Durante décadas, las exportaciones rusas se centraron en materias primas, principalmente petróleo y gas, y la Unión Europea fue el principal comprador. Los ingresos petroleros financiaron directamente el presupuesto de Moscú, lo que hizo que la suspensión de las exportaciones fuera un potencial punto de presión para el Kremlin.
Occidente intentó explotar esto después de la invasión rusa de Ucrania imponiendo un tope de precios (por encima del cual las aseguradoras occidentales tenían prohibido prestar sus servicios) y un embargo al petróleo ruso, todo ello con el objetivo de cortar los fondos para el ejército ruso.
Sin embargo, la demanda continua de petróleo ruso y la capacidad de Moscú para mantener el suministro empujaron a una parte del negocio a la sombra. La dependencia de Europa de la energía rusa, en particular del gas, significaba que una interrupción inmediata de la relación era inviable, y Rusia no estaba dispuesta a sacrificar ingresos ni participación de mercado.
Esto llevó al surgimiento de una «flota fantasma» para mantener el flujo de petróleo.
A principios de 2024, Rusia había adquirido más de 600 petroleros viejos para continuar con estas operaciones. La dinámica del mercado en la región ha tardado en cambiar, pero la flota fantasma sigue siendo vulnerable a nuevas sanciones, especialmente por parte de Estados Unidos.
No son buques de propiedad de una entidad de la coalición de sanciones, no están administrados ni asegurados por ella y, por lo tanto, el límite de precios no se aplica a ellos. Unos 185 transportan petróleo crudo y 250 productos.
La flota paralela rusa puede cubrir aproximadamente el 60% del total de las exportaciones de crudo y aproximadamente el 45% del total de las exportaciones de productos, independientemente de los servicios marítimos restringidos. A pesar de un esfuerzo concertado y costoso, Rusia aún no ha alcanzado su objetivo final en lo que respecta a la evasión de sanciones.
Para establecer su flota fantasma, Rusia utilizó tres canales clave: (1) transferencia de petroleros que anteriormente eran propiedad de entidades rusas a nuevos administradores; (2) buques de más de 15 años de la flota blanca, es decir, con seguro IG P&I; y (3) buques muy antiguos (de más de 20 años) de las flotas sombra/blanca, que de otro modo habrían sido desmantelados.
Sólo una pequeña parte de la actual flota fantasma rusa se construyó transfiriendo buques de otros segmentos del comercio petrolero paralelo global (por ejemplo, Irán y Venezuela).
Hay unos 500 petroleros equivalentes a Aframax, en su mayoría de la flota blanca, potencialmente disponibles para la expansión. Para productos petrolíferos, se calculas que hay unos 1200 buques equivalentes a Seawaymax disponibles para un mayor crecimiento.
La evaluación sólo refleja la disponibilidad teórica de buques y no refleja los desafíos específicos que Rusia puede enfrentar, por dos razones: (1) Rusia ya ha gastado ~8.500 millones de dólares en la flota fantasma y puede ser difícil conseguir financiación adicional; (2) la UE ha introducido recientemente una legislación destinada a acabar con la venta de petroleros tradicionales al comercio paralelo ruso.
Para abordar la actual flota fantasma rusa, el Instituto KSE de Ucrania recomienda:
1. Continuar y ampliar la campaña de designación de buques, que ha demostrado ser sumamente exitosa. Las autoridades deberían dar prioridad a los buques que se utilizan con mayor frecuencia para la exportación de petróleo crudo ruso desde los puertos del Báltico y del Mar Negro a la India y China.
2. Hacer que las operaciones de la flota en la sombra sean difíciles y costosas exigiendo a todos los buques que entren a los puertos de la coalición que revelen información sobre su seguro obligatorio contra derrames de petróleo y prohibiendo la venta de piezas de repuesto para su uso por los buques tanque de la flota fantasma
3. Hacer cumplir los requisitos existentes en materia de seguros contra derrames de petróleo para hacer frente a la importante y creciente amenaza ambiental que suponen los buques tanque de flota fantasma, envejecidos y sin seguro, sin eliminar la capacidad de transporte y, a su vez, afectar al suministro mundial de petróleo.
4. Intensificar las investigaciones e imponer multas significativas para alterar la percepción de riesgo de todos los actores involucrados en las operaciones de la flota fantasma y, de ese modo, aumentar los costos para Rusia. Centrar la atención en las estructuras de propiedad opacas y las operaciones de la flota paralela.
BNE Intellinews, GPF
