Vía Analítica
Con apenas 24 años de edad Felipe Capozzolo Guardí (Los Teques, 09 de diciembre de1977) fundó una empresa distribuidora de equipos para la industria del catering, restaurantes y hotelería.
De padres italianos, se graduó en Ingeniería Mecánica en la Universidad Simón Bolívar. Se inició en el mundo del gremialismo en la Cámara de Equipadores de Hoteles y Restaurantes, de la que fue vicepresidente y luego presidente.
Luego, el ascenso ha sido vertiginoso. Ocupó la Presidencia de Consecomercio (2019-2021), integró la directiva de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), en el rol de segundo vicepresidente (2021-2023) y primer vicepresidente (2023-2025). Ahora, aspira llegar a la Presidencia del máximo ente empresarial del país (2025-2027) en las elecciones que se llevarán a cabo este 18 de julio.
Capozzolo considera que ha llegado el momento de los empresarios en el país: “Nosotros asumimos el reto de seguir poniendo los recursos para que el país avance” asevera, pero acota que debe ser a cambio de “unas condiciones más llevaderas para operar y de mayores espacios en la sociedad para poder crecer”.
Sobre estos temas, la situación de la empresa privada venezolana, las relaciones con el Gobierno y su propuesta de gestión, accedió a conversar en exclusiva para Analítica.
– ¿Cómo evalúa usted la gestión saliente?
–Es una gestión que tuvo que enfrentar retos muy importantes y sin duda alguna la coyuntura electoral marca muchas cosas, en un organismo que es político, que no debería ser político partidista, pero al final se ve afectado por la política. Entonces han sido dos años complicados, marcados por temas de difícil tratamiento, como el de las de las sanciones, los impuestos, los efectos de la ley de armonización tributaria, el 9% de la ley de pensiones, han sido temas difíciles. Creo que esta gestión ha hecho un buen trabajo, creo que el presidente ha hecho el máximo esfuerzo posible por sobrellevar las situaciones adversas que se han venido en el camino. Siempre hay espacio de mejora y más que eso, siempre hay espacio para evolucionar, por eso es que nosotros ahora, más que mirar atrás, que no nos interesa mucho, estamos planteando una evolución, sobre todo de la agenda que creemos que debe ser mucho más abierta, más profesional, estratégica y sobre todo democratizar el acceso a las fuentes de influencia para sectores, regiones, a través de una agenda totalmente estratégica que debemos llevar adelante, necesariamente con los representantes del gobierno nacional. La interlocución hay que profundizarla, hay que tratar de llevarla en los mejores términos, hay que ampliar esos canales de comunicación, pero creo que precisamente reforzar esos puentes va a ser para subir temas densos en el puente. Yo creo que ha llegado el momento de que la empresa privada venezolana diga, «Ahora nos toca a nosotros.» Nosotros llevamos 4 o 5 años financiando la recomposición y la recapacitación financiera del Estado venezolano a través de impuestos. Creemos que ahora es nuestro momento estelar de redescubrir ese estado de las cosas, rediscutir las cargas fiscales, para empezar a recomponer a la empresa privada venezolana, sobre todo a través de exenciones e incentivos, tendientes a la inversión, al crecimiento y a la productividad.
–Usted habla de democratizar el acceso a las fuentes de influencia. ¿Qué significa eso?
–Durante los últimos tiempos la relación con el gobierno ha estado muy monopolizada por los presidentes de sectores y la cúpula de Fedecámaras. Nosotros creemos que hay que darle acceso a las bases a esas fuentes de influencia. Las bases tienen sus propias fuentes de influencia y sus propias fuentes de acceso a los a los centros de toma de decisiones desde el punto de vista regional, pero no es suficiente. Las regiones deben tener acceso a las a fuentes de influencia y a los epicentros donde se toman las decisiones en el ámbito nacional. Lo que estamos proponiendo es la regionalización, que este sea un país con el foco en las regiones, porque le vemos mucho más futuro socioeconómico. Lo vemos como océanos azules que vale la pena potenciar, recomponer, porque allí podemos tener la mayor parte de la gente, los mejores rendimientos, porque un dólar invertido en las regiones es mucho más potente que un dólar invertido en cualquier capital de estado. Tiene mayor profundidad socioeconómica, mayor beneficio y porque creemos profundamente en que siendo este un país que desde que se explotó comercialmente la primera gota de petróleo hasta hoy se urbanizó, pero no se desarrolló,. Vale la pena entonces revertir un poco el proceso e ir a una re ruralización y avanzar hacia una dignificación de la campesinidad, de la industrialidad, de la comercialidad, de los servicios que se pueden prestar en las regiones desde el punto de vista de un ambiente rural, de la dignificación de lo que es la cultura rural, porque si tú te pones a ver las primeras economías del mundo son todos países rurales. Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia, la misma China, que tiene otros problemas de subdesarrollo en varias áreas, pero también es un país al final rural. Entonces, nosotros creemos que vale la pena que Venezuela se dé una oportunidad con la Venezuela rural.
–Si esa democratización significa darle interlocución a las regiones en su relación con las autoridades ¿No perdería de alguna manera el peso político que podría tener la Presidencia de Fedecámaras?
–Esa pregunta que tú haces es interesante. Tú sabes que son organizaciones presidencialistas, pero todo depende cómo tú te veas. Si te ves como una pirámide, donde el presidente está en el tope de la pirámide, puede ser que haya algún tipo de temor de reducir la importancia de la Federación. Ahora, si tú volteas la pirámide y ves al presidente como la persona que da soporte a toda la estructura y le da servicio a toda la estructura, estás haciendo lo que corresponde. Luego hay situaciones prácticas que debemos aceptar. Es imposible que yo pueda explicarle mejor al presidente de la República un problema que está ocurriendo en Tumeremo que la misma persona de Tumeremo. Es imposible que yo sepa más que un líder regional del estado Anzoátegui. No hay manera de que suceda así. Yo puedo transmitir reportes, yo puedo generar canales, tender puentes, pero nosotros creemos que el acceso debe ser más directo. Sobre todo la toma de decisiones. Hay ejemplos, como la ley de armonización tributaria que nosotros recibimos la noticia, lo del 9%. Entonces algunos representantes gremiales te dicen, «Bueno, fuimos, discutimos, negociamos y este es el resultado.» ¿Dónde está la posición de Fedecámaras al respecto de la ley de armonización tributaria? ¿Dónde está escrita? ¿Dónde está la posición de Fedecámaras respecto al 9% de pensiones? ¿Dónde está documentada? ¿Dónde está escrita? Yendo mucho más allá de que haya sido aprobado o no o de que en la negociación hayas podido ser hipotéticamente avasallado o no, ¿dónde está tu posición? Entonces, ¿quién lo discutió? ¿Cuántas personas participaron? ¿La base fue consultada? ¿Se enteró la base de qué era lo que venía? Entonces, si vamos a decir que es el momento de las empresas, pues también es el momento de darle una institucionalidad lo suficientemente profunda a la ocasión para que realmente las empresas tengan beneficios y la gente también. Recuerda que los avances del mundo vienen dados por la institucionalidad. Tengo entendido que le dieron el premio Nobel hace poco a unos economistas investigadores (Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson) con la tesis que demuestra que hoy en día los países que avanzan son los que los que tienen institucionalidad fuerte Y una institucionalidad pública fuerte involucra una institucionalidad privada fuerte. Y para tener institucionalidad privada fuerte necesitamos empresas y movimientos y sector empresarial fuerte. Entonces, vamos al problema de la empresa.
–¿Cuál es la prioridad del sector empresarial?
-La empresa necesita mercados amplios y costos bajos. En Venezuela ahorita hay mercados estrechos, restringidos y costos altos. Esa situación hay que revertirla. Hay que hablar con el gobierno nacional en el mejor de los términos, pero para explicar temas duros. Esta no es la economía del 2021 cuando nos llaman a nosotros a Vicepresidencia, nos llamaron también a Finanzas, nos llamaron a Banco Central, al Ministerio de Comercio, Industria y esencialmente el mensaje era que teníamos que hacernos cargo de la economía pública a través de impuestos. Bueno, está bien, esa era una economía que llegó a casi 300 000 barriles de petróleo producidos y el PIB estuvo por debajo de 50 000 millones de dólares, pero las cifras que ofrece el gobierno hoy, es que nuestra economía es tres o cuatro veces más grande y que nuestra producción petrolera es el triple. Entonces, como las economías no son iguales, ¿no crees tú que valdría la pena renegociar, rediscutir, repensar el esquema de obligaciones fiscales en Venezuela? Yo creo que sí. Y no es a cambio de nada, no es de gratis. Es a cambio de producir empleo, es a cambio de producir competitividad, es a cambio de hacer a la empresa más sólida, es a cambio de fortalecer esa presencia privada en el producto interno bruto. De hecho, nosotros estamos proponiendo el plan nacional de inversión y empleo para entregarlo antes de diciembre. Esa es nuestra propuesta central junto a la regionalización y junto a las mesas de diálogo económico con acceso democrático. Son prácticamente las tres propuestas centrales y allí nosotros estamos hablando acerca de lo que tenemos que discutir con el gobierno, leyes, políticas y hace falta un marco institucional que respalde eso.
– ¿Cuáles son las principales recomendaciones al gobierno para favorecer la actividad del sector privado?
–Bueno,yo te lo explico con una historia. Una persona que va a hacer pan en cualquier parte del mundo está pensando en cómo va a hacer un pan de calidad. Cómo vas a hacer el pan más delicioso. Cómo vas a hacer el pan que prefieran tus usuarios. Aquí en Venezuela alguien que va a hacer pan en lo que está pensando es en la planta eléctrica. Luego esa persona que va a hacer pan estaría pensando en ¿Cómo diferencia su oferta? ¿Cómo le da mejor sabor? ¿Cómo tiene una tienda más bonita? Bueno, aquí la gente está pensando en el gasoil. Luego la persona estaría pensando, bueno, voy al banco, saco un financiamiento para crecer a una tasa cómoda que hay en cualquier país del mundo, sin ir más allá, en Colombia. Aquí está pensando en el prestamista. Y luego la persona que va a hacer el pan en cualquier parte del mundo busca hacer un análisis demográfico y se ubica en un sitio donde sabe que hay gente. Aquí te ubicas en un sitio donde sabes que hay gente, pero la gente no tiene con qué comprar tu pan. Te acabo de definir los problemas de servicios públicos, electricidad que es transversal, te acabo de hacer mención al problema del financiamiento, te acabo de hacer mención también al problema energético, al problema de la inflación. Fíjate, hoy en día no se puede hablar de brecha cambiaria, ni de diferencial cambiario porque no nos permiten hacerlo. Pero bueno, esas al final son formas no reconocidas de inflación. Esa es la realidad. Y bueno, sin contar que más del 50% del ingreso operativo de las empresas aquí se va en cargas y obligaciones fiscales. Cuando aquí al lado, en Colombia, las pymes tienen un estatuto especial que las exonera de muchos impuestos y las lleva a pagar un monotributo, por ejemplo. Entonces, tú ves que las empresas en Venezuela en la parte alta de su balance son competitivas. El empresario, los trabajadores, la maquinaria, materia prima, pero luego allí al pasar una línea, al entrar a otra parte del balance, empiezan a ser menos competitivas. La LOCTI (Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación), del deporte, las drogas, obligaciones municipales, fiscales y parafiscales, Ley del IVA, agente de retención especial cada 15 días, todo ese tipo de cosas hacen que la empresa sea menos competitiva. Luego estás pagando los intereses al prestamista, estás amortizando una planta eléctrica, aun cuando tu negocio no tiene nada que ver con plantas eléctricas, estás pagando el gasoil al precio que lo consigues, ya cuando llegas al final no tienes absolutamente nada de competitividad y tienes para rematar un mercado depauperado, un mercado muy estrecho y unos costos altísimos. Entonces, realmente así no nos vamos a poder alinear con la política de nacional de inversión y empleo.
– ¿Y cómo hacerlo?
–Para alinear con esa política de inversión y empleo creamos mercado y bajamos costos. Creas mercado restituyéndole la potencia de compra al venezolano. Le restituyes la potencia de compra al venezolano generando inversiones. Esas inversiones van a las empresas, generan empleo. Se abre una espiral o un círculo virtuoso donde privilegio primero lo nuestro, primero nuestras empresas, teniendo cuidado de no caer en esquemas de proteccionismo exacerbado que puedan entorpecer o ir en contra también de ese poder adquisitivo de del venezolano. Se genera esta espiral virtuosa y podríamos estar generando mucha más base tributaria, muchos más impuestos, se beneficiaría también el ejecutivo nacional. Esto acompañado de algunas leyes, pues la ley de inversión que estamos organizando o que estamos proponiendo toma en cuenta también a los empresarios que ya están aquí, el que ya se aguantó la pandemia, el que se aguantó estos 4 años de pagos de impuestos. La gente que tiene aquí su edificio, su local, su galpón, su maquinaria, sus animales, sus plantas en producción agrícola, su mercancía. Yo creo que para ellos también vale la pena una ley de inversión que establezca incentivos fiscales, sobre todo apoyados en la ley de Impuesto Sobre la Renta. ¿Sabes qué son incentivos fiscales poderosísimos? Aquí en la era del gobierno anterior, el gobierno de Chávez, si no me equivoco, había una ley de exoneración de impuestos sobre la renta con la cual se financiaron muchas obras privadas. Entonces, el impuesto debe ser una palanca motorizadora del progreso, no puede ser un freno. Nosotros lo vemos así y así se lo vamos a proponer a las autoridades con quienes tenemos óptimas relaciones, pero debemos dejar claro que a nosotros nos va a tocar hablar desde la legitimidad que nos confiere la independencia y la autonomía gremial y entonces los planteamientos pueden ser difíciles de manejar, pero son desde todo punto de vista interesantes, pues estamos convencidos de que este es nuestro momento y que ahora nos toca a nosotros también exigir.
–El mundo empresarial en Venezuela está afectado por todas esas variables que acaba de describir y que tienen que ver con el entorno político, con la institucionalidad, con servicios públicos, un mercado pequeño y un poder adquisitivo relacionado con la caída del ingreso petrolero, porque eso baña a toda la economía venezolana, y ahora hay menos poder adquisitivo y menos gente (por la emigración). Todo eso parece que tiene una naturaleza de origen político. ¿Cómo con el gobierno que está se pueden instrumentar mecanismos que permitan alguna salida, sabiendo que probablemente esas variables no van a cambiar mientras esté el mismo gobierno?
–Nosotros responsablemente entendemos el tiempo y espacio de nuestra gestión. Entendemos quiénes son nuestros interlocutores. Me refiero a todos los actores sociales, no estoy hablando solamente del gobierno, sino también las iglesias, las academias, la gente, los trabajadores, los sindicatos. Sabemos dónde estamos ubicados y al final es una gestión de dos años para ser presidente de un gremio, el gremio empresarial más importante del país, pero no es para ser presidente de la república. Entonces, nuestra herramienta es el diálogo, nuestra herramienta es ejercer presión sobre algunos temas, nuestra herramienta es poner el foco sobre sobre algunas temáticas. Nuestra herramienta es llevar propuestas. No vamos a practicar el modelo de la queja, vamos a practicar el modelo de la construcción del lenguaje común, de la construcción de soluciones consensuadas, propuestas que vamos a llevar lógicamente con el debido sesgo, propuestas que llevan soluciones e intereses propios de nuestro sector. Por eso digo que es tan importante para un presidente de Fedecámaras tener bien claro en estas negociaciones, en estos diálogos, dónde están los límites personales y dónde están los límites institucionales y ser bien claro de los valores y la legitimidad que portas, representando a un gremio totalmente independiente y autónomo. Eso es fundamental. Si eso no está claro, pues es difícil lograr objetivos y es difícil seguir manteniendo la aceptación social del movimiento que en términos prácticos es el orgullo de ser empresario.
–En el tema tributario usted dice, «Bueno, debería necesariamente haber una reconsideración del esquema tributario actual”. En estos días Francisco Monaldi –experto petrolero- señalaba que se necesitan más o menos 80 000 millones de dólares para para incrementar en un millón de barriles la producción petrolera. Pues eso significa un volumen inmenso de recursos para ser invertidos que, a través del sector privado nacional es imposible y el sector privado transnacional exigiría unas condiciones que francamente no parecen estar en este momento en el país. Entonces, sobre su propuesta de revisar el tema tributario ¿Cómo hacer para bajar, por ejemplo, impuestos, cuando se sabe que muy probablemente la capacidad de generar ingresos del Estado no va a mejorar mientras haya un modelo económico que no permite la presencia del capital internacional?
–Bueno, la pregunta es bajar impuestos a cambio de qué. Bajar el impuesto es quitarte algo a ti, gobierno, para tomarlo yo, y estamos claros que esa conversación no va a llegar muy lejos. Pero si yo pongo sobre la mesa un valor que puede ser interesante para ti, tal vez por allí podemos buscar una solución. Nosotros estamos hablando de revisar el esquema fiscal a cambio de empleo y a cambio de prosperidad con un salario.Bueno, tal vez allí hablar de salario no es lo más adecuado, hablemos de ingreso. Con un ingreso más adecuado. Entonces, estamos en la empresa privada en capacidad de dar mejores ingresos a los trabajadores. Ese es un ese es un buen punto de partida para una discusión.Sobre el incentivo fiscal, hemos hablado con tantos productores agropecuarios, ganaderos y del agro en toda Venezuela. Adolecen todos de fuente de financiamiento. Entonces, la pregunta que yo hago, si nosotros pidiéramos un incentivo de rebaja del 75% del impuesto sobre la renta de estas empresas, a cambio de inversiones en bienes de capital, de gente que no va a tener financiamiento para poder comprar el bien de capital y que esta puede ser una vía plausible para poder adquirir esa maquinaria, ¿No valdría la pena discutirlo? Yo estoy convencido y persuadido de que de que sí. Al final un productor agropecuario va y le compra un tractor a alguien que sí va a tributar, que va a pagar el IVA, va a pagar los todos los impuestos y esta era una persona que sin financiamiento no tenía ni soñaba que podía comprar el bien capital y finalmente lo compra con un incentivo fiscal de este tipo. Y el que vendió el tractor va a tributar, va a tributar el IVA, va a tributar el impuesto sobre la renta, va a tributar IGTF, todo todos esos impuestos que nos pechan y de los cuales el gobierno central se nutre.Luego, mira, tener una tasa de empleo más alta, ¿Cuánto invierten los países en el mundo por tener tasa de empleo por un punto porcentual más arriba? No le interesaría a este gobierno tener una tasa de empleo más alta. Yo creo que sí, creo que a todo gobierno, indistintamente pues de las percepciones y las aceptaciones, puede interesar tener un desempeño con unas variables mínimas, en esos aspectos socioeconómicos.Luego la espiral virtuosa. Tienes más gente que tiene capacidad, tienes más demanda de producto, tienes más empresas produciendo, tienes más gente empleando, se retroalimenta el círculo virtuoso y al final es más gente pagando IVA, más gente tributando, más gente independiente de los programas sociales del gobierno.
– ¿Convendría en este momento una reforma laboral que permita sincerar la situación? Porque hay una brecha muy grande entre algunas normas, incluso disposiciones constitucionales y lo que está ocurriendo.
–Mira, el resultado maximalista atenta en contra del resultado per se. Es mejor ir construyendo pequeños resultados o ir teniendo pequeñas conquistas para ir mejorando paulatinamente. Ciertamente si tú me lo preguntas, vivimos en un país de hoy con una Ley del Trabajo de ayer. La ley de Trabajo que tenemos hoy es la ley de trabajo de un país que ya no existe, que no es, que evolucionó. Entonces, bien valdría la pena comenzar a discutir sobre temas en los reglamentos de la ley del Trabajo, por ejemplo, que sean tendientes o preiniciadores de las grandes soluciones sobre la materia más importante que es el salario. Los representantes gremiales de los trabajadores, de los sindicatos, están muy pendientes de qué es lo que va a pasar con el salario en Venezuela, ¿Cuál va a ser el salario? ¿Cómo se va a incrementar el salario? Luego tienes el otro fenómeno que es la salarización versus la bonificación de los ingresos. Bueno, ahí nosotros estamos muy atentos, porque si bien es cierto, nosotros reconocemos la necesidad de que haya un balance entre salarización y bonificación, también estamos claros de que ese balance o ese nuevo orden de cosas no puede atentar contra nuestra capacidad de mantener a las empresas abiertas. Estamos claros que con las reglas que hay hoy en día la empresa no puede funcionar financieramente hablando. Y luego el tema más duro, el tema más complicado y creo que yo que es el tema de verdad de más compromiso con el país es comenzar a hablar de la seguridad social, que es algo que ya no se habla, que se olvidó totalmente, pensado a partir de cómo va a hacer el ahorro prestacional. ¿Cómo va a hacer el ahorro prestacional en este país si lo que reza la ley no hay forma de cumplirlo hoy en día? Entonces, tenemos que buscar formas novedosas de ahorro prestacional por un objetivo superior que es la seguridad social. Creo que todos vamos hacia allá.
-Otro elemento que usted plantea es el tema del financiamiento para las empresas y eso puede estar atado a la situación bancaria también. En la mayoría de los países las empresas se nutren de los préstamos de los bancos y esto no es posible en este momento. ¿Cómo poder instrumentar algún cambio en ese sentido?
-Bueno, yo quisiera hacer un inciso allí y pedir permiso para corregirte, porque estamos muy acostumbrados en Venezuela a que el crédito a las empresas es el de los bancos. Resulta que en otros países el crédito de las empresas es el de los papeles que se emiten en bolsa, la emisión de papeles y la emisión de acciones, o sea, ahí hay un método novedoso. Nosotros estamos apoyando de manera muy contundente el tema de la necesidad de dar paso a los nuevos modelos de financiamiento. Así como debe haber nuevos modelos de negocio amparados en la tecnología, debe haber nuevos modelos de financiamiento también. Pero tenemos que dar espacio a las metodologías más cercanas, a la a la bolsa de valores, al sistema bursátil. El tema de las casas de cambio. Todo un nuevo esquema de soluciones que son muy necesarios para dinamizar la economía y dinamizar la operatividad de las empresas. Entonces, sí, el crédito bancario bienvenido, hemos hablado también de la necesidad de bajar el encaje legal, pero hay el temor siempre de que cuando se baje el encaje legal esos créditos van a parar a pocas manos y terminan convirtiéndose en divisas. Entonces, habrá que suscribir algunos acuerdos allí, construir algunas soluciones consensuadas donde los gremios pueden tener un rol fundamental, preponderante para que eso no ocurra.
–Finalmente, hay actualmente representantes de trabajadores que han sido detenidos por ejercer su defensa de sus agremiados. Incluso en el sector empresarial lo han hecho. ¿Esta presión que puede haber, no mediatiza el rol del nuevo presidente de Fedecámaras? ¿No significa que de alguna manera no puede demostrar tanta garra en la defensa de sus agremiados, por las implicaciones?
-Bueno, mira, yo no puedo por respeto a lo que es la institución dejar de mencionar que efectivamente aun cuando las actividades que tal vez lo llevaron a la detención no fueron gremiales, sino relacionadas con la política, tenemos un expresidente como Noel Álvarez que en este momento está detenido. La verdad que lo que nos mueve y nos preocupa es saber de su integridad y saber que su caso esté avanzando. Ahora bien, Noel también fue presidente de Consecomercio y lo menciono y lo recalco porque yo también fui presidente de Consecomercio y tuve la experiencia de hablar durante toda la pandemia en una rueda de prensa todos los meses y me dediqué a hablar de absolutamente de todos los temas. Yo nunca tuve problemas con el gobierno. Porque también ¿Qué es lo que vas a decir y cómo lo vas a decir? ¿Y cuál es el objetivo? ¿El objetivo es resolver o es crear conflicto? En nuestro caso, solamente nos mueve el genuino deseo de resolver, el genuino deseo de obtener soluciones consensuadas, de construir lenguajes comunes, de construir acuerdos para para generar soluciones estables. Eso es lo que nosotros queremos hablar con el gobierno. Nosotros estamos bastante claros de que estas son relaciones profesionales donde importa poco o nada si hay simpatía o amistad personal. Eso no tiene absolutamente nada que ver con estas relaciones. Insisto, son de estricto sentido profesional. Pero entonces, cuando somos profesionales esto involucra hablar de relaciones estratégicas, de tener el cumplimiento de una agenda, de hacer el seguimiento, el follow-up de los puntos y de tener la capacidad voltearse y darle acceso a la agenda institucional a toda la membresía de Fedecámaras. Y eso es lo que nosotros estamos proponiendo. En lo particular, tengo las mejores relaciones con los ministros, con los gobernadores, no te digo con todos los alcaldes que son muchos, pero con todos los gobernadores que hemos conocido lo tenemos. Yo, en lo particular, Felipe Capozzolo, tiene óptimas relaciones de respeto. Sé que del lado del gobierno me tienen por persona seria y eso me llena de satisfacción. Tengo las mejores relaciones con la Vicepresidencia e incluso hasta con el presidente, cuando he tenido oportunidad de interactuar con él. Pero sí creo que las conversaciones deben ser utilizadas para llegar a un punto de conclusión llamado bien común. Si nosotros queremos el bien de la gente, si nosotros queremos restituir la capacidad de compra de la gente y que la gente reconstituya esa capacidad de compra a partir de un salario bien remunerado o de un ingreso bien remunerado de verdad, tenemos que sentarnos a discutir temas difíciles en los cuales, eventualmente no habrán acuerdos, habrán desencuentros, pero también sé que de nuestra parte habrá mucho ánimo de persuasión, mucho ánimo de convencimiento de presentar argumentos válidos, técnicos, amparados en lo técnico para generar un cambio positivo que le dé en definitiva más espacio a la empresa privada. Nosotros asumimos el reto de seguir poniendo los recursos para que el país avance. Pero sí creemos que ha llegado el momento de que esto sea a cambio de algo, de unas condiciones más llevaderas para operar y de mayores espacios en la sociedad para poder crecer.