El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha defendido que los Estados Unidos y China tienen delante una ocasión importante para reequilibrar sus economías, añadiendo que existe la «oportunidad increíble» de hacerlo junto en el contexto de un reajuste del sistema global de comercio hacia una mayor equidad.
Durante su intervención en un acto del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), Bessent ha señalado que, mientras Estados Unidos busca reequilibrar su economía hacia una mayor manufactura y un menor consumo, China busca una menor dependencia del crecimiento manufacturero impulsado por las exportaciones y un reequilibrio hacia el consumo interno. Sin embargo, ha denunciado que la economía china se está alejando aún más del consumo y acercándose a la manufactura, por lo que el sistema económico chino «seguirá creando desequilibrios aún más graves» si se mantiene el statu quo.
La mano tendida de Washington a Pekín coincide con la información publicada por el diario The Wall Street Journal, quien había adelantado que la Casa Blanca estaba estudiando rebajar sustancialmente los aranceles aplicados a las importaciones procedentes de China, hasta entre el 50% y el 65%, frente al 145% actual, aunque advertía de que la decisión final sería adoptada por el presidente, Donald Trump.