El candidato del kirchnerismo lanzó oficialmente “Precios Justos” en octubre del año pasado, y luego de 13 meses la inflación es cada vez más alta y no existen precios de referencia. El programa fracasó en todos sus objetivos propuestos, del mismo modo que en Venezuela.
Desesperado por la escalada de la inflación, entre octubre y noviembre del año pasado el ministro Sergio Massa desplegó el programa “Precios Justos”, que reemplazó al viejo Precios Cuidados del año 2014.
Este nuevo programa forzó acuerdos con las empresas a cambio de acceso al mercado cambiario, mayor habilitación para importar a través del sistema SIRA y ciertos beneficios en la negociación con proveedores mayoristas.
Desde su lanzamiento oficial, el objetivo manifiesto del programa fue el de “añadir una dosis de estabilidad de precios sobre una canasta representativa de bienes, a modo de anclar las expectativas de inflación futuras”, según el propio comunidad que publicó el Ministerio de Economía a finales del 2022. Nada de esto ocurrió ni por asomo: las expectativas están fuera de control y la inflación se abrió paso al nivel más drástico en 32 años.
El ministro Massa prometió una convergencia de la tasa de inflación mensual hasta el 4% para diciembre de 2022, 3% para los primeros 3 meses, y finalmente un 2% para el segundo trimestre (que finalizó en junio de este año). Desde ya estas metas no estuvieron ni cerca de poder ser cumplidas.
Diciembre de 2022 finalizó con una inflación mensual del 5,1%, el promedio de inflación para el primer trimestre 2023 fue del 6,77% (más del doble que la meta), y para el segundo trimestre el promedio mensual escaló al 7,4%. El tercer trimestre del año cerró con una inflación promedio superior al 10%, y tras la devaluación el mes de agosto supera el 12%, seis veces más alta de lo que había prometido.
Queda en evidencia el rotundo fracaso del programa. Las expectativas de inflación relevadas en el informe REM del Banco Central no dejan de aumentar, y la tasa de inflación interanual superó el 138% al cierre de septiembre, con perspectivas de haber superado el 150% en octubre.
Massa importó el programa de la dictadura de Hugo Chávez, la cual lanzó su propia versión de Precios Justos a mediados del 2011. El programa tenía las mismas características, y pretendía limitar el “margen” empresarial al 30% (un valor completamente arbitrario que no respondía a ningún criterio serio), además de anclar las expectativas inflacionarias para contener el aumento de los precios. Nuevamente, el programa encontró el más contundente fracaso.
Más tarde, el régimen de Nicolás Maduro trató de remendar Precios Justos en el año 2014, pero los controles no funcionaron y Venezuela se enfrentó al desabastecimiento más extremo de su historia. El sistema de control de precios terminó por colapsar en 2017, y muchas restricciones debieron ser abandonadas debido a que perdieron cualquier relevancia con las góndolas completamente vacías.