Como era de esperarse, el mandatario venezolano Nicolás Maduro, no aumentó los sueldos y salarios, como solía hacerse en la víspera del 1 de Mayo, Día del Trabajador.
En cambio, aumentó los bonos para empleados públicos y pensionados, así como los «cestatickets» que fueron pensado para los gastos alimentarios pero que debido a la crisis complementan la totalidad de los gastos.
Maduro fijó entonces el «bono de guerra» a empleados públicos en un monto mínimo de 90 dólares y máximo de 120 mensuales indexados.
Entretanto el cestatickes quedó en 40 dólares. Sin embargo, ni los bonos ni los cestatickets forman parte de la suma de sueldos que se calcula para la jubilación.
Así, el sueldo mínimo en Venezuela sigue siendo de 1.3 dólares, el más bajo de América Latina, incluso por debajo de Cuba.
De nuevo Maduro culpó a factores externos del precario alcance que tiene el bolívar, y responsabilizó a la líder opositora María Corina Machado de la devaluación que atraviesa el país.
«Paciencia que vamos a derrotar el dólar criminal», dijo, un día antes de la marcha oficialista que usará para pedir la liberación de los migrantes venezolanos en El Salvador así como la niña de dos años cuyos padres fueron deportados.