Vía DDC
«Después de una larga espera para recibir la habitación, cuando entramos había pelo en el suelo, arena en el baño y no teníamos accesorios», denunció Anna, una turista rusa que viajó este verano a Cuba y aseguró a un medio de su país que no volverá a visitar la Isla.
«Bajamos a la recepción y pedimos cambiar de habitación. Pero lo que nos ofrecieron fue limpiarla. Es decir, otras dos horas de espera. Nunca he visto un servicio así en ninguna parte«, dijo al medio Diario de Karelia.
El hotel que visitó Anna es el Mojito, que la empresa estatal Cubanacan administra en Cayo Coco, y tiene categoría 4 estrellas. Pese a ello y a la pésima primera impresión, su reserva para dos personas por diez días con todo incluido no dejó de depararle sucesos desagradables.
«Teníamos una habitación que clasificaba como ‘suite de clase económica’. Sin lujos, luminosa, con buenos muebles. Si no fuera por la suciedad en la primera inspección, podríamos decir que era de 5 estrellas», contó.
Pero «las toallas sucias no eran retiradas a menos que los empleados recibieran propinas de los huéspedes», aseguró.
Un dato que nunca esperó tener que tomar en cuenta es que iba a enfrentar problemas para calmar la sed: «El servicio todo incluido no incluía agua. No daban agua potable en la habitación, y podías tomarla de forma gratuita solo durante las comidas. Pero no había agua en el bar, solo alcohol y café. La comida también fue una decepción: postres, frutas y verduras eran escasos y caros».
«Me sorprendió cuando supe por la guía del hotel que la agricultura no está muy desarrollada en Cuba, excepto por el cultivo de caña de azúcar y arroz. Las verduras y frutas son muy caras. Los cubanos tienen que hacer un seguimiento de los días de entrega de los productos; tan pronto como traen algo, hay que correr para hacer la cola».
Según Anna, nunca regresaría a Cuba: el vuelo es demasiado largo y los precios son irrazonablemente altos para el servicio recibido.
Esta turista rusa no es la única que refiere una amarga experiencia al hacer turismo en la Isla, pese a que las agencias de viaje de la nación euroasiática promueven a Cuba como un destino exótico para disfrutar.
Svetlana pagó 200.000 rublos (casi 2.100 dólares) por diez noches con todo incluido en el Hotel Roc Varadero Puntarena, en lo que calificó como «una decisión espontánea» tomada por ella y su esposo para las vacaciones de verano.
Esta otra turista, que contó su experiencia al sitio Krym, refirió que a su llegada al aeropuerto Juan Gualberto Gómez, de Varadero, les ofrecieron cócteles, pero no pudieron conseguir agua de beber ni pagándola.
«En Varadero había muchas tiendas, bares, casas y hoteles abandonados. Los residentes viven en la pobreza, y la situación empeora», dijo. Además, los visitantes dijeron haber percibido que en Cuba existe una censura total, escasez de alimentos y bienes básicos, así como delincuencia.
En el plano de sus vacaciones, Svetlana aseguró que en Varadero hay poco que hacer. «La habitación del hotel estaba en un estado deplorable. Permanecer en él fue desagradable, especialmente debido al olor a aguas residuales y humedad. El hotel tiene dos piscinas, una de las cuales tenía agua de color verde porque no había sido limpiada, sino simplemente vallada con cinta adhesiva», refirió.
«La mayoría de los turistas en el hotel eran cubanos, y el resto eran de diferentes países. Los cubanos se comportaban con violencia. Esto se aplicaba no solo a los jóvenes, sino también a las parejas con hijos. Algunos en la playa se desnudaban y organizaban bailes depravados», dijo la veraneante, alarmada.
Sin embargo, no todo fue malo para la visitante: «En particular, la playa era espaciosa y limpia, aunque estaba en las afueras del complejo. Los animadores eran muy activos y ofrecían una variedad de entretenimiento, como baile y espectáculos».
Por último, Ekaterina aseguró al mismo sitio web que las expectativas de Cuba que venden las agencias de viaje rusas «están muy infladas».
En su caso, voló a la Isla a fines de 2022, cuando el precio era más rentable. El viaje y el alojamiento le costaron más de 200.000 rublos por persona y se alojó también en el Hotel Roc Barlovento en Varadero.
«Las habitaciones son terribles», sentenció Ekaterina. «Los hoteles de cuatro estrellas en Egipto son mucho mejores que en Cuba», comparó.
Según la vacacionista, lo peor en su caso fue la clientela con la que compartió sus vacaciones: «borrachos estereotipados, parejas poco convencionales de Europa y jóvenes eternamente alcoholizados», describió.
Pese a ello, en su caso no se sintió decepcionada con la comida del hotel, y le complació la playa, «en la que casi no se observa gente». Pero, sentenció, «para no notar todas las deficiencias de Cuba tendría que estar constantemente bajo el influjo del alcohol».