La economía venezolana presenta nuevas señales de alerta en su tablero. La lenta recuperación de estos tres años, luego del crack económico del período 2014-2020, se enfrenta en este primer trimestre de año a varios riesgos. La decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de eliminar la licencia a la multinacional Chevron para operar en Venezuela amenaza un grave desequilibrio presupuestario que avizora nuevas tormentas económicas.
Después de sucesivas crisis políticas y estragos económicos en los últimos 25 años, la economía venezolana, con una industria y un aparato exportador en sus mínimos históricos, se muestra aún más dependiente que nunca de sus ingresos petroleros y petroquímicos. Tras un tiempo en relativa estabilidad, el tipo de cambio oficial ha tenido una depreciación de 81% desde el mes de septiembre. Hace un año, un dólar se tasaba en 36 bolívares. Hoy, a 64. El diferencial entre el dólar oficial y el paralelo, que ya se vende en 73 bolívares, presenta una brecha de 27%, con tendencia al crecimiento.
La inflación, que parecía conjurada a mediados de 2024, se ha trepado de nuevo: en enero, saltó a 7%, un dígito altísimo para ser el primer mes del año, cifra que el Banco Central de Venezuela reconoce en 4. Los salarios venezolanos siguen siendo los más bajos de la región. Venezuela viene de un crecimiento económico cercano al 4% del PIB en 2024, y tenía planteada una tasa relativamente similar, quizás algo más pequeña, de acuerdo a algunas fuentes, para 2025. Obviamente, antes de la noticia de Chevron.
Venezuela tendría que presentar tasas de crecimiento de dos dígitos durante varios años para recuperar su antiguo tamaño, tiempo en el cual fue la quinta, y a veces la cuarta, economía de Latinoamérica, antes de la llegada de Nicolás Maduro al poder. El impacto de la marcha de Chevron a la débil estructura productiva venezolana se sabrá cuando queden despejados los términos de su salida. Formalmente, a la empresa le quedarían seis meses para marcharse mientras mantiene operaciones hasta el primero de agosto (con lo cual le seguirían ingresando sus dólares al fisco hasta ese momento). Hay, sin embargo, quienes sostienen que existe un presunto interés en Washington para precipitar la salida para ahora mismo, de acuerdo a lo que se recoge en círculos informativos venezolanos en Miami. También se habla mucho de nuevas negociaciones y un nuevo acuerdo energético entre Maduro y los Estados Unidos. La situación resulta confusa.
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