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Elon Musk tacha de esencial la energía solar para un futuro sostenible. Sin embargo, advierte sobre los desafíos de la intermitencia y el almacenamiento de energía.
Elon Musk, el conocido empresario y visionario detrás de SpaceX, Tesla y X (Twitter), ha expresado en numerosas ocasiones su convicción de que la humanidad necesita un cambio radical en su enfoque hacia la energía.
Según Musk, el futuro de la energía debe estar basado en fuentes renovables, y en particular, en la energía solar. Ha enfatizado que esta forma de energía no sólo es abundante, sino también esencial para asegurar un futuro sostenible para nuestro planeta.
Musk sostiene que la transición hacia una economía impulsada por energía solar no sólo es posible, sino necesaria. Ha indicado que la generación de electricidad a partir de fuentes renovables podría abastecer todas las necesidades energéticas de la humanidad.
En sus intervenciones, ha afirmado que una superficie relativamente pequeña, como un área de 2,5 kilómetros cuadrados, podría generar suficiente energía solar para satisfacer la demanda de un país entero, como Estados Unidos.
Recientemente, el magnate reiteró estas ideas en su perfil de X, subrayando que si se conocieran los cálculos necesarios, el planteamiento sería obvio para todos: «Una vez que se entiende la escala Kardashev, resulta absolutamente obvio que toda la generación de energía será esencialmente solar”.
“Basta con hacer los cálculos para la energía solar en la Tierra y pronto te das cuenta de que un rincón relativamente pequeño de Texas o Nuevo México puede suministrar fácilmente toda la electricidad de Estados Unidos», comentó Musk.
Asimismo, ha alertado sobre los desafíos actuales del sistema energético, como la dependencia de combustibles fósiles y la necesidad de un almacenamiento efectivo de energía. A pesar del gran crecimiento de la energía solar (un 73% en el último año), ha destacado que no hemos hecho lo suficiente para sustituir las fuentes no renovables.
Finalmente, Musk ha instado a la industria y a los gobiernos a invertir en tecnologías de almacenamiento de energía, como baterías y sistemas de hidrógeno, que permitan manejar la intermitencia de las fuentes renovables.
Su visión aboga por un futuro en el que la humanidad aproveche plenamente la energía solar, no sólo como una alternativa, sino como la principal fuente de energía, y con ello, construir un futuro más sostenible y viable para todos.
¿Qué es la escala Kardashev?
La escala Kardashov, formulada en 1964 por el astrofísico soviético Nikolái Kardashev, clasifica las civilizaciones en función de su capacidad para aprovechar energía. Según esta escala, la humanidad aún no ha alcanzado el primer nivel, que se estructura en tres etapas:
La Civilización de Tipo I es aquella que logra gestionar toda la energía disponible en su planeta de origen. Una Civilización de Tipo II es capaz de utilizar y almacenar toda la energía de su estrella anfitriona, lo que incluiría la construcción de gigantescas estructuras, como la teórica Esfera de Dyson, para capturar la mayor parte de la energía solar.
Finalmente, una Civilización de Tipo III controlaría la energía de millones de estrellas dentro de su galaxia. Aunque esta clasificación suele usarse más en el ámbito de la búsqueda de vida extraterrestre, Musk la emplea para enfatizar lo poco que aprovechamos la energía solar en la Tierra.
«Si consideramos la eficiencia de los paneles solares, que es de un 25%, la densidad de empaquetamiento de los paneles, que ronda el 80%, y las horas de luz solar aprovechables, unas seis por día, sería razonable obtener 3 gigavatios-hora de energía por cada 2,5 km cuadrados«, indicó Musk.
Obstáculos en el aprovechamiento de la energía solar
Si las cifras que presenta Musk son correctas, no contemplan algunos desafíos importantes que enfrenta la industria solar, tanto técnicos como económicos. El crecimiento de la energía solar es notable: sólo el año pasado aumentó un 73%, alcanzando una capacidad global de 3.870 GW.
Este crecimiento supera incluso el de la energía nuclear durante su mayor auge. Sin embargo, los países líderes en la instalación de paneles solares, como China, Estados Unidos o España, no han logrado abandonar por completo las fuentes de energía no renovables, como los combustibles fósiles.
El problema no es tanto la capacidad de generar energía solar, sino su intermitencia. La producción de electricidad mediante paneles solares se ve afectada por factores como los días nublados o extremadamente calurosos, lo que limita la capacidad de los componentes electrónicos para generar energía.
A día de hoy, esta fluctuación haría inviable que la red eléctrica dependiera únicamente de energía solar, sin otras plantas de respaldo como las térmicas de gas natural o las nucleares, que pueden generar electricidad según la demanda.
Otra barrera importante es la capacidad de almacenamiento de energía. Si existieran infraestructuras capaces de almacenar decenas de gigavatios-hora, la intermitencia no sería un problema. Actualmente se exploran opciones como el hidrógeno verde, los embalses y, principalmente, los parques de baterías.
Sin embargo, el almacenamiento de energía no ha crecido al mismo ritmo que la instalación de paneles solares debido a los altos costos y la falta de incentivos. En China, por ejemplo, algunas regiones han impuesto la obligatoriedad de instalar baterías junto a cada nueva planta solar, pero estas apenas se usan porque la electricidad es tan barata que almacenarla no resulta rentable.
Un problema similar ocurre en muchos países europeos, donde el exceso de energía renovable ha llevado a que los precios de la electricidad bajen a cero o se vuelvan negativos. Actualmente seguimos en una fase de transición que impide a la humanidad convertirse en una civilización de Tipo I, capaz de aprovechar toda la energía disponible en su planeta de manera eficiente.