Vía 14ymedio
La industria turística cubana profundiza su caída: entre enero y junio de este año apenas llegaron a la isla 981.856 visitantes internacionales, una cifra que supone un desplome del 25% respecto al mismo período de 2024 (1.309.655 turistas). Los datos, divulgados por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), confirman que la principal fuente de divisas del país sigue sin mostrar señales de recuperación.
En los años de bonanza, Varadero —considerado la “playa más bella del mundo” por la propaganda oficial— solía recibir un millón de turistas en solo tres meses de temporada alta. Hoy, esa postal contrasta con hoteles semivacíos, calles de La Habana con cada vez menos extranjeros y una realidad incómoda: muchos visitantes son seguidos por grupos de mendigos.
El mes de junio cerró con 119.513 visitantes internacionales, un registro inferior al de mayo y casi idéntico al de junio de 2022, cuando el turismo mundial apenas se recuperaba de la pandemia.
Canadienses a la cabeza, Europa se desploma
Canadá se mantiene como principal emisor de turistas hacia Cuba, con 428.125 viajeros en el semestre —un 26% menos que en 2024—, seguido de cubanos residentes en el exterior (120.423) y turistas estadounidenses (67.044), estos últimos con una caída cercana al 20%. Los únicos que aumentaron fueron los colombianos, aunque su aporte es marginal: pasaron de 16.234 a 16.622 visitantes.
El turismo europeo sigue en caída libre: Alemania (-35,9%), Francia (-26,4%) y España (-26,2%) registraron los mayores descensos. México y Argentina se mantuvieron relativamente estables, aunque también con leves retrocesos.
Falta de alimentos, combustible y aeropuertos deteriorados
El desplome quedó expuesto esta semana en la Asamblea Nacional, cuando el ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, reconoció que la crisis del sector ya no puede atribuirse a la pandemia, sino a problemas estructurales como el desabastecimiento. “Este ha sido el peor momento desde el derrumbe de las Torres Gemelas, en 2001, sin contar el período pandémico”, dijo.
El ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López, fue aún más directo: admitió que la producción nacional es incapaz de abastecer la demanda del turismo. Hoteleras como Meliá han debido crear importadoras propias, como Mesol, para garantizar la alimentación de sus huéspedes. Aun así, la cadena española apenas alcanza un 40% de ocupación, frente a un promedio nacional del 24,1%.
A esto se suman problemas en aeropuertos: un informe oficial reveló que pistas deterioradas obligan al cierre parcial de terminales en provincias como Granma, Guantánamo y Las Tunas. Además, persisten fallos en agua, higiene, limpieza y trámites de migración y aduanas.
Sin turistas, sin divisas
Para el economista Pavel Vidal, “la industria turística en Cuba experimenta en 2025 los peores números de su historia desde que se tienen registros”. En su informe mensual advierte que la falta de divisas agrava la crisis estructural mientras el Gobierno sigue sin emprender reformas profundas. En las calles, las cifras se sienten: menos turistas, más pobreza y una cohorte de mendigos que acompaña a los pocos extranjeros que aún llegan.