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Editorial Rumbo Propio: Cuidar, proteger y defender al voto. La clave del éxito

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Vía Rumbo Propio

Votar es uno de los derechos vitales que la Constitución nos ofrece y por lo cual muchos han luchado, marchado y han muerto a través de la historia.

A solo pocas semanas de celebrarse las elecciones presidenciales  insistimos en la importancia de participar en la jornada del domingo 28 de julio y de hacer valer el derecho al voto.

El derecho al voto es la piedra angular de nuestra democracia. Es el derecho del que al final se derivan los demás derechos.

Algo fundamental es proteger el secreto del voto; para que todo aquel que vaya a votar se sienta seguro de que nadie puede saber cuál fue la expresión de su voluntad política y de esta manera será mucho más invulnerable a cualquier amenaza proferida desde las cúpulas del desgobierno.

El voto representa la fundación y la base de todo lo que significa la democracia. La persona que no vota está regalando su derecho a influir en nuestro gobierno. Es un derecho que se les garantiza a todos los ciudadanos. Por eso es que tenemos que ejercer el derecho al voto con responsabilidad y con conciencia. Esto es muy importante porque nos jugamos el porvenir y el futuro de nuestra patria y de nuestras familias.

Es importante que conozcan sus derechos bajo la ley y las normativas del CNE. Votar libre de coacción o intimidación por funcionarios de elecciones o de cualquier otra persona. Usted podrá votar aun cuando cierre el centro electoral si está en cola.

Un objetivo estratégico, electoral, de la oposición democrática es reducir el número de abstencionistas y de personas que permanecen indefinidos en su preferencia electoral. Estamos hablando de casi 4 millones de venezolanos que, de decidirse a votar, suponemos que lo harán por propiciar un cambio político en el país, dándole un triunfo contundente al candidato de la oposición democrática, Edmundo González Urrutia.

Derecho que no se ejerce, derecho que se pierde. La mejor manera de defenderlo es yendo a votar. La defensa del derecho a elegir comienza con el ciudadano votante y por cuidar que su voluntad sea lo que se expresa en la emisión de su elección. Otra forma de proteger este derecho es participando en el escrutinio de las actas, que es un acto público y que está establecido en la ley.

Hay un amplio margen para defender el derecho al voto, buena parte de ello está en parte de nosotros mismos como electores.

Lo más importante es estar en todas las mesas con testigos entrenados en su tarea, apoyar a esos testigos y acompañarlos, sobre todo en el momento del cierre de las mesas y durante la “verificación ciudadana”, ese proceso en el cual se cotejan los comprobantes de los votos depositados en la “caja de resguardo”, con el acta que arroja la máquina. El “testigo” no está allí para que el proceso electoral se desarrolle de manera eficaz y rápida, para eso están los funcionarios del CNE y los miembros de mesa; tampoco está allí para cuidar del material y equipos y resguardar el orden, para eso está el Plan República; mucho menos están allí para dar fe de la limpieza del proceso y que se ajuste a las normas electorales, para eso están los observadores electorales, nacionales e internacionales. Puede contribuir a todo eso, pero el «testigo electoral” está allí para cuidar y defender los votos de la opción a la cual representa, la opción de la oposición democrática; y los ciudadanos, que votamos por esa opción estamos allí para cuidar nuestro voto y para apoyar a los “testigos” de esa mesa, en su tarea. Y eso se debe notar; los miembros de mesa, funcionarios y los testigos de las otras opciones, deben sentir nuestra presencia y la del testigo, y que defender los votos y el resultado electoral es nuestro papel y objetivo.

En Rumbo Propio entendemos que en la defensa activa del voto es en lo que debe estar entrenado el “testigo electoral”. Pero, además, que están al alcance de cualquier ciudadano, no solo del testigo electoral y no hace falta tener ninguna credencial para cumplir esas tareas, que en resumen son:

Verificar que el comprobante de su voto, el que emite la máquina, se corresponde con el voto que efectivamente acaba de realizar; y eso lo debe hacer cada quien con su voto − antes de depositar su comprobante en la denominada “caja de resguardo” − y cualquier irregularidad, denunciarla; para que los testigos del candidato opositor verifiquen si se trata de algún error humano, del elector, o si se trata de alguna tendencia que debe ser advertida, documentada y denunciada.

Solicitar una copia del acta que emite cada máquina, en cada mesa de votación y cotejar ese resultado con el de la primera acta impresa, que fue trasmitida y con los resultados de la “verificación ciudadana”, señalando, de ser el caso, alguna diferencia que pueda alterar significativamente el resultado, en esa mesa o en ese centro.

Recordar cuál es el proceso que se lleva a cabo, que en resumen es el siguiente: cerrado el proceso de votación, idealmente a las 6 pm, a no ser que aun haya votantes en cola, se imprime automáticamente el acta de escrutinio, la máquina se conecta a la red o canal de transmisión (línea Cantv, celular o satélite) y envía los datos al Sistema de Totalización del CNE y acto seguido se pueden imprimir las copias de las actas para los testigos presentes o quien lo solicite. Como el número de actas que imprime la máquina es limitado, se suele permitir que se tome una foto del acta principal.

Presenciar la “verificación ciudadana” que se realiza, por sorteo, en los centros que contienen más de una mesa. En los de una mesa, se realiza en esa mesa y en todos los centros de votación con esas característica y que abarca casi 55% de las mesas, lo cual es un porcentaje estadísticamente representativo, para comprobar si el resultado electoral en esa mesa es el correcto o no.

En el exterior, que lo más probable es que la votación sea manual, no hay proceso de “verificación ciudadana” y en algunos casos, retrasan el escrutinio a la espera del primer boletín oficial del CNE, cosa que no está prevista en la ley; en ese caso se deben tomar las previsiones para precintar las cajas de votación o quedarse de guardia, en el local donde vayan a quedar las mismas, para evitar que se modifiquen los resultados.

Entregar, cuanto antes, el resultado, esa acta y las observaciones del caso, al encargado del operativo de control o del comando del candidato designado para eso, para que sean procesadas y totalizadas adecuadamente, señalar alguna irregularidad, cotejarlas con las que el CNE reciba en su “sala de totalización” y verificar que hay total coincidencia; nunca ha habido diferencias, pero siempre puede haber una primera vez.

En el pasado reciente. La Red de Veedores tenía un lema muy importante y significativo: “mesa observada, mesa limpia”, que describía perfectamente el objetivo y la filosofía de esa organización de “observación electoral”; ese lema también sintetiza perfectamente la importancia del “testigo electoral”, que con los sencillos pasos que hemos enumerado, bien llevados y totalizados sus resultados adecuadamente, cada uno de nosotros puede contribuir a fortalecer el secreto del voto y así contribuir al cambio político del país el 28 de julio con el triunfo de nuestro candidato, Edmundo González Urrutia.

CONSEJO FUNDACIONAL

Editorial

10 de junio 2024

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