceles secundarios a los bienes de los países que compren petróleo a Venezuela ha empeorado aún más las perspectivas económicas del país sudamericano.

El mandatario precisó que a partir del 2 de abril los países que compraran petróleo o gas a Venezuela se verían obligados a pagar un arancel del 25% sobre cualquier exportación que enviaran a Estados Unidos.

Durante los últimos años, los principales compradores de petróleo venezolano han sido Estados Unidos y China, e India y España en menor medida.

El gobierno venezolano calificó la medida de «arbitraria, ilegal y desesperada» y amenazó con emprender acciones legales contra lo que ve como una violación de las leyes de comercio internacional.

Algunos expertos han asegurado que las sanciones secundarias que se han aplicado a países como Rusia e Irán no han funcionado del todo, pero igual causan mucho daño.

«Esto va a tener un gran impacto en los ingresos del sector petrolero, como se experimentó en el pasado», explica José Manuel Puente.

«Los países que acepten comprar petróleo a Venezuela lo harán con un gran descuento y el descuento dependerá del arancel que aplique Donald Trump», prosigue.

El economista Francisco Monaldi sugiere que, además, China podría simplemente dejar de comprar petróleo venezolano y buscar otras fuentes, debido a que las importaciones de crudo de Venezuela son mucho menos importantes que las exportaciones a EE.UU.

4. Caída del precio del petróleo

A principios de abril de este año, el precio del crudo Brent, que es la referencia internacional de precios, se desplomó más de un 20% en una semana.

Esto hizo que los precios del petróleo alcanzaran su nivel más bajo en cuatro años.

Desde entonces, los precios han recuperado algo de terreno y rondan los US$66 por barril, desde menos de US$60.

Se cree que el desplome de los precios se debe en parte a que la intensificación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China está generando preocupaciones sobre la demanda de materias primas.

En consecuencia, los precios de las materias primas se están viendo afectados.

Esta noticia es particularmente mala para los países exportadores de petróleo, como Venezuela, pues es probable que pierdan una parte importante de sus ingresos en divisas.

Y las previsiones a futuro tampoco son prometedoras.

El banco de inversiones Goldman Sachs espera que los precios del petróleo caigan hasta fines de este año y el próximo debido al creciente riesgo de recesión y a un mayor suministro del grupo OPEP+.

El banco espera que los precios del petróleo Brent y WTI bajen levemente, promediando US$63 y US$59 por barril, respectivamente, durante el resto de 2025, y US$58 y US$55 en 2026.

«Habrá un impacto, pero está por verse si será brutal. Al combinar la depreciación del precio del crudo venezolano debido a los descuentos que sufrirá, la cancelación de las licencias y el colapso de los precios del petróleo es evidente que el gobierno tendrá ingresos mucho menores y que habrá más escasez de dólares», precisa Monaldi.

José Manuel Puente explica que desde hace tiempo el futuro de la economía venezolana está extremadamente ligado a la política del país y a «la esperanza que muchos tienen, o tenían, de que habría un cambio de gobierno».

«En Venezuela actualmente no hay perspectivas de un cambio político y esto genera un plomo en el ala de la economía venezolana y hace que sea mucho más difícil que Venezuela vuelva a tener un buen desempeño macroeconómico».

«Hace falta una mayor estabilidad política y un programa de estabilización macroeconómica con medidas clásicas de políticas fiscal, cambiaria y monetaria para generar un crecimiento sostenido y controlar la inflación, llevándola a un dígito, como en la mayoría de los países latinoamericanos».

«Pero sin un cambio político es difícil que se logren esas metas», concluye.

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